La esencia de Pilates es fortalecer tanto músculos como huesos y ponerlos en el correcto lugar anatómico. Ello, a través de la tensión sobre el cuerpo con herramientas tales como camastras, resortes, cuerdas y rodillos.
Las claves son la postura, la alineación y la simetría que usa un centro de control del dorso, un circuito integrado por huesos (columna vertebral, pelvis, costillas y omóplatos) y músculos (pared abdominal, paravertebrales, dorsales y glúteos).
Es lo que explica Carmen Gloria Anderson, quien aprendió el método de Joseph Pilates con sus seguidores en Nueva York y Toronto.
Casada, con dos hijos, exhibe una sana y moderada tonificación de músculos, y la busca en sus alumnos.
Anderson es profesora de educación física, con un magíster en salud y bienestar humanos. Siempre le gustó la fisiología del ejercicio y el pilates calzó en sus metas de mejorar la calidad de vida.
Con más de 500 tipos diferentes de ejercicios, el pilates transforma, "incluyendo sus beneficios después de las cirugías ortopédicas", según su profesora.
Todo ello va asociado a movimientos controlados, mentalizados, fluidos y combinados con trabajos respiratorios. Y enlazado en una hermandad anatomía/mecánica.
Irrigar lo ínfimo
El 80% de los ejercicios se hacen en máquinas y sólo el 20% en el suelo. Cada uno no sólo tensa áreas específicas, sino que también despierta aquellas zonas adormecidas y poco usadas, carentes de los nutrientes que lleva la sangre.
No hay más motores que los músculos: los aparatos presentan resistencias variables gracias a sus resortes.
El equipo principal es el "universal reformer", el transformador universal, un camastro que, impulsado por la fuerza del practicante, se desliza sobre un marco a través de rieles. Dos correas brotan de la parte posterior y una barra ajustable ocupa el frente (ver infografía).
Esta especie de cama posee cinco tensiones distintas. La tracción, al contraer ciertos músculos, hasta rellena "huecos" dejados por la osteoporosis, mejor que una caminata, según indica la profesional.
La maquinaria mayor se complementa con aros, rodillos, bandas elásticas y discos rotatorios. Todos oponen resistencia y cuidan las articulaciones.
| Aún más |
| El método también previene enfermedades coronarias, respiratorias y osteoarticulares. |
A enderezarse
Pasar del primer al tercer nivel depende del bagaje motor y la edad de cada persona.
"Ni pesas ni trotes restauran el equilibrio anatómico de nuestro cuerpo como lo hace pilates, que apunta también a los pequeños músculos", expresa Carmen Gloria Anderson.
Muy segura, dice que firmaría ante notaría que es capaz de ayudar en muchas patologías y recobrar el "sentirse bien" en un mes de clases.
"En la historia del cuerpo se va sumando el sobreuso de la musculatura de la vida diaria -pectorales, bíceps y los vastos externos de los cuádriceps- y ella se tonifica mucho y termina deformándose", dice la experta.
"El resto de la musculatura se atrofia, en menor o mayor grado, hasta que, a la larga, deteriora las articulaciones", precisa.
Hernias y discopatías nacen de esta inadecuada postura y de fuerzas mal hechas.
"Hay que visualizar muy bien dónde se está recargando el cuerpo humano", advierte.
Un caso patente es la típica persona que se va agachando a medida que envejece.
La costumbre de no permanecer erguidos va debilitando la musculatura que rodea el cuello y la parte alta de la espalda.
Esta persona termina con hiperlordosis cervical -el arco de esa postura-, algo que no tiene otra solución que reestablecer el orden de huesos y músculos.
Otro caso frecuente es la disfunción de las rodillas debido a la mayor fuerza sobre el vasto externo que el interno. Éste se debilita, se empieza a apretar y a correr la rótula. "Se desfiguran las rodillas", expresa.
"Si la fuerza aplicada no está desviada, si la columna u otra articulación están alineadas con el resto del cuerpo, si los abdominales se contraen para sostener firme la columna y si hay armonía con el uso de los músculos agonistas y antagonistas, hay muy buenos resultados", dice. Alrededor, las máquinas esperan activar los músculos y el equilibrio.
Don Joseph
En los años 20, el alemán Joseph Humbertus Pilates (1880-1967) dio origen al sistema de entrenamiento físico que lleva su nombre. En su juventud sufrió de asma, raquitismo y fiebre reumática. Para superar sus dolencias y las burlas de sus compañeros estudió fisiculturismo, natación, esquí y gimnasia, lo que le permitió desarrollar una serie de ejercicios. Pronto llegó a ser entrenador de defensa personal y boxeo en Inglaterra.
Durante la Primera Guerra Mundial, vivió en una cárcel para ciudadanos alemanes. Enseñó sus ejercicios y ayudó a rehabilitarse a muchos presos heridos y a fortalecer a los sanos. En 1926 dejó Europa y se trasladó a Nueva York, donde fundó su estudio. Durante los 70, este método salió del hermetismo y se transformó en una práctica muy cotizada por los artistas de Hollywood.
