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¿Por qué las mujeres mayores renuncian a su vida sexual?

Más del 90% de los hombres entre 60 y 64 años se mantienen activos; de las mujeres, sólo el 50%.

10 de Agosto de 2007 | 10:26 |
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Basta encender la TV para notar que la vida sexual de los adultos mayores no jubila y ya se vuelve parte de la cotidianidad: mientras en "Papi Ricky", Carmen Barros y Jorge Yáñez no temen demostrarse su reciente amor en el Hotel Valdivia, "Corázón de María" exhibe un fogoso triángulo entre Liliana Ross, Luis Alarcón y Delfina Guzmán.

Claro que la realidad no siempre va al ritmo de la ficción. Durante las Jornadas Multidisciplinarias de Sexualidad Humana, que organizó el Centro Chileno de Sexualidad Humana, la psicóloga Irma Palma presentó una revisión de diversos estudios nacionales en los que queda en evidencia cómo las mujeres mayores chilenas renuncian a su vida sexual, voluntariamente o no.

Entre los 50 y los 70 años, apenas un promedio de 53% tuvo actividad sexual en el último año anterior a las encuestas. De este grupo, el 78% estaba casada, mientras que el 17% eran solteras y sólo el 5% separadas (viudas ni figuran). Los hombres post 50, activos sexualmente, en cambio, no bajan del 90%.
Brecha
5 años de diferencia ni se notan en los seniors, por lo que no hay que temer a relacionarse con gente menor, dicen las expertas.

Para Irma Palma, este escenario desestimaría la teoría "de que el climaterio es lo que disminuye la vida sexual, porque vemos que las casadas sí mantienen niveles altos de actividad sexual en ese período". Si no la están teniendo, agrega, es por la no disponibilidad de pareja afectiva, pues "las generaciones mayores no tienen incorporado aún el fenómeno reciente de vivir la sexualidad fuera de esos marcos".

Las razones ocultas
Un libro abierto
Para quienes dudan de que la vida íntima en la tercera edad pueda ser intensa, editorial Gedisa-Océano lanzó el libro "Amor y sexualidad en las personas mayores", de la psicóloga Ana Vásquez-Bronfman.

Son más de 20 entrevistas con testimonios acerca de sus experiencias sexuales. Aunque han sido educados entre normas y prohibiciones, se están atreviendo a hacer cambios, dice su autora. Es que ellos piensan, agrega: "Hay un tiempo de regalo, de vida que nos queda, entonces por qué no nos damos todo el placer posible y somos lo más felices que podamos".

Nancy C. (60) se separó hace una década y no se ha vuelto a emparejar. "Me gustaría alguien que me revolviera las hormonas de vez en cuando", bromea. "Hecho de menos un orgasmo -se pone seria-, pero más extraño la ternura de un hombre, el dormir acompañada. Pero es difícil porque uno se pone exigente. No quiero cuidar viejos enfermos o que alguien se instale en mi casa y desestructure mi sistema. Mi vida está incompleta en un 20%, pero no vivo amargada".

Cuenta que a sus amigas solas también les influye haber dejado de querer su cuerpo. Se sienten menos atractivas y rehuyen el contacto íntimo, entonces se dejan de cuidar y así empieza en círculo vicioso.

Algo de razón quizás tengan. En las Jornadas de Sexualidad, el psquiatra César Ojeda contó que estudios en diversas sociedades muestran que mientras a las mujeres les atraen los hombres con mayores recursos (económicos, sociales, fortaleza física), los varones prefieren mujeres jóvenes y bellas.

Para Irma Palma, no está claro. "Creo que a los hombres les importa más la forma cómo se articula la interacción, la sensualidad, el erotismo". Un cuerpo no se ve envejecido, se siente envejecido y se comporta como tal, dice.

La psicogeriatra de la Universidad Católica Susana González cree que muchas de las mujeres sexualmente inactivas no estarían interesadas en retomarlo quizás aliviadas de estarlo. Es que "la sexualidad de la mujer es más frágil y se ha resentido más a lo largo de la vida". Por ejemplo, el mensaje moralista contra el sexo le llegó más a ellas. Además la iniciaciones sexuales, infidelidades, experiencias extramaritales o relaciones con personas menores se han consentido socialmente en ellos.

Para colmo, "muchas señoras tuvieron que estar con hombres sexualmente mal educados, porque antes nadie hablaba del afecto o la seducción". Será difícil para ellas retomar algo que nunca conocieron en plenitud, pero "quienes sí tuvieron alguna vez una vida sexual satisfactoria, ojalá hagan todo lo posible por conservarla y aspiren a emparejarse. Verán que vale la pena", dice Susana González.

Lo crucial es no renunciar a la vida sexual por imposiciones sociales.
Sonia L. (70) enviudó tras 24 años de un excelente matrimonio y vida sexual. "Me sentía discrimada en los círculos sociales, pues todos andan en pareja. Después de 10 años, conocí a un hombre mayor (89) y me di una oportunidad. Él es muy sano y nuestra sexualidad es tan intensa como en los jóvenes. Quizás no estoy enamorada, pero es un gran compañero y nuestra sexualidad nos rejuveneció a ambos".




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