La adaptación es nuestro sino como seres humanos, quizás la esencia, junto con la reproducción del fenómeno vida. El entrenamiento deportivo es un paradigma. El entrenamiento induce cambios sutiles en el cuerpo-mente que lo adaptan a los mayores requerimientos mecánicos y energéticos que demanda el ejercicio.
Se plantean tres grandes niveles de acondicionamiento:
-El acondicionamiento energético, el que dice relación con mejorar la capacidad de transformación de energía química en mecánica, es decir, con el desarrollo de todos los sistemas que permiten la combustión biológica de sustancias nutritivas para producir movimiento.
-El acondicionamiento psicofísico, que tiene que ver con el desarrollo de destrezas mentales que se manifiestan en el plano físico.
-El acondicionamiento muscular, mejor dicho, músculo-esquelético, que induce cambios en nuestro aparato locomotor, o efector, porque es el que efectúa finalmente los movimientos.
El mentado acondicionamiento muscular incluye fuerza, resistencia, potencia y velocidad. Todos estos componentes se mezclan en distintas proporciones en el programa de entrenamiento de los deportistas, dependiendo de su respectivo campo de acción.
Los atletas jóvenes o los noveles comienzan generalmente con un entrenamiento muscular de resistencia, usando menos peso y más repeticiones, pero los atletas experimentados usualmente realizan un entrenamiento de fuerza fuera de temporada, para construir masa muscular y fuerza, y luego prosiguen a añadir resistencia, potencia y velocidad, según lo requiera su deporte.
La fuerza, la resistencia y la potencia muscular pueden mejorar movilizando el cuerpo y sus diferentes partes contra otra fuerza o contrapeso.
Un gran contrapeso y pocas repeticiones construyen fuerza muscular. Un pequeño contrapeso y muchas repeticiones construyen la resistencia.
De gran variedad, el contrapeso puede ser el propio cuerpo, o pesas libres, o máquinas que usan pilas de pesas o resortes, y que permiten regular los contrapesos, en una eterna lucha contra la gravedad.
Aumentando masa
La fuerza es la capacidad para acelerar una determinada masa. La habilidad para ejercer fuerza debe ser regulada según el deporte en práctica. Si la disciplina requiere mayor fuerza de la que tiene el deportista, se plantea un acondicionamiento de fuerza. Si éste tiene capacidad de fuerza, debe moverse a conseguir resistencia, potencia o velocidad.
La fuerza mejora cuando el músculo es sobrecargado. Un peso que puede ser levantado unas pocas veces es suficiente para sobrecargar un músculo e inducir adaptación. Las adaptaciones al entrenamiento de fuerza incluyen un aumento de la masa muscular a expensas de un aumento de las proteínas contráctiles actina y miosina en las fibrocélulas musculares. También se engrosa el tejido conectivo colágeno de soporte. Se observa también una mayor capacidad de reclutamiento de fibras musculares, es decir, una mayor cantidad de fibras se contrae con un impulso nervioso.
Los varones adaptados a un entrenamiento de fuerza muestran hipertrofia de los músculos o grupos musculares entrenados. Debido a sus bajos niveles de testosterona, las mujeres muestran menos hipertrofia muscular, pero se hacen más fuertes. Porque una progresión gradual en el uso de pesas libres o cualquier otro contrapeso, mejorarán siempre la fuerza.
