Al menos ocho de cada diez hombres con problemas cardíacos han sufrido disfunción eréctil en forma previa. Así lo demuestran varias investigaciones que apuntan al vínculo entre ambas patologías y que, a juicio de los expertos, lleva a situar a la impotencia como una señal temprana de riesgo cardiovascular.
Uno de los estudios más recientes, realizado por primera vez en población latina, concluyó que entre 264 hombres (de 45 a 88 años) con alguna cardiopatía, el 81% presentaba disfunción eréctil, problema que en la mayoría de los casos (78%) surgió con anterioridad a los síntomas cardíacos: como mínimo, dos años antes de sufrir un infarto.
"Todo paciente mayor de 40 años debería ser evaluado sobre su función eréctil como parte de un plan de prevención cardiovascular", opina el doctor Santiago Cedrés, sexólogo del Centro Plenus -dedicado a la investigación y tratamiento de disfunciones sexuales en Uruguay-, y autor del estudio que será presentado en el Congreso Europeo de Medicina Interna en noviembre.
Los resultados concuerdan con la evidencia ya publicada en los últimos dos años. En julio de 2006, una investigación del Instituto de Cardiología de la Universidad de Milán, publicada en el "European Heart Journal", mostró que de un universo de 300 hombres que padecían impotencia y obstrucción arterial, el 93% declaró tener problemas de erección entre uno y tres años antes de sufrir angina (dolor al pecho).
Datos |
Entre los hombres que sufren de disfunción eréctil, el 22% tiene diabetes, 27% problemas de colesterol, 21% hipertensión y 30% trastorno del ánimo o depresión.font> |
En 2005, un análisis de la U. de Texas a más de 9 mil hombres mayores de 55 años encontró que "los con disfunción eréctil tienen alrededor del doble de riesgo de una enfermedad cardiovascular que aquellos sin problemas de erección", como escribió su autor en el "Journal of the American Medical Association" (JAMA).
La razón detrás de un vínculo que a primera vista no resulta muy claro, se esconde en los vasos sanguíneos. "Ambas patologías comparten una misma enfermedad de fondo: la disfunción endotelial", precisa el doctor Cedrés.
El endotelio es la membrana que recubre las arterias de todo el cuerpo y cuya función se ve alterada por diversos factores de riesgo cardiovascular, como la obesidad, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo, la hipertensión y las alteraciones en el nivel de colesterol, que aumentan la posibilidad de una aterosclerosis (obstrucción de las arterias por placas de grasa).
"El diámetro de una arteria cavernosa (del pene) es de 1mm, mientras que el de una coronaria es de 3 mm. Entonces la repercusión de un endotelio enfermo la voy a notar primero en la arteria más pequeña (ver infografía)", explica Rubén Giner, médico venezolano que ha participado en estudios sobre el tema.
Así, al ser más pequeñas, las arterias del pene pueden verse obstruidas con menor cantidad de aterosclerosis, restringiendo la circulación sanguínea y, por tanto, la erección.
Cambios sencillos
Durante muchos años se pensó que la causa de la disfunción eréctil era de tipo psicógeno: problemas del ánimo, depresión, estrés, entre otros (ver recuadro). "Hoy sabemos que es un problema mixto, en el que inciden aspectos del área emocional, pero también del área cardiovascular", precisa Giner.
"Hay una relación muy clara entre el número de factores de riesgo cardiovascular y la disfunción eréctil; los pacientes con más factores o con un nivel más severo de ellos tendrán mayor probabilidad de disfunción eréctil", comenta el doctor Jorge Jalil, cardiólogo del Hospital Clínico de la U. Católica.
Por esto, los expertos coinciden en que antes de iniciar un tratamiento específico para la impotencia -con fármacos, por ejemplo-, hay que evaluar la condición cardiovascular del paciente y corregir la causa de fondo: un eventual daño endotelial.
Y la manera más sencilla de hacerlo es modificando los factores de riesgo cardiovascular. En un estudio hecho por el doctor Giner en pacientes obesos con problemas cardíacos e impotencia, se vio que al eliminarles el cigarrillo, darles una dieta hipocalórica y una rutina de ejercicios semanal, mejoraron todos sus niveles. "Es importante provocar estos cambios, si no, no estamos haciendo medicina", puntualiza el médico.
Trastornos múltiples
Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE.UU., la disfunción eréctil es un síntoma de muchos trastornos: problemas a la próstata, diabetes, hipertensión, depresión, consumo de alcohol, tabaquismo, drogas, etc.
Si bien puede solucionarse tratando dichos problemas, en casos más severos requiere del uso de fármacos e incluso de prótesis.
Es la principal consulta masculina en el área sexual. Le siguen la eyaculación precoz y la falta de deseo.