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Primer anticonceptivo masculino seguro en cinco años más

Diferentes investigaciones buscan dar con un método barato, efectivo, sin efectos secundarios, fácil de administrar y, sobre todo, reversible. En Chile, el veneno de la araña de trigo puede ser un aporte.

01 de Junio de 2007 | 14:17 |
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La tendencia hacia la igualdad entre los sexos también se introdujo entre las sábanas. Si hasta ahora las mujeres han debido cargar con el peso del control de la fertilidad en la pareja, en un futuro cercano -cinco años, aventuran los expertos-, los hombres tendrán más herramientas para asumir su responsabilidad en este campo y no depender sólo de preservativos, si no quieren afectar su fertilidad de forma permanente, o de la vasectomía, cuando han decidido no tener más hijos.

Diferentes métodos anticonceptivos masculinos, como inyecciones, implantes y píldoras, son motivo de investigación en Chile y el extranjero desde hace más de dos décadas. "Ha sido bien difícil domesticar la producción de espermios, a diferencia de lo fácil que es inhibir la ovulación", dice el doctor Horacio Croxatto, presidente del Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (Icmer), centro donde se han realizado estudios al respecto.

La otra dificultad es que los hombres no están muy dispuestos a tomar una pastilla diaria o ponerse una inyección todas las semanas. "Hay que encontrar una forma de administración que sea amigable, segura y efectiva".

En la actualidad, la anticoncepción masculina se puede abordar principalmente desde dos enfoques: el testicular, cuyo objetivo es la eliminación total de espermatozoides (en el que más se ha avanzado hasta el momento) y el postesticular, con el que se persigue interferir la función de los espermatozoides.

El doctor Pablo Lavín, director del Departamento de Obstetricia y Ginecología Sur de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, comenta que los mejores resultados se están obteniendo con las combinaciones hormonales que actúan de manera similar a los anticonceptivos femeninos.
Alternativas actuales
Además de la abstinencia en períodos fértiles de la mujer, tres son los métodos anticonceptivos disponibles hoy para los hombres, cada uno con diferentes grados de eficacia.
Coitus interruptus: Consiste en retirar el pene de la vagina antes de la eyaculación. Es un método poco efectivo: el porcentaje de embarazos por año está entre el 18% y el 23%, ya que puede haber espermios en el líquido seminal que lubrica el pene. Además, no protege frente a las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y puede interferir en el placer sexual de la pareja.
Preservativo: Ésta es la elección de millones de hombres en el planeta. Es fácil de usar y de acceso masivo. Además de evitar embarazos, protege de forma importante contra infecciones por ETS. Bien utilizado la tasa de embarazo llega al 3%, pero diversos estudios muestran que esta tasa aumenta hasta 14% en su primer año de uso. Los hechos de látex son los más seguros.
Vasectomía: Técnica segura y efectiva (falla en 0,1% de los casos) en que se cortan los conductos deferentes (por donde pasan los espermios), a través de pequeñas incisiones en el escroto. Así, el hombre eyacula, pero su semen no contiene espermios. No afecta la libido ni la capacidad de erección. Aunque puede ser reversible, se aconseja pensar en ella como un método definitivo.

Al respecto, los estudios realizados por Icmer en grupos pequeños en el país -con apoyo del Population Council, con sede en Nueva York- han incluido un andrógeno sintético (llamado MENT). Este derivado de la testosterona, aplicado a través de un implante en el brazo, logró reducir la producción de espermios a cero, en un efecto que permaneció por más de seis meses, como cuenta la doctora Gabriela Noé, a cargo de dichas investigaciones. "Es efectivo para suprimir la espermiogénesis (producción de espermios), pero aún no evaluamos su efectividad anticonceptiva", precisa.

En el primer semestre de 2007 comenzarán un nuevo estudio, junto a centros en Europa e India, con una combinación inyectable de andrógenos y progestina.
Otras alternativas en estudio en el extranjero son un delgado dispositivo de silicona (IVD, Intra Vas Device), una suerte de DIU masculino diseñado como una alternativa a la vasectomía.

El IVD se introduce a través de una pequeña incisión en el escroto y actúa como un tapón, bloqueando los vasos deferentes (conducto por donde circulan los espermios).

En tanto, hace un mes, la revista "Nature Medicine" destacó los resultados de un compuesto llamado Adjudin, que ha mostrado ser capaz de detener la producción de espermios en ratas. El compuesto, desarrollado por investigadores de EE.UU. e Italia, contiene una molécula que bloquea las conexiones entre las células que estimulan el desarrollo de espermios, sin efectos colaterales y con resultados reversibles.

Pese a que muchas mujeres afirman que no confían en que el hombre sea capaz de comprometerse a tomar medidas que eviten embarazos no deseados, el interés de investigadores -y en especial de la industria farmacéutica- por sacar al mercado un anticonceptivo masculino radica en la buena disposición de los hombres a contar con un producto de este tipo.

