EMOLTV

“El tremendo logro social” de alargar la vida de los chilenos

La directora del Senama es crítica de quienes ven en los adultos mayores un problema. Es más, considera que en el país predomina una imagen estereotipada del ‘viejismo’ que los pone sólo en situación de abandono y pobreza, cuando la realidad no es así.

04 de Octubre de 2007 | 09:30 |
imagen
Está llena de energía; la misma que le falta a las personas que se encuentran en la tercera y cuarta edad y que, a través del servicio que dirige, intenta ayudar.

La trabajadora social, especialista en gerontología, Paula Forttes, tiene mucho qué decir sobre el adulto mayor, pero sobre todo, sus palabras buscan cambiar el modo de pensar de algunos que ven en este segmento de la sociedad a un grupo problema.

Desde el Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama, ha emprendido una serie de iniciativas destinadas, no sólo a mejor la calidad de vida de los ancianos, sino que a confirmarlos en sus derechos.

Según las cifras del Censo de 2002, en Chile, más de un millón 700 mil (11,7%) personas son adultos mayores (más de 60 años) y las proyecciones indican que de aquí al 2025, la cifra será superior a los 3 millones 800 mil, o sea, se tendrá –como explica Paula Forttes- la misma cantidad de población mayor que menores de 15 años. Las mismas estadísticas indican, además, que la esperanza de vida de los chilenos alcanza hoy los 80,4 años para las mujeres y los 74 años para los hombres.

-¿Qué explica este crecimiento?
“Esto no es casual, tiene que ver con el avance de la medicina, la existencia de trabajos con menor desgaste físico, que también permite alargar la esperanza de vida”.

-Con estas proyecciones el panorama se ve sombrío en el sentido de que la población pasiva será igual o mayor a la activa, que es la que tendrá que sostenerla.
“Generalmente la gente habla del problema de la vejez y sostiene exactamente lo mismo. Yo, en cambio, digo que pareciera que somos muy tontos porque todas las políticas han apuntado a alargar la esperanza de vida y, finalmente, frente al fenómeno logrado hablamos de un problema; eso es una incoherencia en el discurso. Creo que el hecho de que la gente pueda vivir más años no es un problema, creo que es un tremendo logro social. Ahora, ese logro nos está diciendo que las políticas, las formas como uno entendía su propia vida, tiene que replantearlas porque el escenario es distinto.
“¿La vejez es crecimiento o declinación?”.

-Crecimiento.
“¿Siempre es crecimiento? También es declinación. La vejez es una etapa de reflexión existencial sobre todo lo hecho en el vida, se llega a la cima de la montaña y se mira para abajo, ahí viene la aceptación o la desesperación. Se debe integrar lo hecho, lo que requiere adecuaciones de identidad, autonomía y pertenencia, lo que es bien complejo”.

-¿Los chilenos han tomado conciencia de estos cambios, que hay un envejecimiento de la población?
“Creo que la vejez es bien invisible en todas partes del mundo; en donde hay mayor contingente como los europeos tienen mayor conciencia, pero en Chile, todavía no. En las personas hay como la sensación de que las personas mayores estuvieran en otra dimensión, otro escenario”.

-El ser humano tiene un problema, no quiere envejecer.
“Claro, la negación. Todo tiene que ver con eso y con el hecho de que la vejez ha estado muy cargada a estereotipos negativos, en general, las imágenes que se proyectan de ella es frágil y no se muestra la activa. De hecho, hemos preguntado a los jóvenes si tienen algún adulto mayor aspiracional y contestan no, cuando están Nicanor Parra, Patricio Aylwin; recién ahí hacen un switch”.

