El primer recuerdo de infancia de la terapeuta británica Naomi Stadlen (64) ocurre en el refugio que tenía en el patio trasero de su casa en Londres, Inglaterra. Sus padres eran judíos perseguidos y lograron escapar de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Todos tenían que protegerse en ese escondite cuando sonaban las sirenas de alarma de bombardeo. Era niña, pero lo recuerda muy bien. Está tan nítida la escena que prefiere no referirse al tema. No públicamente al menos. "Más tarde, estudié historia en la Universidad de Sussex. Estaba tan interesada en leer los datos de Adolf Hitler que no quería dejar mi libro a un lado. ¡Ni siquiera para ir a una fiesta de estudiantes!", cuenta desde Londres.
Naomi, casada hace 40 años y con tres hijos, decidió dedicar su vida a averiguar de qué forma las madres tienen una genuina sicología incorporada para aplicarla a sus hijos. Sin ningún manual o guía práctica de por medio, ellas saben cosas. "Necesitan ser capaces de pedir información para criar a sus hijos, pero no que les entreguen un paquete de consejos", asegura ella como enemiga de entregar tips sobre cómo ser madre.
Ese cuestionamiento a cuanta fórmula y regla existe en libros sobre cómo ser una madre modelo, motivó a Naomi a disparar su contraparte: publicó en Gran Bretaña a fines del año 2004 "Lo que las madres hacen", un texto que está a la venta en Chile y que ha revolucionado la literatura existente sobre el tema. Y por ir contra la corriente, tuvo poca o casi nula publicidad. "En ausencia de propaganda, el libro se ha traspasado de madre a madre casi como contrabando. De hecho, fue así como llegué a oír sobre él", dice la crítica del prestigioso periódico británico "The Guardian".
En enero de 2005 ese diario dedicó cinco páginas de reseña sobre este libro donde destacan frases como "está destinado a convertirse en un clásico" y "es el mejor texto para padres que se haya publicado jamás".
No se trata ni de un best seller ni de una novela. No. Se trata de un texto sobre maternidad, sobre experiencia con hijos, 336 páginas resumidas con consistencia por The Independent: "Este es un libro brillante, brillante. Es la real antítesis de aquellos horrendos 'entrenamientos para bebés' empastados y augura un presente esplendoroso para una madre primeriza". ¿El secreto? No entrega recetas definitivas sobre nada, ni dice "haga esto si el niño está mañoso". Pero a cambio ofrece a las propias madres herramientas que les permitan encontrar el camino, ganar confianza en sí mismas y recuperar la fe en su instinto, en lo que les dice su intuición materna.
- Haciendo memoria, ¿alguna vez se sintió reprobada respecto de su desempeño como madre?
"Describí en el libro que solía sentirme como si no estuviera logrando nada como madre. La manera en que lidié con eso fue escribiendo sobre esa impotencia, y alentando a otras mujeres a hablar y escribir al respecto para demostrar que la maternidad sí es un tema. Creo que otras muchas personas necesitan escuchar a las madres".
"Aliento a las mujeres a hablar honestamente"
Con esa premisa como bandera de lucha, Naomi decidió echar a andar en el año 1991 "Mothers talking" ("Conversaciones entre madres"), una discusión grupal semanal que realiza en el Active Birth Center de Londres con madres de distintas edades y estratos sociales que comparten sus dudas, vivencias y quejas.
"Puede ser una gran ayuda que hablen entre ellas, sin darse consejos. Pueden discutir las grandes preguntas sobre ser madres. Yo las aliento a hablar honestamente. Cuando una se critica a sí misma, las otras escuchan lo fuerte que suena y la mayoría de las veces le dicen que se dan cuenta de lo buena que es con su hijo", dice.
- ¿Cuál es la queja más frecuente con la que se ha encontrado?
"El principal reclamo de las madres de nuestro tiempo es que son educadas para tener un trabajo, no para convertirse en mamás. Esa responsabilidad para la mayoría de nosotras es un shock, y ser madre es fascinante. No se trata sólo acerca de dar comida y limpiar. Una madre tiene que hacerse preguntas éticas difíciles, como: ¿Debiera hacer una elección que me va a beneficiar a mí, pero no a mi hijo? Las dudas sobre cómo cuidar a un bebé, o cómo aproximarse a temas éticos acerca de ser padres debieran enseñarse en el colegio".
A lo largo de su trayectoria, Naomi ha escuchado cientos de anécdotas de aprendizaje maternal. Un ejemplo que recoge es éste: 'La gente le pregunta a las madres: ¿Tu niño duerme toda la noche todavía?, ¿Has empezado a darle de comer sólidos ya?, ¿Le ha salido algún diente? Nadie parece preguntar: '¿Has descubierto qué cosas lo confortan?'.
