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“Fumo marihuana pero no vivo de eso”

03 de Julio de 2007 | 18:44 |
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A principio de año, se podía ver por las pantallas nacionales a un danzarín Quique Neira tratando de coordinar complicados pasos en el estelar “El baile de TVN”. Y hasta la semana pasada, se le vio oficiando de “maestro” de la bailarina rusa Lola Melnick y del “soñador” Freddy Pantoja en el programa “Cantando por un sueño” de Canal 13, quienes obtuvieron el cuarto lugar de la competencia tras una polémica votación.
“Ahora me falta pasar por Chilevisión", dice el cantante entre risas. "Pero no es que ande tirando mi currículum por los canales. Si me llaman de otros programas iré sólo si me interesan los temas que traten. Además, me sirve mucho para mi carrera musical porque es difícil tener espacios para contar lo que uno está haciendo. La gente que conoce mi música sabe que eso es lo que más me importa”, agrega.

¿Cómo has vivido tu paso por la TV
“Uuff… (suspira) Estoy bastante cansado ya. Quiero que se acabe luego mi participación porque ya estoy bien estresado. No me ha sobrepasado todavía pero ha sido realmente extenuante”.

Eso sí, después de esta entrevista y de la grabación del capítulo correspondiente de “Cantado por...”, el cantante presentó a Canal 13 una licencia médica por estrés, tras pelearse en cámara con la bailarina rusa.

-Los dos programas en que has estado han sido muy polémicos. Deben pautearlos a todos.
“Sí, hay mucho de eso… La TV es como un eterno guión de una película que no termina nunca y que sólo se interrumpe en los comerciales y en las noticias. Trato de hacerle el quite a las polémicas, pero lamentablemente al estar en la TV siempre te ves involucrado en algo. Pero trato de bajarle el perfil, no echarle leña a la hoguera; no me interesa”.

-¿Y qué te atrae de ese mundo?
“Es más que nada una jugada. Para mí es entretenido que me inviten a participar en programas que tienen que ver netamente con música”.

Pero “El baile…” se alejaba un poco de eso.
“No, porque en el fondo también había música y además, me dejaron cantar un par de veces.
“Si no me invitaran a programas relacionados con música me encantaría que me invitaran a los que tengan que ver con deportes, de fútbol. El punto es que no le temo, dentro de mi estilo y de mi onda, no le tengo recelo a la TV. Es un modo de entretención y la diferencia se puede marcar con los contenidos”.

Asegura que enredarse en el mundo televisivo le ha servido para darse cuenta de que “no todo el mundo es como yo y no todos sienten y ven el mundo como yo y eso lo he vivido profundamente acá. Pero siento que si me invitan a la TV es porque cubro un perfil social, que afuera hay muchos como yo. Entonces puedo ser la voz de muchas personas que en esta sociedad no tienen representación. Desde ese punto de vista, mi paso por la televisión es útil porque puedo dejar mis ideas dando vueltas. Porque yo, esté donde esté, siempre voy a defender lo que pienso”.

Para ejemplificar, comenta que hace un par de semanas protestó frente a las cámaras por el proyecto Pascua Lama y por el humedal de Batuco. “Son temas bastante más relevantes que el contenido de los programas en que he estado. Por eso me gusta que me inviten, para poder ocupar el medio y decir lo que pienso y crear conciencia. Aunque sea una pincelada”.

-¿No te vetan en el canal?
“Nadie me lo dice frontalmente pero sí me siento vetado porque tratan de hacerle el quite a mis opiniones, porque alguien se puede ofender y hay ciertos roces por ahí. Pero cada vez que puedo decir algo que rompa con el eje temático de un programa, lo digo no más. No tengo conflictos de intereses con nadie”.

-¿Y te atreverías a dar opiniones netamente políticas, por ejemplo?
“Es que no me interesa mucho pero me he dado cuenta que, a la larga, todo tiene que ver con política. Ahora estoy involucrado en temas que tienen que ver con la propiedad intelectual y el derecho de autor. Por ejemplo, el otro día me invitaron al Congreso a debatir sobre el proyecto de ley que pretende reformar la Ley de Propiedad Intelectual y lo que más me interesa es la defensa de la música chilena”.

Comenta que siempre ha tenido una posición “cercana a la izquierda. Pero también tengo la capacidad de ver que no todo es izquierda o derecha. Me ha tocado apoyar campañas de amigos artistas que se han volcado a la política como Álvaro Escobar y él tiene la capacidad de velar por los intereses de los artistas porque está cerca de eso. Renunciar a su partido me parece un acto de coraje inmenso”.

