El entrenamiento, más allá de desarrollar una base aeróbica, anaeróbica y de potencia muscular -que condicionan al atleta para sus propósitos-, debe desarrollar hábitos de vida que le permitan restaurar sus energías y evitar el desgaste de la preparación física intensa y de la competencia.
Dentro de estos buenos hábitos de vida -que incluyen una buena nutrición-, el descanso activo desarrolla una serie de acciones que tienden a restaurar física y mentalmente al deportista, potenciando, de paso, el efecto del entrenamiento.
Algunas definiciones
Junto con la masoterapia, las técnicas de meditación pueden ser un pilar fundamental en la vida de un deportista. Meditar es "aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo". Esto sería considerado como una meditación dirigida. Sin embargo, los hinduistas, budistas y sufís, llevan la meditación al plano de la 'no mente', es decir, cualquier ejercicio o técnica que nos mantenga en el presente, sin pensamientos más allá del aquí y el ahora... Un estado que podemos alcanzar todos y que nos lleva a espacios de relajación, ensoñación y éxtasis.
La meditación induce cambios en el electroencefalograma y en parámetros biológicos, como la presión arterial o la frecuencia cardiaca (que bajan). En la esfera psíquica es un gran ansiolítico que, de paso, aumenta la profundidad del sueño.
El deporte y cualquier disciplina que conecte el cuerpo con la mente más allá de lo mecánico, es una gran meditación y permite realizar y, por ende, vivir un proceso creativo que vislumbramos en un poder hacer que nos reafirma.
Ello porque en su cultura, en su práctica, suspendemos el constante diálogo que nos dispersa en miles de posibles pensamientos y futuros del ahora real. La mente transformada en verbo, que nos puede atormentar, cede al ejercicio, al sentirnos jadeando, latiendo, viviendo el cansancio y se baña ese smog interior que la inunda y llama a la recuperación en el dormir.
Sin duda, el ejercicio es una gran meditación, pero más allá del ejercicio, durante las pausas, existen variadas técnicas de meditación que pueden ayudar a los deportistas a recuperar sus fuerzas psicofísicas. Por ejemplo, concentrarse en un espacio silencioso y solitario, poniendo toda su atención en el paso del aire por la nariz y por la boca... Surgirán muchos pensamientos, es normal, pero al darnos cuenta nos volvemos a concentrar en la sensación del paso del aire.
Unos 20 minutos son suficientes. La técnica se llama en oriente Vipassana. El nombre no importa. Lo importante es la acción. No basta con darse cuenta, la prueba es perseverar, adoptar además de constantes -valga la redundancia- hábitos salutíferos, una disciplina psico-física.
Hay muchas meditaciones, pero el hombre moderno no tiene tiempo para indagar muy en profundidad como el deportista, que ya tiene su deporte. La modernidad exige recetas, aquí y ahora, "wash and wear". Hay muchas. La más importante es poner el saber en la práctica del hacer... meditando.