"Hasta ahora la capacidad para dormir toda la noche o digerir comida sólida o que le crezcan los dientes tiene poco que ver con ser madre. Los niños alcanzan estos logros cuando son lo suficientemente maduros, mientras que ser capaz de confortarlos sí que depende de la habilidad de las madres. El libro tiene un capítulo sobre confortar. Ahí se muestra cómo, al principio, las mamás simplemente no saben qué hacer cuando sus hijos lloran. Pero experimentan y a partir de eso descubren qué disfrutan sus niños".
- ¿Por qué a usted no le gusta dar consejos a las madres?
"Mi libro no es un manual de cuidado de bebés. No dice a ninguna madre lo que debiera hacer. Ella puede tomar sus decisiones por sí misma. Al comienzo, cuando tiene un hijo y es primeriza puede querer que alguien 'sabio' le diga lo que debe hacer. Da miedo ser responsable del niño. Pero, mientras más permita que otros tomen decisiones por ella, menos confianza tendrá para tomar sus propias elecciones. Además, nadie conoce a su guagua mejor que ella misma".
Naomi dice que sentirse desorientada, confundida o insegura es exactamente el estado de la mente correcto, el necesitado por una madre nueva, y que a menudo se sienten solas, invisibles o poco importantes. Un hecho que se evidencia en el alto número de mujeres que dicen "no logro hacer nada en el día".
"Los niños florecen si se sienten comprendidos"
Para atenuar la frustración que provoca el cansancio o falta de tiempo porque los chicos lo absorben todo con sus "demandas", Naomi se atreve a advertir algunas líneas generales para las mamás. Primero dice, y por básico que parezca, hay que considerar que un niño vivo es diferente a una máquina, como por ejemplo, un reloj.
"Si nuestro reloj no funciona, el problema está en el objeto, lo enviamos a un relojero y él descubrirá qué está mal. Los padres a veces ven a sus hijos así. Pueden llevar a su niño 'problema' a un siquiatra y demandar que lo 'arregle', como si fuera un reloj roto. Pero el problema no está 'dentro' del niño, como en el reloj. Un niño vive en relación con sus padres. Si hay problemas, la madre necesita mirar el vínculo entre ella y su hijo. Los niños florecen cuando se sienten comprendidos, confiados y respetados por sus padres. Los perciben como amigos sabios. La relación puede ir mal cuando los padres ofrecen su amor con condiciones. Por ejemplo: "Te amaré si haces lo que te digo". Los niños se esfuerzan en cumplir sus condiciones. Y como son, a menudo, imposibles de lograr, están usualmente desamparados, sintiendo que fallaron en ganar ese amor. Y un niño que no se siente suficientemente 'bueno' como para lograr el amor de su madre, puede decidir ser desobediente".
- ¿Qué puede hacer una madre si se enfrenta a problemas con sus niños?
"Si un niño tiene miedo al colegio, no deja de llorar, no habla, no quiere comer y se escapa de la casa, la primera reacción de los padres es reclamar que algo está "mal" con ese niño. Si tiene un problema, refleja conflicto con sus padres. En lugar de enojarse con el niño "malo", sería mejor que la madre se sentara en silencio a preguntarse si puede ser mejor madre. Muchas veces ella encuentra difícil tener una conversación con su hijo. Pero ningún "experto" puede ayudar a su hijo mejor que ella. Necesita encontrar una forma de confiar otra vez en él y de que se sienta seguro con ella. La manera más simple es la conversación: hacer una pregunta simple y escuchar las respuestas del niño. Si se niega a hablar, lo más probable es que no se sienta seguro. Está asustado de que pueda ser culpado por todo, o criticado como "estúpido". Si habla pero no escucha, es porque tiene miedo de que lo sermoneen. Es tarea de la madre que se sienta seguro".
- ¿Cuál es la lección más importante de ser madre hoy?
"El ser madre tiene que venir de la calidez de su corazón. No se puede aprender de un libro. Ella tiene que sentirse libre de amar a su hijo. Y las madres no se sienten así si se están criticando. La mayoría tiene una "voz crítica" que reclama: "No has hecho suficiente". O "estás haciendo demasiado". O "tu casa es un desastre". O "tú eres la peor madre". Si se pasa criticando a sí misma, estará muy tentada de pasar su culpa a su hijo. Por eso, es de gran ayuda que hablen entre ellas, se desahoguen. No hay nada mejor que el maravilloso apoyo que las madres pueden darse unas a otras".