Parece tímido, pero definitivamente personalidad le sobra. Si no, no podría haber hecho la ascendente y exitosa carrera que lo tiene hoy al frente de su restorán, el
"Rai", cocina de autor.
Raimundo Tagle responde a ese tipo de chef que incursionó en la gastronomía después de haber probado otros caminos. En su caso fue la agronomía, carrera a la que le dedicó dos años de estudios.
Seguro de que no era eso lo que quería, se inscribió en gastronomía en el Inacap, cuando éste era el único centro de estudios que tenía esa carrera. A los dos años, decidió hacer su práctica en Isla de Pascua y se trasladó por 6 meses a la isla, donde aprendió tras las ollas y sartenes del hotel Iorana.
De vuelta en el continente, y claro de que el estudio en Chile no iba a ser suficiente, las emprendió con rumbo a España, cayendo parado en Barcelona, una de las ciudades gastronómicas por excelencia de Europa.
Sus primeros meses fueron de trabajar duro y estudiar en el centro de Mey Hofmann una de las chef más destacadas por esos lados. Así, a fines de 2001 ya estaba contratado en el restorán “Little Italy” (una franquicia del actor Robert de Niro) como encargado de los postres y paralelamente trabajaba en una pastelería.
De los postres pasó a las ensaladas y de ahí a los platos calientes, adquiriendo la experiencia suficiente como para ser llamado como chef ejecutivo del ultra fashion restorán “Ra” de Barcelona.
Estuvo en él un año, hasta que la grúa se lo llevó para que se hiciera cargo de la inauguración del restorán “Anima”, para retornar al poco tiempo a Little Italy. En eso estaba Raimundo, cuando la empresa Cacheiro, dueña de varios locales, lo contrató como chef ejecutivo del “Trovador”.
Cuando ya parecía instalado, nuevamente Little Italy lo fue a buscar y le pidió que se hiciera cargo de los cuatro restoranes que tenían en la ciudad de la movida española: el “Neu Colón”, el “Fuse”, el “Negro” y “Little Italy”, donde había partido haciendo los postres años antes.
Llegó, así, a fines de 2003, agotado y estresado. Había, incluso, hecho el catering del Festival de Cannes de ese año, pero estaba cansado y necesitaba un poco de aire. Entonces, no encontró nada mejor que emprenderlas rumbo a Chile.
Arribo en Santiago y comenzó a buscar pega, pero estuvo 6 meses cesante porque nadie creía que con sólo 26 años pudiera tener tan amplio y exitoso currículo. “Eran incrédulos”, asegura Raimundo.
Finalmente, decidió probar suerte al frente de su propio restorán y junto a su hermano actor, Marcial, abrió en 2004 el local “Rai”, ubicado en Providencia. Desde entonces lo único que ha hecho es crecer. De 7 personas, pasó a tener 22 empleados y un restorán que atiende hoy a 100 personas, pero que está en vías de expansión.
Su cocina se caracteriza por ser más bien de tendencia mediterránea con algunos toques de fusión, pero no es de extrañar encontrar entre sus platos, versiones modernos del solomillo de cerdo o de la pechuga de pavo e incluso del a veces, olvidado, mote.
Se declara contento y por ello,
aceptó el desafío que le propuso PuntoMujer de hacerse cargo de la sección de Cocina por un ciclo.
Raimundo cuenta que si bien, cuando chico le gustaba la comida, nunca se metía a la cocina. Sus recuerdos están localizados en los huevos revueltos con pan picado de su abuela materna y en los panqueques de su padre.
Dice que en su familia la comida es todo un evento; cuando se juntan todos llevan algo diferente para el aperitivo, plato de fondo y postre, por lo que se hace inevitable que algunos terminen el encuentro con una siesta.
Puertas adentro, Raimundo es muy distinto. Separado, sin hijos, a su nueva pareja le cocina de vez en cuando y nunca los platos que están en su carta en el “Rai”. Es más, confiesa que como corre todo el día, no almuerza y cuando llega a su casa, su máxima aspiración es un sandwich. “En casa de herrero, cuchillo de palo”, aclara entre risas.
Restorán Rai, Bravo 951, teléfono 235 0596, de lunes a sábado.
