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“A mi mamá le gusta gozar la vida”

21 de Junio de 2007 | 10:54 |
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Claudio Guiloff Contreras tiene 38 años, pero llegó de menos de tres a Inglaterra acompañado de su hermana Carolina, de sólo 6 meses, que hoy es abogada, de ésas “que usan peluca y capa y alegan en la corte”.

Aunque vive en Chile desde hace 13 años, toda su formación, su niñez y adolescencia, la pasó en Londres viendo a su madre hacer carrera.

Traductor intérprete y profesor de inglés, se declara muy orgulloso del reconocimiento que Marcela va a recibir y con un evidente acento, revela otros secretos de su madre como que viene de una familia de tradición médica.

Su abuelo fue doctor de pueblo en Coelemu, región del Biobío, lugar donde permaneció toda la vida hasta que murió; ahí es recordado porque ayudó a formar el hospital, los bomberos y el club de rotarios.

-¿Qué cosas te marcaron de tu madre en tu niñez?
“Lo que más me marcó fue esa tremenda capacidad que tiene ella para hacer los sacrificios en el trabajo y a la vez en la casa; es como la típica mujer chilena, en todo caso, lleva la casa, se preocupa de los niños y a la vez se saca la mugre trabajando y logra una carrera importante. Logra combinar la parte familiar con la parte laboral y también la social, porque mi mamá tiene muy buenos amigos. Siempre ha logrado hacerlo y es trabajólica”.

-¿Sentiste en algún momento que estuvo ausente?
“Creo que fue como cualquier niño. Hizo algunos sacrificios y no pudo estar en todos los momentos, pero siento que siempre estuvo ahí. Sí... de todas manera hubo momentos en que no porque o tenía que viajar o dar conferencias, pero siento que en el fondo hizo lo mejor que pudo e hizo un buen trabajo como mamá”.

-¿Tú crees que ella habría podido desarrollar su carrera en Chile?
“No, estoy seguro que ambos, mi papá y mi mamá, lo pudieron hacer afuera. Mi mamá siempre decía que podía hacer mucho más y ayudar a Chile estando afuera que acá. Ese fue un consejo de mi abuelo que fue médico, quien le dijo que se quedara allá porque así iba a poder entregar más a Chile.
“Podría haber entregado sus conocimientos médicos acá en Chile, pero es mejor lo que hizo. Ahora puede ayudar a formar un servicio nacional de sangre acá, organizado, cosa que no habría podido hacer sin tener los conocimientos”.

“A mi madre le gusta gozar la vida”, cuenta. “Le gusta ir al teatro, la ópera, viajar y estar con sus amigos y salir a comer” devela.

-¿Fue difícil para ustedes acostumbrarse a un país diferente?
“Bueno, nosotros éramos muy chicos y aprendimos a hablar muy rápido inglés; mis papás lo hicieron también y aprobaron los exámenes que necesitaban para ejercer como médicos allá. Nos criaron hablando castellano en casa y obviamente que como niños no nos gusta cuando nos hablaban en español delante de los amigos, yo no quería ser diferente porque uno quiere ser del montón. Después, a los 15, estábamos orgullosos de saber otro idioma y ser bilingües, aunque los dos, con mi hermana, manejamos mejor el inglés que el castellano.
“Sí nos afectó un poquito, un pelín de discriminación por ser –entre comillas- latino. Creo que mi mamá tuvo que trabajar el doble de duro que cualquier médico inglés para lograr lo que logró y por ser mujer”.

-¿Cómo lo hizo tu mamá para mantenerlos conectados con Chile?
“Primero, mis abuelos viajaban constantemente, nos visitaban en Londres; también mantenía amigos chilenos allá y cuando podíamos viajábamos para acá de vacaciones”.

-¿Y lo mantuvo con tradiciones?
“En la comida sí, cuando teníamos nana chilena; mi mamá cocina exquisito, pero le gusta preparar y probar distintos platos. Comíamos lentejas, los porotos, pastel de choclo a veces... la empanada no tanto porque a mi mamá no le gustaba amasar”.

-¿Qué te trajo de vuelta a Chile a los 25 años?
“Curiosidad, quería conocer mis raíces. Vine originalmente por 6 meses, después encontré pega, una polola... me casé (se ríe). Curiosamente me sentí mejor acá que allá, yo me siento más en casa en Chile”.

-¿Te sientes orgulloso?
“Súper. Siempre he estado súper orgulloso de mi mamá porque le costó y sé los sacrificios que tuvo que hacer para lograr lo que ha logrado; la encuentro un excelente ejemplo. Ahora, si es posible estar más orgulloso, sí”.





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