Al comenzar el nuevo siglo y producto, entre otras cosas, de la asesoría de la agencia de comunicaciones y marketing, los Idalsoaga se dieron cuenta que tenían que asumir que lo que había empezado como casualidad se había convertido en su fuente de ingresos y en una empresa en serio.
"Estábamos asumiendo una responsabilidad sobre los animales de gran talla que estábamos trayendo; había que viajar anualmente a los encuentros de zoológicos –acaba de partir a Sao Paulo a uno-; a hacer canjes con otros zoológicos y se produjo el despegue definitivo", relata.
-¿Cuál es el sello que distingue al BuinZoo?
"Que ojalá que todos los animales que traemos sean especiales, en el sentido de que la mayoría ha sido criado con mamadera, muy humanizados. Hemos tratado de ser muy selectivos en cuanto a eso".
-¿Por seguridad?
"Por vocación, porque sentimos que un animal criado con mamadera en un gran zoológico se convierte en un número más; o sea, en una jaula con 10 leones, uno criado con mamadera no marca la diferencia, pero él sí es distinto. Nosotros buscamos a ése, porque les ponemos nombres, responden por él... tiene un trato muy humano".
-¿Cómo los identificas?
"La verdad es que van llegando de a uno; no se armó todo de un momento a otro, entonces los conocemos, como a los hijos".
Esta preocupación y cariño es lo que los ha llevado a convertirse en el zoológico más moderno, más grande y más interactivo de Chile, con un prestigio que hace que, en temporada, no haya lugar dónde estacionarse y de dónde es difícil sacar a los niños.
Pero las ideas no paran, así que al gran acuario (de dimensiones mucho mayores a las del Parque O'Higgins) le siguió al poco tiempo, la sección de los animales nocturnos –de día reina la oscuridad para que los vea la gente y de noche tienen luz para que duerman-. Luego, vino el herpetario con sus reptiles; la muestra de insectos disecados, y la creación de distintos rincones con sus propios animales, como el Maya, el Asiático, el Altiplánico, donde no sólo se muestra a las especies, sino también se enseña historia. El próximo proyecto es un gran sector destinado al África, donde habrá jirafas y un elefante animado (no real, pero que lo parece). Así también el hospital que atiende tanto especies exóticas como domésticas. Las tres hectáreas originales se han multiplicado muchas veces para seguir adelante con los proyectos que parecen nunca dejar de fluir.
El grupo humano a cargo que partió con la familia se ha ido ampliando y hoy trabajan tres veterinarios, dos biólogos, paisajistas, educadores, periodista, relacionador público, diseñador, encargado de marketing y más de cien personas de planta, además de otras 75 part time, como los monitores que recorren el zoológico con los distintos grupos de niños, adolescentes o adultos.
-Tu participación en distintos programas de televisión, ¿es para promoción?
"Partimos en el MaravilloZoo de Canal 13; estábamos en bambalinas y, al principio, todos los zoológicos aportaban animales en estudio. Al tercer año, se quedaron sólo los nuestros, porque eran los únicos que se quedaban tranquilos en escena, sueltos. Después intervenimos en contenidos.
"Eso fue un resorte para que me llamaran a otros programas, pero lo que me consolida definitivamente fue el Zoolo TV de Mega, donde uno de los productores encontró mi nombre muy difícil y así nació el 'Doctor Zoo'. Fue una experiencia muy entretenida.
"Ahora estoy en el matinal de TVN hablando de especies exóticas".
-Vamos a los detalles, ¿cuánto cuesta mantener un zoológico de estas dimensiones?
"Mucho. Piensa que nuestros costos administrativos, de personal, bordean los 25 millones de pesos y, además, hay un tema que no es menor y es que las visitas tienen temporadas... hay períodos en que, aunque nos vistamos todos de monos, no logramos subir los flujos".
-¿Las mejores épocas?
"Vacaciones de invierno; el Día del niño; septiembre, octubre, mediados de noviembre. En diciembre no viene nadie, tampoco en marzo. Hemos tenido que ser muy ordenados con las platas, porque si no nos quedamos sin comer en los meses malos los animales y nosotros..."
-¿Cuánta carne consumen, por ejemplo?
"A la semana, 256 kilos de carne; algo así como 800 kilos de manzana... ¡todo es grosero!"
-¿Al crecer la empresa se ha hecho más fácil?
(Se ríe de buena gana) "Lejos de ir sintiéndonos más holgados, hoy día nuestros compromisos son tan groseros que si tenemos dos días de lluvia en un fin de semana, llegamos a fin de mes muy complicados. Siempre he pensado que si detrás de este proyecto hubiera estado un economista, no tendríamos ni la mitad de los que tenemos, porque nuestra política ha sido invertirlo ¡todo!"
Además, todo el mundo que lo conoce, sabe que Ignacio es el rey del cachureo y los remates y con eso ha ido abaratando costos para las distintas construcciones. De hecho, la mitad de la Fisa está ahora en el zoológico, porque cuando quebró, Idalsoaga remató gran parte de las instalaciones. "El 'Mundo de los insectos' era el stand de Ambrosoli; lo partimos en cuadritos y nos demoramos un año en armarlo, pero ¡ahí está!", se ríe.
-Pero las cosas se te han dado siempre.
"Sí claro. Soy un convencido de que estoy avalado por Dios; cuando algo no resulta, damos vuelta la hoja y seguimos adelante, con esfuerzo, pero sin amargarse; con mucha fe".
-¿Cómo ha sido para tus hijos crecer en medio de tantos animales?
"Yo creo que son distintos por la realidad que les ha tocado vivir. Una realidad súper exigente... a ver, no es que ocupen el último lugar, pero como familia hemos tenido que dejar de lado muchas cosas en función de esta empresa que nos succiona todo.
"Hasta hace un año vivimos en una casa en la que, definitivamente no cabíamos. En eso ellos han tenido la noción de que, si bien se ve mucha exuberancia, eso no los obnubila. Vivimos en forma muy austera y nunca nos hemos preocupado por cosas superfluas. Muy por el contrario, hemos implementado, por ejemplo, un sistema de calefacción para los monos que no tiene nadie y que nosotros no tenemos... ciertamente, jajaja".
-¿No se rebelan los niños?
"Creo que han disfrutado tan a concho esta experiencia que, aunque no han tenido la oportunidad de viajar ni de tener la mejor pinta, tienen lo que tantos otros niños nunca han tenido como experiencia de vida".