-¿Las instituciones están viendo este cambio?¿Para ellos también la vejez es invisible?
“Siento que cada vez menos, los últimos años ha habido un cambio importante.
“El proceso de envejecimiento que vivimos nosotros es un proceso acelerado que se da un contexto muy distinto al que se dio en Europa; los europeos envejecieron en 200 años, en el marco de un Estado benefactor –los últimos trechos-; en el caso Latinoamericano, esto se produce en poco tiempo, en Estados que no son benefactores y con tasas de vulnerabilidad en otros segmentos etarios como niños y jóvenes. Cuando las instituciones tienen que planificar políticas lo hacen sobre los diagnósticos que tienen y pareciera que es tremendamente importante invertir en niñez, juventud y no tanto en adulto mayor. Incluso han primado ciertos conceptos economicistas que dicen que es mejor invertir en las primeras etapas que invertir en la última etapa de la vida. No obstante eso, invertir en las primeras etapas también es invertir en la vejez, porque el envejecimiento es el resultado de todo el ciclo vital.
“Creo que las instituciones han ido de a poco a adaptando sus programas en relación al adulto mayor como ocurre en el Chile Solidario con el programa ‘Vínculo’, o las nuevas políticas de Vivienda con énfasis en las personas mayores y en el mismo sistema de salud con algunas enfermedades del Auge”.

-Sí, pero la información dice que en Chile hay pocos geriatras. ¿Se ha preparado el sistema de salud?
“En todas partes del mundo hay pocos geriatras, incluso en Europa. En Chile hay pocos porque este no ha sido un tema de interés médico para la especialización, las becas que se abrieron hace algunos años no se llenaron; no obstante eso, no nos engañemos con el tema de la geriatría porque, efectivamente, todos los médicos de aquí a 20 años más van a ser geriatras por opción o por omisión porque se va a atender a un grupo de población evidentemente mayor”.

-¿Y el sistema está preparado para resistir una mayor demanda de personas que con la edad, se enferman más?
“Está quedando claro que no y no porque no esté preparado como sistema, sino porque requerimos una cantidad de especialistas importante para abordar temas como la diabetes, la hipertensión, problemas cardíacos, tumores prostático y otras enfermedades que tienen que ver con desgaste y deterioro. Tengo confianza de que se va a ir avanzando; de hecho, el Auge, ha incorporado de a poco una serie de patologías que tienen que ver con los mayores como la operación de caderas o de cataratas.
“Ni un sistema de salud ha estado preparado para enfrentar estos problemas, han tenido que prepararse y en el caso chileno estamos en eso”.

-¿Y el sistema de pensiones? Porque se proyecta que el sector activo no va a poder cargar con el sector pasivo.
“Claro y ahí surge una pregunta esencial, ¿es la pensión el único mecanismo para mejorar la calidad de vida de las personas mayores? Sin lugar a duda, el sistema previsional chileno necesitaba correcciones como las que plantea la reforma; pasamos de un sistema de reparto a uno de capitalización individual cuando el concepto esperanza de vida era bastante relativizado. Creo que la reforma es un elemento alentador, pero obviamente, las personas que no han cotizado a lo largo de su vida y que van a poder optar a una pensión de 70 o 75 mil pesos no van a solucionar los problemas que les demanda la vejez y para eso, vamos a requerir servicios y políticas gubernamentales como en el ámbito habitacional donde se asegure derecho a techo.
“La gracia de haber envejecido después de Europa es que nos permite ver ciertas experiencias ya desarrolladas; allá la gente no tiene una gran pensión, pero tienen un gimnasio cerca de la casa, vacaciones pagadas, centros de día, servicios domiciliarios e incluso una ley de dependencia que presta cuidadores domiciliarios”.

-En eso se ha avanzado a nivel municipal y el mismo Sernatur.
“En Chile, recién en 1990 se hace un primer diagnóstico de la situación de las personas mayores que arroja que más del 70% eran autovalente, por lo tanto era necesario desarrollar políticas que apuntaran a la prevención. A través del Fosis se empiezan a desarrollar incentivos de programas municipales; los con más recursos, incluso, desarrollaron propios. A la fecha casi todos tienen programas para el adulto mayor básicamente asociados al tema de la actividad, a que salgan de su casa, se relacionen con sus pares.
“Después empezaron los servicios, como Salud que desarrolló el programa de alimentación complementaria y trabajó con enfermos crónicos, Sernatur hizo lo propio con vacaciones para la tercera edad y Chiledeporte que también tiene un alto porcentaje de programas asociados a adultos mayores”.

