Una ley de participación ciudadana, no una ley de cuotas. Ese fue el camino que tomó el Gobierno con el propósito de asegurar una mayor presencia de mujeres en las esferas de decisión pública, concretamente en los cargos de elección popular.
Las razones por las cuales no se siguió la ruta que 10 países latinoamericanos han tomado en los últimos años, eso es, asegurar por ley cierto porcentaje de escaños en el Congreso a las mujeres pueden ser varias, entre ellas, que tenemos una clase política poco dada a tomar medidas que afecten su cuota de poder.
Sin embargo, ello no quiere decir que el proyecto de ley que asegura la participación de las mujeres en las campañas electorales y en las instancias de toma de decisiones de los partidos tenga la ruta asegurada en su tramitación en el Congreso. El que no sea una ley de cuotas no quiere decir que será fácilmente aprobada.
Objetivos del proyecto
La propuesta del Gobierno apunta en dos sentidos: el primero es fijar un piso mínimo de participación de mujeres en todos los órganos de decisión de los partidos como son la mesa directiva y el Consejo General. La norma postulada señala que no puede haber en ellos menos de un 30% de presencia de un género.
El segundo dice relación directamente con las elecciones parlamentarias, de alcaldes y concejales. El Ejecutivo plantea que en cada uno de esos eventos no podrá haber más de un 70% de candidatos de igual sexo, es decir, a lo menos un 30% de mujeres deberán ser incluidas en las listas como candidatas.
Para conseguir lo anterior, el proyecto de ley propone incentivos económicos a los partidos políticos, estableciendo que habrá un mayor aporte del Estado a aquellas mujeres que sean electas y un mayor aporte a los partidos que presenten un número superior al piso legal de candidatas.
Respecto de este punto, la Presidenta Michelle Bachelet fue enfática en señalar que se promoverá este incentivo para asegurar que las mujeres sean postuladas en aquellos distritos y circunscripciones en que puedan ser efectivamente electas.
Las razones de la opción
La ministra del Sernam, Laura Albornoz, afirmó que la razón por la cual el Gobierno no tomó el camino de una ley de cuotas es que las mujeres no tienen problemas para ser elegidas, sino que para ser designadas candidatas.
En concreto, indicó que en las elecciones parlamentarias pasadas, después de acceder a los cupos en las listas, las mujeres lograron ser votadas por la gente, o sea, registraron un 55,5% de elegibilidad, cifra mayor que la de los hombres.
Los datos que confirmaron la decisión del Gobierno son categóricos: del padrón electoral el 52% son mujeres, pero en las últimas elecciones parlamentarias la Concertación presentó sólo un 16,6% de candidatas mujeres al cargo de diputado y la Alianza un 12,5%. Y en el caso del Senado, sólo un 10% de los candidatos fueron mujeres.
“Las mujeres son elegidas cuando son candidatas, el problema que tenemos es que no son candidatas”, dice Laura Albornoz.
La personera insistió en que el Gobierno fue consecuente con los obstáculos que hoy se presentan respecto de la realidad que se vive. “Haber reservado escaños para las mujeres no hubiese solucionado el problema”, asegura.
Ante el hecho de que una ley de cuotas no habría sido aprobada en el Congreso, la ministra reconoce que ella “muchas veces produce un rechazo, en cuanto se asegura un escaño a la mujer sin que cumpla necesariamente con el requisito de votos. Nosotros estamos por la meritocracia, creemos que hay suficientes mujeres meritorias y capaces para asumir los cargos de elección popular”.
Para el Gobierno es fundamental dar pasos tras el objetivo de derribar los mecanismos que posibilitan la exclusión política de las mujeres y por ello, “sin un empujón, sin voluntad política las cosas no cambiarán”. De ahí que se opte por esta acción afirmativa que, según aclara la ministra, no es ni antidemocrática ni injusta. “Esto no atenta contra la voluntad del votante, siempre tendrá la posibilidad de elegir de una lista equilibrada”, dice.
La Presidenta remarca este hecho al preguntarse en qué queda el derecho de la mujer a ser elegida, si ni siquiera tiene derecho a disputar la elección. “Buscamos que los ciudadanos tengan mayor oportunidad de elegir mejor”, argumenta.
Si bien algunos partidos políticos se han adelantado a aspectos de la ley como es fijar un porcentaje de mujeres en cargos directivos o candidaturas (la DC en su reciente Congreso fijo una cuota de 40-60 entre géneros), lo cierto es que este tema en particular no es de fácil despacho. En la oposición hay voces que se declaran absolutamente contrarias al establecimiento de pisos en todo orden de cosas.