Para quienes se inician en la cocina y no tuvieron una abuela que les traspasó sus secretos, hemos decidido hacer una recolección de ellos para que así su aventura frente a ollas y bowls sea más exitosa.
Bizcocho: es un error usar polvos de hornear para que la masa suba porque queda más seca y dura. Si desea una masa esponjosa lo mejor es batir los huevos a mano con el azúcar dispuesto a baño María sobre el fuego y agua. Después de conseguir la crema se agregan los ingredientes secos de manera envolvente.
Merengue: lo primero es que las claras estén a temperatura natural y no en el refigerador porque eso impide que suban más. Cuando se comienzan a batir, se debe echar una pizca de sal para que suban bien y queden duras. Una vez que se le introduce el almíbar, la mezcla debe ser batida sobre un bowl con agua fría para que de a poco se vaya enfriando. Algunos le colocan al final una cucharadita de azúcar en polvo para que quede más seco.
Pulpo: es un recurso marino de moda en la cocina, pero quienes se aventuran con él luchan contra la dureza. El secreto está en echarlo a cocer en agua acompañado de unas papas.
Porotos verdes: para que los porotos verdes queden con bonito color, lo mejor es echarlos a cocer con una pizca de bicarbonato en agua caliente.
Limón: Para que no se ponga amargo y no se oxide se debe sacar el jugo con un aparato de plástico, no de acero.
Vegetales: espinacas, acelgas, porotos verdes, coliflor deben ser cocidos en agua fría.
Coliflor: es una verdura que echa muy mal olor cuando se echa a cocer, pero el secreto es poner un pedacito de marraqueta en el agua cuando se pone al fuego.
Papas: las papas se echan a cocer en agua fría no en agua caliente. Esto se aplica con todos los tubérculos.
Cebolla: si se desea que no cause problemas estomacales, debe ser picada y luego colocada en agua con sal por más de una hora. Si se la quiere al natural, para que no quede muy fuerte se le debe agregar una pizca de azúcar.
Conservas: las mermeladas y salsas de tomates hechas en casa deben ser envasadas una vez que están frías para evitar que se echen a perder. Una vez en el frasco, a la mermelada hay que ponerle una gruesa capa de esperma de vela para que no se llene de hongos y a la salsa de tomate una capa de aceite.
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