Con sólo dos unidades de cada mueble y cuatro de los demás productos que tiene en sus dos tiendas, Consuelo Pérez y Estilo es una de las marcas más exclusivas en en el área de la decoración. Una posición que llena de orgullo a su homónima gestora, especialmente cuando recuerda lo joven e inexperta que comenzó en el rubro.
"Estudié ingeniería comercial, pero no me gustó. Me salí a los 22 y decidí que no quería volver a estudiar. ¿Qué hacer entonces? Después del bajoneo inicial, se me ocurrió: ¿por qué no hacer muebles?", recuerda Consuelo (34), hoy casada y con tres hijas. La idea no fue al azar. En su casa de infancia, en San Felipe, unos trabajadores de su padre tenían un taller de muebles, actividad en la que desde chica le gustó participar.
"Con la ayuda de mis papás, que me apoyaron con la madera y los maestros, comencé a diseñarlos para vender. Quedaron tan bonitos, que la irresponsabilidad de mis 22 años me animó a abrir una tienda en Nueva Costanera", dice entre risas. "Pero hoy lo pensaría dos veces", confiesa. Haber empezado joven y sola le valió poner el doble de esfuerzo para sacar el negocio adelante. "La tienda la atendía yo misma, cerraba a las 13:30, me iba a San Felipe tres veces a la semana en camioneta a buscar los muebles y volvía a abrir a las cinco. Nunca dejé de abrir, aunque la tentación era grande".
Sus primeros meses los recuerda como muy exitosos. Dos años después se cambió a una tienda más grande, en Alonso de Córdova, y después volvió a Nueva Costanera, donde se combinó muebles con ropa importada de París, y se asoció por primera vez con su hermana Macarena y con una prima. Pero una súbita enfermedad de su marido la obligó a disolver la sociedad, cerrar la tienda y retirarse de las pistas.
El receso duró un año y medio. "Volver fue difícil, porque había que hacer renacer la marca. Tuve que abrir en una tienda chiquitita, compartida. Pero ahora no le pedí ayuda a nadie", recalca. Nuevamente, su hermana Macarena se incorporó de lleno al negocio. Ella ayudó a Consuelo a profesionalizar la tienda, y a que no demorara mucho en repuntar. Eso les permitió cambiarse hace cuatro años a la actual tienda que tienen en Alonso de Córdova, donde además de su línea de muebles tienen objetos de decoración de factura propia e importados.
No confiesa cifras, pero asegura que le ha ido muy bien. Tanto, que el año pasado abrieron una segunda tienda en el Shopping La Dehesa. "Nunca he tenido pérdidas, ni siquiera al principio", dice Consuelo. Y atribuye su éxito a la diferenciación que han podido establecer respecto de sus competidores directos, que hoy abundan en el mercado: "La calidad de mis productos es resultado de experiencias donde lo pasé mal, me devolvieron lo vendido. Así fui aprendiendo".