Un acogedor Marcial Tagle nos invita a pasar a su casa, igualmente acogedora, la que comparte con Luz Valdivieso, actriz de TVN y su esposa desde hace más de un año.
El actor, que saltó a la fama como Pablo, el macabeo vecino de los Larraín en la exitosa serie de Mega "Casado con…", luce contento y dice que ahora baila con la bonita. Y no sólo porque es el flamante protagonista de "Fortunato, la vida vale oro", la próxima teleserie del mismo canal basada en "Los Roldán"- que fue todo un éxito en Argentina- sino que también porque Rai, el restaurant que tiene con su hermano chef, está cada vez más "top". Además, nuevos proyectos, tanto profesionales como personales, no le faltan.
Antes de llegar a la TV ya contaba con un amplio bagaje de obras de teatro. Desde que entró a la escuela de Fernando González el '92, participó en montajes como "La gaviota" y también lo dirigió Rodrigo Pérez. Acto continuo, protagonizó durante dos años seguidos obras de teatro escolar como "El Cid" y "Juan Tenorio". "Fue una buenísima escuela porque es muy adverso hacer teatro para escolares; son muy dispersos y es harto trabajo". Luego montó su propio galpón donde presentó renombradas obras como "Hamlet" y "Delitos sexuales en Santiago de Chile". En total, cuenta unos 30 montajes y con destacados actores y directores como Alfredo Castro.
En cine tampoco se queda atrás. Enumera con orgullo las cintas en las que ha participado: "Play", "Fuga", "Padre nuestro" y las próximas en estrenarse “Tony Manero” y "Muñeca". En esta última comparte el protagonismo con el cotizado Benjamín Vicuña.
El actor cuenta que, repentinamente, el año 98 decidió escaparse solo a Barcelona para estudiar teatro, danza, trapecio y entrar a cuanto taller pudo. Trabajó en lo que viniera, desde pintando casas hasta en una pizzería. "Fui uno de los precursores de la moda de irse para allá, del peak". Cuenta que profitó de esa experiencia para potenciar a Pablo, su personaje en "Casado con…". Sobre todo porque en el guión original de la serie (“Married with childrens”), este papel desaparecía. Fue así que junto al director decidieron darle una vuelta al personaje, e inventaron que tras un paso por Ibiza, éste volviera bien españolado. El actor confiesa que el acento lo tiene automatizado pero que en un principio “andaba con la tontera y se me salía a cada rato y a mi señora le daba mucho pudor”. Agrega que la comedia es definitivamente lo suyo: “Me gusta hacer reír y tengo dedos para el piano” (se ríe).
-¿Cómo diste el salto a la televisión?
"Hice un personaje chico en la serie "Ídolos" (TVN) y al director le gustó mucho y lo fue agrandando con el tiempo. Además, ya había hecho varios ‘bolos’ en TV y era muy conocido por teatro. Después me llamaron para la teleserie "Los Capo" y luego para "Entre medias". Y de ahí me contactaron de Ross Film para el casting de "Casado con…" y enganché inmediatamente con el director y me dijo que quería trabajar conmigo. Hasta me probaron para interpretar a Tito Larraín”.
-¿No tenías el típico prejuicio de los actores de teatro hacia la TV?
“Cuando chico sí lo tenía, pero más que nada por la parada de ser como un actor de lucha y político y también para excusarme de que no me llamaban de la tele” (risas).
-¿Te ha gustado ese mundo?
“Sí, lo paso bien. He tenido suerte porque me han tocado buenos personajes. Como el de "Ídolos", que hacía de productor chanta (y pone la voz carrasposa que caracterizaba ese papel). Es que por mis características físicas no podría hacer de galán, pero sí de personajes secundarios, en los que se puede jugar más y son más entretenidos”.
-¿Y cómo tomas el vuelco, de interpretar tantos personajes secundarios y ahora un protagónico?
“Lo tomo como que es más responsabilidad, compromiso y mayor trabajo. Sobre todo con Fortunato, que me tiene hasta el cuello. Es un personaje súper fuerte; es el nuevo presidente de la empresa, padre de familia, enamoradizo. Es heavy, pero he hecho muchos protagónicos en teatro entonces me siento preparado”.
Para encarnar a Fortunato tuvo que engordar ocho kilos, dejarse crecer la barba y el pelo, además de teñírselo, todo esto con el fin de verse diez años mayor. Además, desde hace cuatro meses toma clases natación para “ensancharse más todavía”. El actor comenta que en esta teleserie ha tomado un rol protagónico en todo sentido. “He tratado de hacerme cargo de todo y de liderar el equipo. Me he involucrado mucho. Fui a la Vega y a Valparaíso a buscar personajes, para proponer ideas. Por ejemplo, yo inventé que a Fortunato le gusta escuchar al Puma Rodríguez, entonces ahora musicalizan mis escenas con eso. Permanentemente busco cosas nuevas para aportar”.
- ¿No te asusta la sobreexposición?
“Siendo honesto, creo que todo actor busca la fama, por lo menos en mi caso. Creo que volverme famoso con "Casado con…" es distinto que ser famoso como Benjamín Vicuña o Gonzalo Valenzuela, que son galanes. Yo voy al supermercado y se me acercan niñas cuicas, y no tanto, y me felicitan. Es un fenómeno transversal. Nosotros entregamos humor, alegría, entonces la retribución de la gente siempre es con una sonrisa”.
