Uno de los grandes emblemas de Oriente y base de su dieta, la soya, es sin duda uno de los alimentos de moda. Y no sólo por sus bondades nutricionales - el grano de soya es una proteína de alta calidad y la única de origen vegetal que se iguala a la proteína animal- , sino también por los beneficios que su uso representa para la salud y buen aspecto de la piel.
No es casual que cada vez sean más los laboratorios de la industria de la belleza que la incorporan como principio activo en sus cremas, basados en decenas de estudios científicos que avalan sus propiedades cosméticas. Y es que se ha llegado a la conclusión de que la llamada tatou o legumbre suprema de China, base de la alimentación en Oriente, explica que las mujeres orientales envejezcan en forma más tardía en comparación con las occidentales.
¿La razón? La soya tiene la capacidad de combatir en forma natural y efectiva el deterioro que acarrea el proceso de envejecimiento. La doctora María Langhlas, miembro del equipo de investigadores de Laboratorios Beiersdorf en Hamburgo, Alemania, sostiene que el hecho de que en Asia la piel de las mujeres maduras tiende a mantenerse más suave y con menos arrugas por más tiempo, puede tener que ver con el estricto régimen de belleza al cual se someten y la casi nula exposición al sol, pero no se debe desestimar el tema de la dieta.
"Es sabido que los asiáticos, quienes consumen mucha soya, sufren de menos problemas físicos y tienden a permanecer más sanos y en forma por más tiempo".
Según explica, al traspasar estos beneficios al cuidado del rostro descubrieron que la proteína de soya gatillaba un número importante de factores antiedad en las distintas capas de la piel, debido a su alta concentración de aminoácidos, esenciales para el metabolismo celular.
Para saber más |
Los interesados en conocer las últimas investigaciones acerca de las virtudes de esta legumbre de origen chino, y su valor para el mantenimiento de una buena salud, pueden hacerlo a través del libro "Soja: La legumbre milagrosa", de Ruth Winter, escritora norteamericana especializada en temas científicos y médicos, y autora del A Customer's Dictionary of Medicines.
En la publicación se explica, por ejemplo, que un solo grano de soya contiene múltiples sustancias extremadamente potentes que pueden reducir el nivel de colesterol, combatir el cáncer, reducir la tensión arterial, proteger el corazón, regular el nivel de azúcar en la sangre, ayudar a las funciones intestinales, y fortalecer los huesos, entre otros. El libro enseña a incorporar la soya a la dieta y contiene 50 recetas de la New York Natural Gourmet Coolery School con menús para niños y adultos sobre la base de esta legumbre. A la venta por www.amazon.com
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"El beneficio de la proteína de soya a nivel cutáneo se explica entonces porque estimula la regeneración celular - que disminuye con el paso de los años- , regenera las fibras de colágeno y mejora la capacidad natural de la piel para retener agua. Todo ello se traduce en una piel que ve mejorada su densidad y firmeza", aclara la especialista.
Y las virtudes no terminan ahí. Las distintas firmas cosméticas que la utilizan aseguran que desde el punto de vista dermatológico, la soya posee propiedades nutritivas, protectoras, suavizantes, hidratantes y regeneradoras.
De ahí que hoy tengamos acceso cada vez más a productos que la han incorporado en sus formulaciones. A modo de ejemplo, se puede citar Absolue de Lancôme, Chronos de Natura, y Soya Unify de Roc. La más reciente, Nivea Vital, una línea específica para mujeres sobre los 50 años cuyo principal activo es la proteína de soya, y que incluye productos de limpieza, crema de día, de noche y contorno de los ojos.
Aliada de una piel joven Entre las virtudes de la proteína de soya no se puede dejar de mencionar su alto contenido de macronutrientes esenciales, sustancias vitales para una piel sana y luminosa. Destacan también las propiedades de sus isoflavonas, un tipo de fitoestrógenos o estrógenos de origen vegetal. No hay que olvidar que un factor determinante en el envejecimiento es la disminución de estrógenos.
Esta baja hormonal se traduce en una piel que se adelgaza producto de la pérdida de densidad, que se reseca, y que pierde firmeza por la alteración en la normal síntesis de colágeno y elastina. Por eso, cuando le aportamos al organismo isoflavonas como las de la soya, mejora la actividad de los fibroblastos y la cantidad y calidad del colágeno, se potencia el metabolismo y la piel renace.
Otro punto a favor de la proteína es su concentración de calcio, y otros minerales como el hierro, yodo y zinc. Estos últimos son vitales para potenciar la eficacia de las vitaminas, la renovación celular y la estimulación cutánea. El zinc, por ejemplo, combate la piel reseca, el cabello frágil y las uñas quebradizas, y el hierro, por su parte, es primordial para la salud de las uñas y el pelo.
Por último, la soya también es reconocida por su acción adelgazante, lo que se relaciona con su contenido de lipostabil, que ayuda a reducir adiposidades de grasa, sobre todo la que se encuentra localizada.