Dos son las claves que la ingeniera comercial Verena Horst von Thadden (38 años, casada, dos hijos) apunta a la hora de definir qué factores han marcado su ascendente carrera profesional, que la tiene desde hace dos meses al mando de la gerencia de finanzas Chile del holding Cencosud (Alto las Condes, Jumbo, Santa Isabel, Easy y Almacenes Paris entre otras).
La primera de ellas es estar en el lugar correcto y en el momento preciso. "A principios de este año se fue el subgerente de finanzas y yo comencé, sin que nadie me dijera nada, a hacer su trabajo; propuse una nueva estructura para realizarlo y finalmente me dejaron en el puesto". La segunda es demostrar pasión por lo que se hace. "Si hubiera esperado a que me dijeran Verena, ¿quieres ser tú?, todavía estaría esperando. Siempre hay gente que hace las cosas y otras que esperan. Yo trato de estar en el lado de las que hacen, porque las empresas necesitan personas comprometidas. Eso no se compra".
Nunca planificó su carrera buscando ascensos, pero ha ocupado varios cargos de importancia: jefa de ventas en una empresa minera y subgerenta de control de gestión en Lan Chile. "Me importaba dónde entrar, pero no el puesto".
Su única planificación laboral vino de la mano de su familia. Con el nacimiento de su segundo hijo, en 2001, decidió renunciar a Lan Chile e irse a Cencosud porque la distancia desde su casa al trabajo no le permitía prestar la atención que ella quería para sus hijos. "Un argumento súper poco profesional, pero era mi argumento. Mi jefe me dijo Verena, te subo el sueldo, te asciendo, ¿qué quieres? Abran una oficina en la calle El Bosque y yo me quedo, le dije. Hoy, si me llaman por un trabajo con el triple de sueldo, pero que queda en Cerrillos, digo no, gracias. Estar cerca vale oro".
Cuida su trabajo porque está consciente de que a las mujeres les cuesta llegar adonde ella está: "Creo que nosotras mismas nos hemos hecho más difícil el camino. Basta que una persona tenga una mala experiencia con una mujer que estuvo embarazada cinco años seguidos para generalizarlo a cien mujeres. Además, el sistema de leyes tampoco nos beneficia. Muchas veces cometemos el error de competir con los hombres, pero en la diversidad está la gracia. Creo que los equipos mixtos son lo mejor".
Para Verena, ascender por ascender no es su fin último, sino ir aprendiendo de cada rol que le toca cumplir. "Para mí esto es como las dietas: o se sube o se baja, pero para mí no existe eso de mantenerse. Yo creo que uno siempre tiene que ir avanzando en el aprender, en el ir mejorando las cosas. No es necesario cambiarse de cargo, pero sí ir trabajando en que el mundo propio crezca. No creo en el respeto por poder. Creo en el respeto por conocimiento".