Una encuesta hecha por el Contraceptive Development Network Center en 1.800 hombres en cuatro ciudades del mundo concluyó que la mayoría estaría dispuesto a usarlo.

La misma opinión dio más del 60% de la población masculina española, en un estudio reciente en el que participaron 9 mil varones de cuatro continentes. Alemanes y mexicanos también se mostraron muy a favor.

En Chile, no hay datos concretos, pero los especialistas dicen notar un cambio de actitud. "Las razones son distintas -comenta el doctor Croxatto-, desde quienes dicen que no quieren que su mujer cargue con todo el peso, hasta posiciones menos 'generosas', sobre todo de hombres jóvenes y solteros que quieren regular ellos su propia fertilidad y no depender de su eventual pareja".
Cualquiera sea la motivación, los expertos coinciden en que el tema ya no será sólo "un asunto de mujeres".

Picados de la araña

El veneno que utiliza la viuda negra o araña del trigo también ayudaría a regular la fertilidad masculina. Gracias a un proyecto Fondef, investigadores de la U. de La Frontera, en Temuco, estudian los compuestos presentes en ese fluido que producen un efecto anticonceptivo, al inhibir la capacidad de fecundar de los espermios por alrededor de 20 minutos. El objetivo es crear un anticonceptivo que pueda ser usado momentos antes del acto sexual. Los resultados se tendrán dentro de un par de años.

La investigación surgió de los estudios que los doctores Fernando Romero y Raúl Salvatici comenzaron hace una década en torno a las propiedades del veneno en el tratamiento de la disfunción eréctil y la insuficiencia cardiaca. Se sabe que cuando un hombre es picado por esta araña, el veneno causa priapismo, una erección prolongada y dolorosa.
Cifras
134 VASECTOMÍAS se hicieron en 2001 en Chile. En cambio, el número de ligaduras de trompas fue de 16.344.
120 A 200 millones de espermatozoides produce a diario un hombre normal (unos 20 millones por mililitro de semen).
2 A 3 MESES después de suspender un tratamiento hormonal (aún en estudio), el hombre recupera su fertilidad por completo.

Tras la igualdad de deberes y derechos

Las nuevas normas del Ministerio de Salud sobre regulación de la fertilidad buscan dar un rol más activo al hombre en el tema.

La píldora del día después y toda la polémica que se generó en torno a ella y su entrega a menores de 14 años, dejó de lado otros aspectos contenidos en las Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad, dadas a conocer por el Ministerio de Salud.

En ellas, por primera vez se considera al hombre y su responsabilidad en los procesos reproductivos y en la planificación familiar. "En los últimos años, ha habido una promoción por la mayor igualdad entre ambos sexos, y el tema de la reproducción no es la excepción. Los varones tenemos que asumir nuestra cuota de responsabilidad", explica el doctor René Castro, jefe del Programa de la Mujer del Minsal.

A su juicio, esto es la contraparte de iniciativas que ya se están aplicando en el país, como incentivar la participación del padre en el parto o el posnatal masculino. "Señales que encaminan a una sociedad más igualitaria, en que el hombre tiene derecho a compartir su rol en la paternidad".

Asunto cultural

Pero también hay deberes, con los que hasta ahora han cargado sólo las mujeres: los programas acerca de la fertilidad están dirigidos exclusivamente a ellas. En cambio, la nueva normativa busca abrir una oferta de servicios y atenciones para el hombre en consultorios y servicios médicos.

Una idea que surgió a partir de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (Egipto, 1994), en la que, además de incentivar la incorporación masculina al ámbito de la salud reproductiva y sexual, se plantea la necesidad de capacitar y disponer de especialistas en el tema.

"Las mujeres cuentan con el ginecólogo y la matrona para consultar y ser orientadas sobre su salud sexual y reproductiva, pero en el hombre no existe un equivalente; el urólogo no cumple esa función", precisa Castro.

Por eso, uno de los propósitos es capacitar al personal de salud para que puedan entregar información sobre toma de decisiones, consejería y buen uso de los métodos anticonceptivos masculinos disponibles, como el condón y la vasectomía.

"Cuando una pareja ya no quiere tener más hijos, por ejemplo, después de tomar esa decisión, la segunda parte de la conversación debería ser quién se esteriliza", dice el doctor Castro.

Si se compara con la técnica de esterilización quirúrgica femenina (ligadura de trompas), "la vasectomía es más cómoda, barata, efectiva y con menos riesgos", precisa la doctora Gabriela Noé, pero en el país se realiza muy poco, a diferencia de otras naciones como Inglaterra, Colombia o México, en donde incluso superan al número de cirugías para mujeres.

"Es un tema cultural y de información. El nivel de aceptabilidad aún es bajo y todavía pesa la idea de que es la mujer la que debe operarse", reconoce Castro.

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