El clan Izquierdo lo conforman cuatro hermanos y dos de ellos se dedican a la banquetería, tal como la matriarca. El mayor, en cambio es ingeniero, “pero también es muy creativo en su rubro”, asegura Felipe. Dice que su familia es “totalmente buena para el diente, de buena mesa. Almuerzo casi todos los días con mi mamá y los domingos nos juntamos todos”.
Su niñez y adolescencia la vivió, una parte en un colegio jesuita llamado San Mateo y la otra, en Osorno. “El sur es una súper buena escuela para ser creativo. En esa época no tenía nada e inventaba todos mis juguetes”, dice.
Tras egresar, entró a Literatura en la Universidad de Chile para poder pasarse a Derecho, que era lo que realmente le atraía y dice que se arrepiente de haberlo dejado por Teatro. Cuando empezó a hacerse conocido con los hermanos Larraín con “Fresco y natural después del postre” y luego con “Medio mundo”, tuvo que dejar sus estudios para dedicarse a la televisión. Lo demás, ya es cuento conocido.
Cuenta que en su tiempo libre se dedica a jugar fútbol y a compartir con sus hijos. Tiene cuatro, que van de los 14 a los 7 años. “Son muy particulares, por ejemplo, la Paula, la segunda, es muy histriónica, siempre es el centro de atención. Con ellos me aireo, es cercano y gratis”.
- ¿Sueños por cumplir?
“Mi gran sueño es consolidarme en este tipo de oficio, de crear espectáculos y de buen nivel. Siempre me gustó esto de crear. Deambulé mucho tiempo, fui una vedette. No es que me haya prostituido, pero la TV te da ese resultado inmediato. El 80% de las veces fui feliz, no me arrepiento de nada. Pero ahora mi empresa en la vida es ‘pegarle el palo al gato’ no por plata, sino que en la originalidad, con buenas ideas. Eso me representa, ese soy yo.
“También me gustaría escribir un libro con algo de comedia. Al escribir, la comedia se da de una forma distinta”.
- ¿Y tu programa en Radio Duna con Marcelo Comparini?
“Llevo haciéndolo durante 13 años y es mucho tiempo. Siento que hay que reconvertirse o reanimarse, pero de todas formas también me representa mucho”.
-¿Tienes algún vicio privado?
“Tengo tantos…mi último vicio ha sido pasar horas y horas en las librerías revisando y revisando libros, sin parar. Me gustan los de personajes históricos, de diseño y arquitectura, de cocina…”
-¡¿No me digas que tú también cocinas?!
“Sí y últimamente tengo una obsesión con el chocolate y creo voy a terminar nadando en mucho chocolate”.