De este tipo de mujeres hay muchas en la vida actual. Profesionales, serias, dedicadas en cuerpo y alma –obsesivamente- a su trabajo y sin tiempo para mirar para el lado.
Aunque en Chile cueste encontrarlas, las hay y son muchas de las que optan por no emparejarse, tener relaciones pasajeras, dedicarse ciento por ciento a sus planes y proyectos y poner el matrimonio y los hijos en una mayor perspectiva.
Bueno, la chef de alta cocina Kate (Catherine Zeta-Jones), manifiesta un genio de los mil demonios en sus dominios, razón por la cual su jefa, la dueña del famoso restorán donde trabaja, la envía obligatoriamente a terapia.
Todo parece normal, hasta de que improviso dos personas aterrizan en su vida; una pequeña niña de la que debe hacerse cargo (y ella no se hace cargo de nadie) y un chef desordenado y alegre (Aaron Eckhart), que llega a revolucionar su controlado ambiente.
“Sin reservas” es una buena oportunidad para que algunas obsesivas revisen con atención sus pautas de conductas. Puede estar bien ser responsables con la pega, pero a lo mejor sería bueno atender esa vida solitaria que se emprende sin vuelta atrás, muchas veces.
Al contrario de las que andan con el vestido de novia en la cartera, este tipo de féminas le hacen el quite a todo aquello que suene a romance, quizás porque han tenido una mala experiencia y han quedado heridas en el ala. Pero la vida nos da siempre posibilidades de recomenzar y corregir actitudes que sólo nos pueden llevar a la depresión e infelicidad.
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