-Tras tu paso por la TV, ¿sientes que cambió la visión que tenía la gente de ti, ya sea positiva o negativamente?
“Hay gente que me cuestiona por salir en la TV, por meterme en otras cosas. No hago caso, no comparto esas críticas.
“Mi misión es ser diplomático entre dos mundos; mostrar que se puede ser diferente, que se puede creer en ciertas cosas, pero a la vez también se puede ser simpático. Yo vivo así, no es una postura, es mi forma de ser”.

-¿Cómo has afrontado los prejuicios por ser rasta?
“En todas partes donde he pasado he tratado de reflejar que soy un tipo tranquilo, que tengo mi familia, que soy buena persona. Que la gente vea los resultados en base a lo que soy y he hecho”.

-Por ejemplo, la idea de que son sucios, como esa publicidad de un shampoo contra los piojos.
“Eso es horrible. Mientras lleve el pelo así voy a tener que lidiar con gente que no me entiende y que piensa cualquier cosa, hasta lo más ridículo como que no nos lavamos el pelo, es una tontera”.

-Y que fuman marihuana todo el día…
“Claro, porque uno habla de eso la gente piensa que se está metido con eso todo el tiempo. A mí me no me parece, desde el punto de vista legal, que debiera haber una diferencia muy grande entre la práctica social que se le da a la marihuana y los cigarros. Creo que la ‘hierba’ debería tener ese mismo trato. Al legalizarla disminuirían prácticas mucho más dañinas como el consumo de pasta base y cocaína entre los jóvenes”.

Agrega que para él la “hierba” es mucho menos nociva que el cigarrillo y el alcohol. “Yo no la demonizo como lo hace todo el mundo, pero eso no me hace un fumador empedernido. Yo fumo cuando me da la gana y no me siento culpable. Eso sí tiene que ser en el lugar idóneo y con las personas correctas. Pero no vivo de eso, si no tengo no me importa. Tampoco me gusta el hecho de que no se pueda plantar marihuana en las casas porque eso obliga a la gente a comprar y así se sustenta el mercado negro que es horrible”.

-¿Esa visión tiene que ver con ser rastafari?
“Claro, eso es una filosofía de vida. Pero no tiene nada que ver con mi espiritualidad, yo creo en Dios y tengo mis maneras de llegar a él, ahí la hierba no tiene que ver. Dios es algo superiorísimo a todo lo que hemos hablado”.

-¿Cómo vives tu espiritualidad?
“De una forma muy personal. No profeso ninguna religión pero tengo una manera de vivir muy cercana a Dios. Él se manifiesta cuando pido ayuda, por eso soy creyente porque creo en los milagros. El reggae plantea como concepto constante el tener una conexión sincera y directa con Dios, no importa cuál sea, es una forma de mantener buenas energías y de ser buena persona”.

Con una espiritualidad a flor de piel explica que ser rastafari “es un tema súper personal, es un camino filosófico del cual me siento parte. Yo encontré al ser supremo de cierta forma y eso responde a mis inquietudes espirituales. Trato de vivir lo más cercano a ese precepto y me funciona. No te podría decir que mis hijos o que mi mujer son rastas pero sí sé que son seres espirituales en los que veo brillar la luz de Dios y eso me hace amarlos profundamente”.

Paralelo a cantar canciones en pro de Jah (Dios rastafari), Neira interpretó a Jesús de Nazareth en una obra de teatro y al momento de la crucifixión, apareció desnudo. “Se armó mucha polémica por eso. Yo lo propuse porque quería que fuera algo diferente y no le tuve medio al desnudo, porque si soy artista de verdad, creo que el desnudo no tiene por qué ser malo. Un año después vino Tunick y ‘empelotó’ a miles de personas en la Plaza Italia, o sea, ¡de qué estamos hablando! Pienso tal como John Lennon; que la guerra es mucho más obscena que el cuerpo humano” (se ríe).

-¿Qué piensas del catolicismo?
“Tengo opiniones encontradas; no lo comparto mucho, a pesar de que fui formado en un hogar católico, pero más que nada cristiano. Pero me da lo mismo, es una fe más. Y si hay gente que le sirve para llegar a una conexión espiritual mayor, está bien. Siento mucha simpatía por personajes del catolicismo, como el Padre Hurtado, y creo en sus postulados porque hizo mucho por Chile”.

-¿Y cómo es estar en un canal católico?
“No me complica en la medida de que no se metan conmigo. Yo no me meto con ellos. Puedo cuestionar muchas cosas y tener diferencias pero la idea en general es que todos podamos entendernos, independiente de la religión que profesen. En general yo respeto a la agente que cree”.
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