“Me encanta variar, soy muy curioso en todo sentido”

Además de versátil, la carrera de Juan José Gurruchaga ha sido meteórica. Apenas egresó en 2000 de comunicación escénica en el Duoc tuvo algunas apariciones en pantalla en “La otra cara del espejo”, de Mega y “Teatro humor” de Canal 13.

Luego se dedicó al teatro con obras como "El membrillar es mío", "Sueño de una noche de verano" y "Noche de reyes" y a seguir estudiando en algunos cursos libres de teatro durante cinco meses en Washington DC, Estados Unidos.

En 2002, y sin ni una expectativa, fue a dejar su currículum a TVN, hizo un par de castings y entró por la puerta ancha. Debutó al otro año en la exitosa “16” (promedió 19,8 puntos), después se sumó a su sucesora “17” y en las nocturnas “Bienvenida realidad” y “Los treinta”, base suficiente para saltar a las teleseries de la tarde como “Versus”, “Floribella” y ahora “Amor por accidente”, además de la tan en boga “Alguien te mira”.

Tal ascenso es considerado por el actor como "una evolución". Es que con su corta y avalada experiencia, puede darse el lujo de probar: luego de su papel del revoltoso Darío en las juveniles “16” y “17” y de alcohólico en "Bienvenida realidad" -serie que fue exportada a EE.UU.- resultó bien evaluado por el canal, lo que lo llevó a un desafío mayor: la nocturna y también exitosa “Los treinta”.

Allí Gurruchaga tuvo que asumir la responsabilidad de interpretar a Benito, un chef gay, transformándose en el primer actor que besa a otro hombre en una teleserie chilena. La crítica y el público le dieron el visto bueno.

Y como a Juan José le gustan los desafíos y probar, cuando en TVN le ofrecieron la conducción de una de las temporadas del estelar veraniego “Corre video” no lo pensó dos veces. Para el actor, el haberse integrado en 2005 al panel del programa del corazón “Pasiones”, veta que todavía desarrolla, fue un plus en esa nueva misión.

Pero no sólo probando diferentes facetas televisivas se la ha pasado. En 2005 se convirtió en el conductor del programa “Colegio 40”, de la radio Los 40 Principales, lo que le valió una nominación al Apes como mejor locutor y hace cuatro años que da clases de sicología de la personalidad en la Escuela de Investigaciones, entre otras. Su próximo proyecto es ser profesor de actuación en su ex escuela, el Duoc.

El actor no para. Es que desde niño ha sido muy trabajador y esforzado y suma otros inéditos oficios, carentes de explicación: sacó fotocopias y hasta vendió barbies.

- ¿Crees que todo actor debería ser tan versátil y experimentar distintas facetas, como tú lo has hecho ?
“Está en uno, es algo personal. Yo no pienso que todos deban hacer lo mismo, hay quienes toman un sólo camino taxativo y siguen una línea. Pero a mí me encanta variar, soy muy curioso en todo sentido y hay que tener la predisposición y la energía para poder enfrentarlo. Me gustaría probar lo más posible, eso sí relacionado con el medio. Por ejemplo, dar una opinión neutral, en “Pasiones”, me encanta, es un aporte tratar de hacer sentido común”.

- Tu carrera ha sido meteórica, ¿te has sentido preparado para los diferentes desafíos que se te han presentado?
“Más que sentirse preparado uno tiene que estar bien consigo mismo para tener las ganas de hacer lo que la vida te depare por delante. No creo en los intentos, sí en los hechos, en los logros, ya sean positivos o negativos. De una orilla a otra, cuando uno comienza, hay muchas interrogantes y en el camino uno va encontrando alternativas y ya al otro lado, después de toda esa experiencia y recorrido, encuentra la respuesta final”.

- Además has interpretado a múltiples personajes. ¿Cuáles han representado un mayor desafío para ti?
“Personificar a un gay fue un desafío gigantesco, por toda la complejidad que tiene hacer un personaje así en este país conservador. Hacer de Darío en "16" también fue importante porque era el primero. Esos dos han sido lejos los más importantes de mi carrera”.