La noticia buena es que las madres que deben dejar a sus hijos menores de 3 años en una sala cuna o en un jardín de la Fundación Integra pueden estar tranquilas. Según un estudio encargado por esa organización, los niños de esa edad que van a sus centros alcanzan el mismo nivel de desarrollo que los que se han quedado en sus casas.
Sin embargo, el mismo estudio, realizado por el Centro de Estudios de Desarrollo y Estimulación Psicosocial (CEDEP), mostró que aún hay desafíos pendientes en el área cognitiva.
Con esta investigación, la Fundación Integra -que atiende a 27 mil niños menores de 3 años de sectores sociales vulnerables- quiso evaluar por primera vez su curriculum educativo diseñado para el primer ciclo de la educación preescolar: sala cuna (niños de 3 meses a 3 años) y nivel medio menor de los jardines (de 2 a 3 años).
La evaluación de CEDEP incorporó también el clima afectivo, las prácticas pedagógicas, la infraestructura de los centros y el trato con los apoderados, entre otros puntos.
Según el estudio, en el ítem "vínculo afectivo", el 89% de las salas cuna de Integra alcanzó un nivel "bueno"; y un 11%, "regular". En el caso de los jardines, el 77% marcó "bueno", y el 21%, regular. No se observó ninguno con nivel "deficiente".
En el ítem "bienestar y rol protagónico de los niños" también estos centros educacionales alcanzaron un alto nivel: 91% "bueno" para las salas cuna, y 83% "bueno" para los jardines.
Los desafíos pendientes, según la investigadora del CEDEP Ximena Seguel, están en aspectos cognitivos como el fomento al desarrollo del lenguaje y en que los adultos motiven más a estos pequeños a descubrir su entorno por sí mismos. En el ítem "rol mediador del adulto", un 39% de las salas cuna alcanzó el nivel "bueno"; el 40%, el"regular", y el 21%, el "deficiente".
Dos grupos
Además, se midieron los niveles de desarrollo de una muestra de 507 niños de estos centros y los de un grupo de control de 179 pequeños que no asistían a centros educativos sino que eran cuidados en sus casas.
Los resultados muestran que ambos grupos alcanzan casi el mismo nivel de desarrollo (ver infografía), lo cual es positivo en cierto aspecto: "Es importante que niños de sectores vulnerables, cuyas madres deben trabajar, puedan estar y sentirse como en sus casas en nuestros centros", dice Loreto Amunátegui, directora de Integra.
Sin embargo, agrega, "no nos vamos a quedar y seguiremos trabajando para avanzar en lo pedagógico". Cuenta que en el nivel medio mayor (de 3 a 5 años), un estudio anterior ya mostró este avance: "Ahora estamos con los más pequeños y queremos ver en qué medida podemos progresar".
El desafío no es menor. Según Ximena Seguel, "es difícil que en menores de 15 meses se pueda compensar la relación de uno a uno que tienen en sus casas".
Para Pedro Montt, director de Evaluación y Curriculum del Mineduc, la política de ampliar las salas cuna y jardines en el país tiene el propósito de "compensar las deficiencias de capital cultural que estos niños tienen en sus hogares".