El experto dice...
Cristián Amengual, maquillador oficial de marcas como Smashbox e Yves Saint Laurent, te entrega algunos consejos de aplicación:
·Para cubrir ojeras hay que usar un producto oscuro bajo el ojo, y retocar con uno más claro donde nacen las pestañas.
·Para bajar las manchas se necesita un corrector más claro, que ayude a unificarlas con el color del resto de la cara.
·Para afinar la cara se deben destacar los pómulos aplicando un corrector más oscuro, siguiendo una línea diagonal imaginaria. Lo mismo se hace a cada lado de la nariz -en las aletas- y en el centro del mentón.
·Para afinar la papada, hay que poner corrector en los costados de la cara, entre la oreja y el mentón. Y otro más claro marcando una línea a lo largo de la nariz para iluminar el rostro.
Corregir imperfecciones:
Lo primero que debes saber es que el objetivo de los correctores es disimular defectos o imperfecciones como manchas, cicatrices y ojeras. Y lo segundo, que lo mejor es aplicarlos antes de la base.
Cómo usarlo: Trata de detectar qué zonas requieren una mayor cobertura, ya sea para disimular ojeras o un grano. Las áreas más comunes en donde se necesita corrector es bajo los ojos, el lagrimal y en las aletas de la nariz. Debes saber que el corrector no se extiende, sino que hay que fijarlo con pequeños golpecitos con la yema de los dedos. Si no eres experta en maquillaje, primero calienta el producto con los dedos para facilitar su uso, y luego aplica con toques suaves para que se absorba fácil.
Productos: Hay correctores en una amplia variedad de tonos, pero el ideal es que utilices uno de un tono más claro que el de tu piel. Los más comunes son los café o beige, que ayudan a definir rasgos, disimular manchas e impurezas. Para ocultar las ojeras los más utilizados son los correctores amarillentos. Incluso hay correctores verdes, que sirven para esconder las manchas rojas que aparecen cuando los vasos sanguíneos se dilatan ante los cambios bruscos de temperatura. También hay variedad en cuanto a texturas: existen correctores en crema, fluido, barra y polvo. Pero lejos el más fácil de usar es el líquido, además se adapta bien a los distintos tipos de cutis.
Unificar la tez
Si eres de las que cree que la base sirve para lucir bronceada, estás en un error. El fin de la base no es cambiar el color de tu piel, sino uniformarlo para que parezca que tienes piel de porcelana.
Cómo usarla: Siempre la base debe extenderse desde el centro de la cara hacia los extremos. Puede ser aplicada con los dedos o con ayuda de una esponja o pincel. Es cosa de gustos. Lo que no debes olvidar, es que basta con una pequeña cantidad de producto, el que debe ir difuminándose hacia la raíz del pelo, las orejas y el cuello para que el resultado sea natural. Es importante maquillar con la luz adecuada, es decir, aquella con la que después te verán los demás.
Productos: Las bases vienen en distintas texturas, fluido, barra, polvo compacto y mousse. Considerando que la mayoría de las pieles jóvenes tienen problemas con el exceso de grasitud, deben preferirse texturas livianas y que no tapen los poros. Las mejores son los fluidos libres de aceites y el mousse, que además asegura un acabado mate.
¿Cómo escoger la correcta? Debes elegir el color de la base según el tono natural de tu piel. La idea es que sea lo más parecida a eso. De todos modos hay parámetros generales que pueden servirte de orientación: A las pieles morenas les van mejor los productos tostados con fondo rosado. Y a las blancas las bases claras con fondo amarillo.