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“Es la mujer la que hace al hombre machista”

De los sabores y sinsabores de su vida, tanto profesional como íntima, habla este conocido actor y director de vasta experiencia en las tablas y en la tevé. Relajado en todo momento, coloquial y muy afable, no vacila en comentar sus últimas apariciones, ya sea en la pantalla chica o en la grande, en esta última, nada menos que como el químico de la Dina, Eugenio Berríos.

21 de Agosto de 2008 | 12:53 |
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El actor de 45 años aparece de su camarín con chaqueta de cuero, ropa ajustada, botas con punta y una melena pichanguera tipo “choco panda” con extensiones cubiertas de gel (luego se cambia para la sesión de fotos).

Este look no es casual. Entre risas, Claudio Arredondo cuenta que tuvo que “enchularse” para encarnar a Manuel, el personaje que interpreta en “Amor por accidente”, la nueva teleserie de TVN. El propósito era diferenciarse lo más posible de su papel en la exitosa “Alguien te mira”; el pechoño Pedro Pablo Peñafiel, casado con la también ultra mojigata “Pepi” (Francisca Imboden).

En este nuevo rol, en cambio, explota una faceta bastante peculiar: machista extrema, muy popular y erótica, es decir, la antítesis del anterior. “Es bien grosero, de tomar té en un plato, silbarle a su mujer (Antonia Zegers) cuando llega a la casa, como si fuera un perrito. Ella lo acepta porque tenemos muy buen sexo”.

- ¿Tienes algo de machista, como tu personaje?
“Algo debo tener, pero trato de que no porque mi mujer no me dejaría”.

- ¡Aahh…dependería si te aguantan o no!
“(Se ríe) No me gusta mucho el machismo, pero es la mujer la que hace al hombre machista, en todo caso. Es divertido interpretarlo, yo creo que hay muchos que aún son así. Hasta algunos de mis compañeros piensan qué rico ser así, como un alter ego. Y las mujeres se sienten pasadas a llevar. Depende de la crianza de cada uno también”.

-¿Cómo fue la tuya, en ese sentido?
“Mi mamá (la actriz Gabriela Medina), que todos piensan que es muy liberal, también tiene su lado machista. Por ejemplo, el plato de comida más grande siempre es para mi papá, después para mi hermano mayor, luego para mí y las mujeres al final”.

-Pero, en todo caso, tu madre siempre trabajó.
“Sí, eso sí. Cuando mi mamá salía a trabajar, mi viejo se quedaba con nosotros y nos cuidaba cuando éramos chicos. ¡Hasta nos cocinaba! En eso siempre fueron avanzados”.

-¿Y tú heredaste esa faceta también? ¿Eres “avanzado”?
“Absolutamente, yo también soy así. Siempre me han dicho que tengo el lado femenino muy desarrollado y no sé si es bueno o malo” (lanza una carcajada).

-¿Cómo así?
“No sé, por ejemplo, mi pareja siempre se junta con un grupo de amigas y van a un bar y a mí me parece fantástico, no le pongo atados y hasta hay veces que la voy a dejar. Pero a la mayoría de los otros esposos no les gusta eso. Además, me encanta cocinar, decorar, etc.”.

Acto seguido se muerde los labios y no se aguanta las ganas de compartir una receta de pollo al barro "exquisita" y " muy fácil de hacer", según él.

- A todo esto, ¿cómo es volver a las inestables teleseries de la tarde y dejar las exitosas series nocturnas?
“No creo que volver a la tarde sea como bajar de estatus, como se piensa. Son diferentes estilos, no es un retroceso, al contrario, es trabajo y me están pagando por hacer lo que más me gusta, ¡qué mejor! No muchos pueden decir lo mismo”.

- ¿Y qué opinas de la polémica que se levantó por “Alguien te mira”?
“Me parece insólito. Ese es un horario, aunque el señor Viera-Gallo no lo crea, de responsabilidad compartida y por ende se pueden tocar temas más adultos, eso es todo”.

Sobre el éxito de las últimas series nocturnas de la señal pública en las que ha participado agrega, entusiasmado: “Han abierto un espectro de público que antes no veía teleseries y que al sentirse identificados con los temas, les interesa y la sintonizan, que fue lo que pasó con ‘Los treinta’”.

Últimamente, el nombre del actor ha estado, como nunca, en boga. Y no es precisamente por sus actuales apariciones televisivas o teatrales. ¿La razón? Su participación en las renombradas películas “Matar a todos” y “Casa de remolienda”.

La primera es una coproducción entre Chile, Uruguay y Argentina, dirigida por Esteban Schroeder, interpreta nada menos que al controvertido Eugenio Berríos, químico de la DINA vinculado con la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva y que en 1995 apareció misteriosamente muerto en un balneario uruguayo. El filme se ha presentado en importantes festivales internacionales como el Sanfic y San Sebastián.

- ¿Cómo fue interpretar a un personaje como Berríos?
“Fue una experiencia muy entretenida, una gran producción y además tuve que viajar a Uruguay. Pero si bien la historia se centra en su muerte, mi aparición es muy breve; se muestra cuando escapa, lo detienen y lo matan. Además, hay mucha ficción en la película, no es todo tan real”.

También tiene un papel secundario en la cinta costumbrista que ha liderado la taquilla con más de 11 mil espectadores.

En teatro tampoco se queda atrás (a qué no) y protagoniza la obra “Excusas” en el Teatro Bellavista. “Es una comedia que trata el tema de los recurrentes pretextos para no asumir las responsabilidades de la adultez”, explica.

Así es que por estos días se le puede ver deslumbrando en tres formatos a la vez. Pero su carrera no ha estado exenta de altos y bajos con ribetes políticos, como también su vida íntima, como él mismo relata a continuación.


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