Eso sí, cuenta que una noche casi le dio una crisis de pánico cuando en la calle lo saludó, literalmente, todo quien se le cruzara. “Entonces me pegunté
Chuta, para dónde está yendo todo esto. Si Pablo es secundario, ¡cómo será con Fortunato!”
-E inevitablemente te insertarás más en farandulandia.
"Trato de mantenerme al margen. Ojalá a mí no me toquen. Creo que la farándula es como el circo romano; para mantener a la gente entretenida. Es una mierda y me cuesta aceptarla. Yo quiero destacar por mi trabajo, no por ser conocido. Pero creo que uno puede mantenerse al margen. Hay que tener cuidado, no perder el rumbo. Yo soy actor, un intérprete que trabaja con emociones, no soy un artista”.
Reconoce que sí siente temor frente a algunos medios. “Hay algo muy tránsfugo ahora, que se andan metiendo en la vida de todos, inventando cosas. Pero me da más susto no poder ser más como soy con todo el mundo. Soy súper sociable; amigo del diariero, del panadero, de la vecina, de todos. Y cuando uno se hace famoso la gente se va interesando en ti por otras cosas. Yo salgo mucho a la calle a hacer estudio de personajes y me da miedo perder esa fuente inspiradora. El anonimato me ha servido mucho en la vida. "Casado…" ha sido un verdadero fenómeno, entonces no es lo mismo que hacerse famoso por otra cosa”.
-¿Por qué crees que la serie ha tenido tanto éxito? ¿Por un fenómeno sociológico?
“Sí, porque en este país faltaba un programa de humor, que hace muchos años que no había uno bueno. Además, es una serie que atraviesa transversalmente esta sociedad”.
-¿Quién piensas que representa más al hombre chileno, Tito o Pablo?
“Los dos. Es que en todos los personajes se da el fenómeno de la representación. Nadie se atreve a decirle a su hijo
cara de jurel, pero todo el mundo ha sentido ganas de decirles que se vayan a la cresta, pero no lo dicen porque no es políticamente correcto” (risas).
-En esos términos, denota una violencia implícita en la serie.
“Nooo… es sólo humor. O sea, nadie le va a empezar a decir a sus hijos que tienen cara de jurel porque salió en la serie. Eso no ha pasado, no existe. Se toma por el sentido del humor, no de la violencia. Es más que nada un escape para el público y por ahí se genera la empatía. Pero no es que se comente o se aplique esa supuesta violencia entre el público y en la vida real”.
La serie finaliza a mediados de octubre. El actor agrega que otro factor del éxito ha sido la buena onda que se ha generado en el equipo de trabajo. “Creo que el proyecto se ha cimentado en eso y en la óptima elección del elenco. Aprendí que cuando hay buenas vibras en un proyecto, trasciende en las pantallas. Y he tratado de transmitir eso en el equipo de 'Fortunato'". Se estima que esta teleserie saldría al aire a fines de agosto.
-"Los Roldán" fue un exitazo en Argentina, ¿crees que acá se dará el mismo fenómeno?
“Sí, está muy buena. Tiene un gran elenco, buenos personajes y la historia es entretenida. Y yo estoy haciendo todo para que sea exitosa”.
-Todos los medios te indican como la gran revelación del año, ¿qué sientes con esa afirmación?
“Me da risa, porque ser una revelación a los 33 años es un logro. Yo pensaba que ya no me iba a ser famoso y estaba poniendo los huevos en otras canastas por si acaso, como el restaurant. Pero la vida es circular. Ahora estoy arriba pero quizás el próximo año voy a estar de cajero. Pero no me asusta. Soy muy católico y creo mucho en la Parábola de los talentos. Tengo más talentos que para ser sólo actor y quiero descubrirlos y desarrollarlos”.
Y es que al “Rai”, el restaurant que posee junto a su hermano chef, le va tan bien que ahora está en vías de expansión. Dice que le gusta mucho ser empresario gastronómico pero que su rol en esta empresa “va de acuerdo a mis tiempos, ahora pasa más que nada por hacer marketing”.
-¿Cómo utilizas el poco tiempo libre que te queda?
“Lo aprovecho mucho, me gusta hacer cosas, soy bastante activo. Me carga estar tirado en la cama, sin hacer nada o estar cesante, me deprime, no me hace bien. Me gusta aportar; ir a dar charlas en universidades, además tengo un cura amigo y voy con él a la cárcel a dar mi testimonio. Siento que si a uno le está yendo bien, hay que devolver la mano”.
Y claro que le está yendo bien. Porque además de las series y el restaurante, el actor ya tiene agendado cinco nuevos proyectos en el celuloide y pretende abrir una sala de teatro que se combine con una cafetería, una productora y un estudio de fotos. “Hay que hacer negocio con el teatro. Yo siento que acá está en pañales. Además, el trabajo como actor de TV es muy inestable y a corto plazo. Pero no me asusta, porque gracias a Dios he podido vivir sin la tele y tengo muchas otras cosas por hacer”.
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