Una nueva alternativa de terapia podría abrirse para el 10 a 15% de las pacientes que presentan una variante del cáncer de mama conocida como cáncer lobulillar. Éste afecta la zona donde se produce la leche y se caracteriza por su agresividad, rápido avance y difícil tratamiento.
Expertos del Instituto de Investigación del Cáncer, en Londres, descubrieron que en el 50% de los cánceres lobulillares hay copias extra del gen FGFR1. Éste promueve la producción de una proteína cuya presencia excesiva genera la división de las células cancerígenas en forma descontrolada.
Los investigadores -que publicaron ayer su hallazgo en la revista Clinical Cancer Research- hicieron pruebas en laboratorio empleando un compuesto químico con el que lograron desactivar la acción del gen FGFR1. Con esto, el crecimiento de las células cancerígenas se detuvo o se volvió más lento.
"Este es el primer paso hacia la creación de una droga a la medida para mujeres diagnosticadas con cáncer de mama lobulillar", dijo el doctor Jorge Reis-Filho, director del estudio.
Riesgo |
Una de cada 14 personas en Chile desarrollará cáncer de mama en su vida.
|
El doctor Jorge Gallardo, oncólogo de la Clínica Alemana, advierte que se trata de una investigación "bastante preliminar", pero que de tener buenos resultados mejoraría el pronóstico de las pacientes al ofrecer una vía alternativa para tratar este tipo de cáncer cuando aparecen metástasis o recaídas.
Actualmente los tumores lobulillares se tratan con quimioterapia y drogas como el tamoxifeno o inhibidores de la aromatasa, pero al no ser terapias específicas, no todos los casos responden bien: su reincidencia es del 30%.
Los científicos señalaron que dentro de dos años las primeras pacientes podrían recibir esta droga en estudios clínicos.
Sin biopsia
El diagnóstico de cáncer de mama también muestra optimistas avances. Durante la reunión anual de la Sociedad Radiológica de EE.UU., expertos de la U. de Texas dieron a conocer una técnica experimental de ultrasonido que determinaría de manera exacta si un nódulo en la mama es maligno o benigno.
En el 80% de los casos estos nódulos son benignos, pero sólo es posible confirmarlo con una biopsia, técnica costosa, lenta y estresante, que a futuro podría ser reemplazada por el nuevo examen, llamado elastografía.
Jonathan Ophir, creador de la técnica, la define como una extrapolación de la palpación: el elastógrafo captura imágenes antes y después de comprimir el tejido mamario, mostrando en forma diferente los nódulos malignos y los benignos.
En un estudio, la técnica identificó correctamente 17 de 17 tumores cancerosos y 105 de 106 nódulos benignos. Ahora deben iniciarse pruebas en un mayor número de pacientes.