EMOLTV

Una zona vulnerable

Las características de la piel del cuello han motivado el desarrollo de productos de cuidado específicos. Su objetivo es hidratar, tonificar y mejorar la elasticidad cutánea.

24 de Agosto de 2007 | 09:09 |
imagen
La piel del cuello requiere tantos o más cuidados que el rostro para mantener un aspecto joven. Y es que se trata de una zona muy sensible a las agresiones del ambiente y, a la vez, frágil en su estructura.

El cirujano dermatológico Gonzalo Pantoja define la piel del cuello como de transición entre la de la cara y la del tronco. Sostiene que posee menos glándulas sebáceas y por lo tanto menos lípidos, componente esencial del film hidrolipídico que protege la piel de las agresiones externas. "Es más delgada y estructuralmente diferente, por tener que cubrir el músculo del cuello. Además, la lámina que une epidermis y dermis, en donde se asientan las células madres que reponen las dañadas, está a nivel más superficial, por lo que podría romperse con cualquier tratamiento medianamente agresivo y generar una cicatriz en la piel".

Esta piel también posee menos melanocitos, lo que altera los mecanismos de defensa contra la radiación ultravioleta. La suma de todo explica que la piel del cuello esté menos protegida y envejezca más rápido que el rostro. Pantoja explica que los principales problemas son las arrugas y la flacidez.
Qué hacer
La piel del cuello debe limpiarse en la mañana y noche, e hidratarse extendiendo la crema de rostro hasta el escote. Si el producto no posee filtro solar, hay que aplicar uno sobre la hidratante. Las cremas nutritivas deben dejarse para la noche; al dormir se activa la renovación celular. Algunos daños requieren soluciones más drásticas. Para atenuar líneas verticales se puede inyectar bótox, y para los anillos de Venus, ácido hialurónico.

Arrugas: Aparecen líneas horizontales conocidas como anillos de Venus, que se van marcando de tanto flexionar el cuello. A esto se suman líneas verticales que van desde el mentón hasta el escote y que se llaman bandas platismales. El doctor dice que aparecen por el aumento de la contracción del músculo platisma, y añade que en ambos casos la radiación ultravioleta acelera el proceso.

Flacidez: Los fibroblastos producen cada vez menos colágeno o de peor calidad. "Esto se agrava cuando hay cambios hormonales, ya que la baja de estrógenos hace decaer aún más la actividad que da origen a las fibras de sostén. Esto podría derivar incluso en la aparición de doble mentón o papada, ya que la falta de tonicidad es especialmente notoria en la parte inferior de la cara".

Cuidados: El cuello necesita las mismas rutinas de limpieza, hidratación y nutrición que damos a la cara. Para ello se pueden usar cosméticos faciales, sobre todo en el caso de la limpieza. A la hora de hidratar, nutrir y combatir el envejecimiento es preferible utilizar cremas específicas para esta zona.

Las mujeres jóvenes no requieren más cuidado que una buena hidratante y filtro solar. Pero a partir de los 35 años se necesita también de tratamientos rejuvenecedores, y en este caso la regla es no usar en el cuello la misma loción con retinol o vitamina C que se usa en la cara. Esto, explica el doctor, porque esas cremas suelen ser más fuertes, y la fragilidad del cuello obliga a emplear fórmulas suaves. Y agrega: "La diferencia entre productos de rostro y cuello está dada por la incorporación de activos diferenciados para combatir las arrugas y falta de firmeza, así como por concentraciones más bajas de los mismos. La piel del cuello es menos tolerante que la de la cara".




EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?