Es, definitivamente, una película para pensar y analizar.
“Tsotsi”, que significa matón, es un joven de 19 años que ha perdido toda conciencia y escrúpulos. Asalta, mata y daña sin ningún límite, como resultado de un camino de abandono y miseria.
Huérfano desde pequeño, las privaciones y malas compañías lo tienen en el borde del abismo. Y, como no, ello ha alimentado su ira y convertido en el líder de una banda de desadaptados.
Pero un hecho provocará el remezón. Asalta a una mujer, quitándole el auto y se va, pero no se percata que en el asiento trasero va un pequeño bebé en su silla especial. Su primera reacción, instintiva casi, es abandonarlo, pero el llanto del niño –que en cierto momento lo tiene harto- consigue que reconsidere la fuga y se haga cargo, en parte.
Lo que viene sirve de reflexión y nos plantea muchas preguntas. ¿Es posible cambiar? ¿es posible rehabilitarse en todo el sentido de la palabra? ¿qué tan culpables somos de lo que le pasa al del lado? ¿cuánto hemos contribuido, todos los días, a crear Tsotsis? ¿estamos dispuestos a extender la mano?
Sin lugar a dudas una película dura que removerá conciencias. Ganadora del Oscar a la mejor película extranjera o de habla no inglesa en 2005, la película es la mejor representante de lo que se llama cine social que algunos descalifican por considerarlo panfletario, pero aún así merece ser instalada dentro de los mejores estrenos del año.
Todos los detalles de cómo fue grabada, la galería de fotos, el trailler y otros los encontrarás en el
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