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Chile está lejos de promover natalidad con bono

Para aumentar la tasa de fecundidad, en España se entregará $1,8 millón a cada niño nacido en territorio español. En Chile no hay medidas directas que apunten en esa dirección.

25 de Julio de 2007 | 09:31 |
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Desde comienzo de julio los recién nacidos españoles traen una verdadera marraqueta bajo el brazo. Esto, luego de que el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunciara que "cada familia con residencia legal en España recibirá 2.500 euros ($1,8 millón) por cada nuevo hijo que nazca".

La medida es un claro incentivo a tener hijos. Y no es para menos: España tiene una tasa de fecundidad de 1,37 hijos por cada mujer en edad fértil, una de las más bajas de Europa. El mínimo para mantener a la población en un equilibrio entre jóvenes y viejos es una tasa de fecundidad de 2,1 hijos.

En Chile nos encaminamos por la senda europea: tenemos una tasa de 1,9, entre las menores de toda América Latina. Y se ha llegado a eso muy rápido: hace 5 años, la tasa era de 2,1.

A pesar de ello, aquí no existen políticas de incentivo directo a la natalidad como las implementadas en Europa. Pero sí hay iniciativas legales que apuntan a reducir los factores que desincentivan a las parejas a tener hijos, como los costos de la educación, y las dificultades de la mujer para ejercer la maternidad y permanecer en el mundo del trabajo.

Trabajo o maternidad

En su estudio "¿Dónde están los niños?", el economista y profesor del Instituto de Economía de la U. Católica Rodrigo Cerda, detectó en qué segmento femenino se están dando las mayores bajas en la fecundidad: "Es en el grupo de las mujeres casadas o con uniones consensuales; es decir, que tienen pareja estable".
¿Marraqueta o hallulla?
Está claro que las condiciones económicas de nuestro país no permiten entregar hoy a las madres un bono por cada niño nacido. Sin embargo, la reforma previsional impulsada contempla una figura parecida que comprende el pago a la madre por cada niño nacido vivo.

El proyecto de ley postula que al momento de nacer un hijo a la mujer se le reconoce el derecho de recibir un bono equivalente a 12 cotizaciones por el salario mínimo con una rentabilidad anual de 4%. Este bono se pagará recién cuando la mujer cumpla 65 años, es decir, mientras pasa el tiempo el bono inicial crece por los intereses y al jubilar se suma a la pensión.

La Superintendenta de AFP, Solange Berstein sostuvo, en su momento, que este bono no tenía como finalidad impactar positivamente en la tasa de natalidad de Chile, sino más bien es un reconocimiento a la maternidad.

El aumento del nivel educacional de la mujer y su mayor participación en el mercado laboral han hecho que se retarde la edad a la que se tienen hijos. "En este caso, se hace competir el trabajo con el cuidado de los hijos", dice Rodrigo Cerda.

Otro factor es que en los últimos 20 años se ha hecho "más caro" criar a los hijos, especialmente debido al alza en los costos de la educación.

Por eso, señala el economista, no basta simplemente con asignar un monto fijo de dinero por niño, sino "generar un conjunto de políticas que apunten a otorgar flexibilidad horaria a las madres y subsidios a la educación o el cuidado de los niños".

La ministra de Mideplan, Clarisa Hardy, asegura que el conjunto de medidas del sistema de protección a la infancia "Chile crece contigo", no sólo apunta a proteger a los niños, sino también a dar facilidades a las madres para que "no tengan que elegir entre trabajo o crianza".

Allí se inscriben las 880 nuevas salas cuna; el proyecto de alargar y hacer más flexible el posnatal; y el Subsidio Único Familiar, recién aprobado en el Congreso, que otorgará una bonificación de $5.400 mensuales por cada hijo de los hogares del 40% de menores ingresos, y cuya madre no tenga previsión.

La ministra de Sernam, Laura Albornoz, coincide con la ministra Hardy en que la intención del actual Gobierno de promover la maternidad se puede ver en distintas iniciativas. Una de ellas, señala, es "la reciente ley que extiende a todas las mujeres el derecho a una hora diaria para amamantar al hijo durante su primer año de vida".

Las ministras no ven cercano un escenario de bonificaciones como el europeo. "Primero hay que ver si las actuales políticas tienen un efecto en mejorar las curvas de natalidad actuales", dice Clarisa Hardy.

En relación con las políticas de anticoncepción promovidas por Salud, las ministras coinciden en que éstas apuntan a evitar los embarazos adolescentes, y que no tienen relación con el incentivo a la maternidad de las mujeres adultas.

Sin embargo, dice José Miguel Guzmán, jefe del Área Población y Desarrollo de la CEPAL, por más atractivos que sean los incentivos, "a lo que podemos aspirar es a alcanzar una tasa de recambio de 2,1, pero es impensable que en el contexto actual una política estatal eleve la tasa de fecundidad más allá".

La razón, dice, es que hay decisiones de pareja y cambios culturales, como la mayor igualdad de género, que hacen que las parejas estén decidiendo conscientemente tener menos hijos.

"Toda la sociedad se ha ido organizando en ese sentido. Por ejemplo, el mercado laboral es más exigente, lo que implica dedicarle más horas al trabajo y buscar para los hijos una educación más larga y cara, que les dé más oportunidades; las viviendas son más chicas porque su costo es cada vez más alto".

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