Paula Forttes explica que el gobierno de Michelle Bachelet reconoce todo lo avanzado, pero decide también hacerse cargo de los escenarios de vulnerabilidad que presenta este grupo; por eso, con Chile Solidario se busca hoy revincularlos a la red social y asegurarles ciertas prestaciones para mejorar su calidad de vida. “Los casos de vulnerabilidad, hasta esta fecha, han sido abordado por la familia y las instituciones de Iglesia. Hoy la tarea que nos queda es cómo logramos que esta población mayor empiece a defender sus derechos y, en su segunda etapa, cómo generamos servicios para una población en situación de vulnerabilidad, que es minoritaria, pero con demandas reales”, dice.

-¿A quiénes incluimos en una situación de vulnerabilidad?
“Cualquier chileno que haya desarrollado su ciclo vital en etapas de fragilidad o pobreza va a llegar a la vejez en una situación vulnerable; ese es un dato certero y por eso es importante invertir en esa primera etapa. Además, como ya estamos superando los 70 y más años se empiezan a hacer presente ciertas enfermedades como demencia senil, Alzheimer y postración. En esos casos, la familia chilena ha cambiado y no tiene como hacerse cargo”.

-En este país, ser viejo es sinónimo de pobreza, porque caen tus ingresos y aumentan los gastos por enfermedades.
“Sí claro, y esto nos plantea también el tema de cómo estamos midiendo la pobreza porque según la encuesta Casen, las personas de 60 años son las menos pobres de acuerdo a su ingreso. No obstante, y aunque en la adultez mayor tienes ciertos bienes que lograste acumular a lo largo de la vida como la casa y no se tiene a cargo a los hijos, los gastos médicos impactan. En ese marco se ha avanzado teniendo gratuidad en el sistema público de salud a partir de los 60 años, pero existe el gasto de medicamentos que no es menor.
“Cuando se evaluó el año pasado una canasta básica de consumo de las personas mayores en los segmentos C3 y D se calculó ésta en, promedio, $ 117 mil y un ingreso de 70, lo que indica que ellos están siendo subvencionados por sus familias. Creo que la vejez tiene situaciones de vulnerabilidad asociado a mayor gasto en salud y menos redes sociales de apoyo y, no obstante eso, los mayores no son los más pobres de Chile.
“Hay que poner ojo, los adultos mayores que aparecen en los medios son aquellos que están en situación de abandono, pero no aparecen los que están haciendo emprendimiento, ni los actores, ni mucha otra gente que es mayor y que hoy está activa. Hay un tema que tiene que ver con el ‘viejismo’, esta imagen estereotipada de la vejez que es la que predomina”.

-¿Qué cifras se manejan de adultos mayores en situación de abuso y abandono?
“Cuando hablamos de maltrato vemos que éste tiene distintas manifestaciones, física, psicológica, patrimonial y también estructural. El abandono es un maltrato estructural porque no está la familia ni la red social. En el caso de los adultos mayores, cuando se empezó a estudiar el tema, no llegábamos a una tasa de denuncia del 1%, que es la menor tasa en relación a los otros segmentos etarios; al ir escarbando uno se da cuenta que generalmente, el que ejercer maltrato contra una persona mayor es un familiar y por lo tanto, es mucho más difícil...”

-Más cuando se depende.
“Más cuando se depende y más cuando es tu hijo. Si ya es difícil denunciar al marido o a un padre, imagina lo complejo que es denunciar al hijo del cual se depende no sólo económicamente, sino afectivamente porque es la única red que se ha podido construir. Hay una cifra negra en todo esto que, a nivel internacional, bordea un 30%.
“Por otro lado, en cuanto a ejercicio de derechos también se van dando escenarios de maltrato estructural que son invisibles. Por ejemplo, cuando van a cobrar un cheque de pensión al banco y el cajero en vez de dirigirse a él, le habla al hijo; es un maltrato, pero como se van haciendo tan frecuentes, la gente no los identifica como tales. Nos dimos cuenta que las personas mayores no reclaman y por eso, uno de los ejes de nuestra política es que los adultos tomen conciencia de sus derechos, porque es la única forma de ejercerlos y defenderlos”.


Continúa leyendo:
“Hacernos cargo de los otros es parte de la vida”

Una madre optimista por naturaleza
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?