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“¡No por ser un personaje público voy a dejar que me pasen a llevar!”

04 de Septiembre de 2007 | 09:13 |
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Estudió en colegio Manquehue y entre medio se pasó al Notredam porque cuenta que, después de un período en Argentina con su familia, le dio hepatitis y tuvo que repetir. “Entonces quedé en el curso del segundo de mis hermanos, no me llevaba bien con él y pedí que me cambiaran de colegio”.

Al egresar, estudió publicidad e hizo un curso de cine hasta que se dio cuenta que lo que más le gustaba era la actuación y entró a la escuela de teatro de Gustavo Meza.

Hijo del conocido mago Larraín, nunca ha podido desligarse del mundo del espectáculo y la fantasía. Y no sólo porque siempre se ha desenvuelto en este ámbito sino que además dice que por su influencia familiar se toma la vida como un juego y por eso se viste de manera tan estrafalaria, siempre con prendas muy colorinches.

- La influencia de tener un papá mago fue muy fuerte, me imagino.
“Sí, en mi casa siempre habían fiestas y disfraces, mucho entusiasmo. En el local de mi papá, “La cigarra”, había mucho hueveo nocturno. Entonces tener un papá mago y verlo todas las noches disfrazándose era un impulso para cualquier niño que alucinaba con los baúles y los vestuarios, que era mi caso”.

- ¿Y a tu mamá también le gustaba todo eso?
“Sí, mucho. Siempre lo acompañaba y también le gustaba disfrazarse entonces crecí con el lema de que la vida es un juego”.

- Pero eso es un arma de doble filo.
“Sí, para la gente que es más… bueno, ¡pero igual la vida es un juego! Y mi vida siempre ha sido así”.

- ¿Y qué pasa con las responsabilidades y los compromisos?
“No los quita. Hay que saber jugar pero también cuándo parar. Tengo un amigo que se tomaba muy en serio esto de que la vida es un juego y como no tenía límites, perdió a su señora e hijos y terminó pegándose un tiro. Pero eso es porque él no tenía límites”.

- ¿Y tú cuándo te pusiste límites?
“Cuando tuve a mis hijos. En un minuto sentí que ya no podía ser tan volátil, pero a veces sí puedo serlo. En la vida te puede pasar de todo, pero no hay para qué ser tan serio”.

- ¿Sino es muy fome?
“Claro, te pones formal y caes en la rutina, en la formalidad y el sistema te arrastra a caer en eso. Entonces es una lucha per se. Por algo no estudié leyes y no digo que eso sea tan fome, también se puede ver de una manera simpática; hay abogados que son muy divertidos o muy locos, pero yo me quise tirar por este mundo de fantasías. Me encanta ser el único papá, cuando tengo libre, un día de semana en la plaza con mis hijos, cuando está lleno de nanas. Eso es un panorama único”.

- ¿Qué te tomas como juego?
“Que la vida no hay que tomársela tan en serio, no más”.

Fernando debutó en la TV con el programa “Medio mundo”. Lo llevó Andrés Rillón después de haberlo visto en un show para la campaña presidencial de Buchi. “Tenía 21 años y me ofrecieron 900 lucas y yo sin saber lo que era la política”, cuenta entre risas.

Luego siguió en esa senda con un sinnúmero de programas y proyectos humorísticos como “Chile Tuday”, “Corazones service”, además de participar en algunas series, películas (“Fiesta patria”) y obras de teatro ("Morning”).

- Casi los únicos papeles serios que has tenido fueron en las series “Casados” y en “Reporteras”, en la que interpretabas a un homosexual.
“Es que es difícil porque la gente me conoce en el plano humorístico, entonces hacer un papel serio es complicado. En teatro hice la obra “Bésame mucho”, con Vanesa Miller y nunca había sentido que se rieran más de otro personaje que de mí, porque el mío era muy fome y latero”.

- ¿Te picaste?
“Me llamó la atención y me dije chuta, es primera vez que hablo para que no se rían. Representa un desafío para mí hacer personajes serios”.

- ¿Te gustaría desenmarcarte del humor?
“No totalmente pero sí hacer más personajes serios. Luego de dos años, casi, con el mismo papel (Tito Larraín) he perdido el rumbo de cómo se actúa en otros roles”.

- Sin duda que el papel de Tito te consolidó. ¿Qué sientes con el reconocimiento?
“Hay tanta gente valiosa que no se toma en cuenta, que no sé si existe el reconocimiento”.

- ¿Cómo quién?
“Como Tennyson Ferrada, siempre lo admiré mucho. Las nuevas generaciones no tienen idea de quién es, a no ser que se le haga un homenaje. El reconocimiento es muy efímero”.

Su creciente fama, además de cansancio, también le ha traído otras consecuencias; como transformarse y revelar su lado más agresivo para con el público.

-¿Nunca te has creído el cuento de ser famoso?
“Jajaja, no, aunque veces no entiendo ciertos fenómenos. Hace unos siete años fui a Bellavista, antes vivía allá (ahora en Vitacura), a pasearme por los bares en la época que aparecía en “Chile Tuday” y siempre me gritaban ¡oye pintamonos, ridículo! . Entonces me dediqué a enfrentar a cada uno de los que me gritaban cosas. Hasta que llegó un tipo que estaba curadito, me agarró y me dijo viejo, para qué vení’ a Bellavista, no veí’ que acá todos te van a decir cosas porque sales en la tele. Pero igual seguí enfrentándome a todos los que me gritaran algo. Es que yo no soy muy condescendiente”.

-¡Polvorita!
“Caro, si me agraden en la calle, yo salto. Entonces ahí me di cuenta que la pantalla y la imagen es demasiado fuerte. Lo que pasa con una persona que tiene su vida y pasa a ser parte de mucha gente. Entonces tuve que asumir que era un personaje público, pero no por eso iba a dejar que me pasen a llevar”.

-¿Y hoy en día sigues enfrentándote así al que se te cruce?
“Siempre voy a seguir… si es con respeto, está bien. Pero si me van a sacar la madre prefiero pararme altiro y contestar. ¡No me voy a quedar callado! Hay gente que le gusta lo que hago y otra que no y es válido que me lo digan, lo podemos discutir. Pero que me tiren la caballería en cima, ¡no! Yo no trabajo para que me cuestionen. Si no les gusta que no me vean”.

- ¿Y te ha tocado alguna situación más extrema?
“Siempre que he estado en la calle y me gritan algo me pongo igual de agresivo. Jamás me voy a quedar callado. Tampoco es que ande como un loco demente por la vida. Pero ahora, la recepción de la gran mayoría de la gente con “Casado con…” ha sido muy positiva. En “Chile Tuday” no era así”.

- Claro, porque ahí te reías de mucha gente. ¿Volverías a hacer un programa así?
“Sí, feliz. Pero con mis más cercanos; con mi hermano (Nicolás) y Felipe (Izquierdo)”.

- ¿Es posible que se diera algo así, después de todos los conflictos que hubo entre ellos?
“Es difícil. También por la época. A Felipe le está yendo bien en lo que está, en el teatro y Nicolás está con CQC y tiene otros proyectos, es más que nada por eso”.
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