Capricorniano del 27 de diciembre de 1952. Proveniente de una familia de clase media, “nacido y criado” en el puerto de Valparaíso, estudió música en la sede de la Universidad Católica de la V Región y, aunque suene increíble, fue profesor durante 10 años de un colegio en Viña (Compañía de María). Él estudió en el Liceo 3 de hombres.
Es el segundo de cuatro hermanos, el mayor vive en Canadá y la única mujer del clan aún vive en Valparaíso. Álvaro cuenta que aunque todos tocan guitarra, él fue el único que se dedicó de lleno a lo artístico. Esa veta la heredó de su fallecido padre, que era vendedor de una empresa en Valparaíso, pero que paralelamente oficiaba de actor y director de teatro. Agrega que su madre también cantaba y era de “guitarreo diario”. Por eso nunca tuvo problemas al elegir su vocación, ya que su familia siempre lo apoyó e incentivó.
-¿Y qué opinan tu esposa e hija de tu trabajo?
“Mi hija (Catalina) ahora lo entiende. Pero cuando era menor le costaba porque sus compañeros tenían papás que trabajan en horario de oficina, una pega ‘normal’. Y a ella le tocaba al revés de lo común porque me veía harto en la semana pero nada los weekends”.
Cuenta que Catalina, a sus 13 años, tiene mucho desplante y personalidad y que siempre es el alma de la fiesta. “Todos me dicen que tiene salidas ingeniosas y me acuerdo de cuando yo era chico”.
Desde su juventud admiraba al humorista chileno Carlos Helo. “Hacía un humor bien parecido al mío y una vez él mismo me dijo que yo era su herederol, por el uso de chistes cortos y de situaciones”.
Cree que ahora no hay ningún comediante que esté a su altura y considera que el humor político de “Palta” Meléndez es “muy al límite. Yo no me atrevería a hacer algo así; con nombre y apellido y caricaturizaciones, porque es complicado y divide a la gente, pero él lo hace con un tino único”.
Asume como frustración el no haber hecho una carrera internacional. “Qué rico hubiera sido, pero el humor es poco exportable. Más que nada me gusta mirar hacia atrás y recordar lo que pensaba en ese minuto de qué pasaría en el futuro y nunca pensé llegar hasta donde estoy y todo lo que he logrado”.
Asegura que más que un hobbie definido tiene un “trabahobbie” (léase trabajobi). “Que te paguen por hacer lo que te encanta, no puedo pedir nada más. Hay mucha gente graciosa o con talento y que tienen que trabajar todo el día en una oficina porque no tuvieron la oportunidad que yo tuve”.
Se define fanático del equipo de fútbol Wanderers de Valparaíso (obvio) y cuenta que le gusta jugar tenis, pero que producto de una lesión en la espalda no ha podido practicar más. “Y los años, claro”.
A sus 54, se ve bastante mayor en persona que en la TV. ¿Efectos de producción? Puede ser, quizás por eso mismo pide que le traigan con urgencia una juvenil chaqueta de cuero beige para la improvisada sesión de fotos.
-¿Eres vanidoso? ¿Te preocupas de tu físico?
“Sí, pero más que nada por mi trabajo, porque la TV te engorda, y por salud porque tengo una hija muy chica. Me cuido lo que más puedo en la comidas, no fumo nada, pero sí a veces me tomo un vinito tinto o un pisco sour”.
-Tú lugar preferido es…
“Tengo departamento en Cochoa (V Región) y trato de ir por lo menos dos veces al mes. Tengo amigos de la infancia allá y a veces nos juntamos. Echo mucho de menos el aire puro de allá y duermo mucho mejor y profundo”.
-¿Cuál es tu comida favorita? ¿Cocinas?
“Disfruto con lo que sea, con arroz con huevo o con una comida exótica en el Hyatt y la verdad, es que no cocino nada…”
-¿Vicio privado?
“Después de mucho pensar y darle vueltas, dice: “El canal PlayboyTV, pero no es taaan vicio (suelta una carcajada). Puede ser también que soy comprador compulsivo de música y DVD`s. No me importa gastar lo que sea en eso, soy totalmente irresponsable en ese sentido. Soy coleccionista de musicales de Les Luthiers y de Los Nocheros”.
Luego de un rato, da un salto y grita: “Aahh… ¡ya sé. El Casino es mi peor vicio! Soy fanático del Black Jack. Lugar donde hay un casino yo corro. Y gracias a Dios, tengo la posibilidad y cada vez que puedo voy a Las Vegas (EE.UU). Fuimos una vez con mi mujer y una pareja de amigos y de ahí nunca más paramos de ir. Es imposible aburrirse allá, es maravilloso, hay unos espectáculos increíbles…” (acota suspirando).
