El Foro Ciudadano es un medio de comunicación que trabaja, desde hace 7 años, con 116 radios territoriales y locales, además de un portal electrónico, cuestión que le permite tener presencia en las 15 regiones del país.
El equipo de siete periodistas y antropólogos que lo conforma surgió de la profunda convicción de que las miles de organizaciones sociales que todos los días hacen “patria o matria” eran absolutamente desconocidas y debían salir a la luz. Así, se dio paso a un programa radial en el cual las temáticas ciudadanas tienen real cabida.
Tal como explica Vicky Quevedo, han debido realizar un “trabajo de hormiga” con el fin de convencer a los equipos ministeriales de que se deben ejecutar estrategias comunicacionales ciudadanas y no sólo comerciales.
“Entiendo que las estrategias comunicacionales comerciales son necesarias, pero eso es difusión de marketing político, no de contenido. La gente está llena de titulares como el Plan Auge mejora mi calidad de vida, pero no sabe cómo y qué implica el programa de salud realmente para ella”, dice.
Profundiza: “se ha tomado al ciudadano como un consumidor y a la política como un producto que circula en el mercado. Chile no es una empresa, es un territorio con gente maravillosa, con muchos deseos de proponer y actuar, aunque sea una parte menor quienes lo están haciendo. Si no vamos para allá, los niveles de violencia, no sólo en los sectores poblacionales, sino en los medios altos –donde los jóvenes practican el bullying- será mayor. Toda esa energía de rabia, bronca, tensión, odio, empieza a explotar y los movimientos sociales van encontrando caminos para tomarla y, por cierto transformarla, que no se quede en el ámbito de la violencia y pase a ser algo productivo”.
-¿Nacieron como alternativa a los grandes medios?
“Sí, hay gente, políticos, que critican los dos grandes consorcios de medios de comunicación, sin embargo, cuando van a los canales y aparecen sin ser editados no mencionan a esa ciudadanía que ven en sus territorios y caen en el juego de hablar de esa política cerrada, de una elite que, finalmente, se instaló en el país. Para nosotros constituye un privilegio enorme llegar a más de 800 mil personas”.
Vicky Quevedo se confiesa orgullosa de lo logrado, porque se han convertido en una vitrina por donde pasa un número importante de las organizaciones sociales. Recuerda que partieron como trabajo voluntario, hasta transformarse en una institución que ha conseguido contactar a radios bien humildes en las partes más escondidas de Chile. Cuenta que, a veces, están ubicadas en medias aguas que se llueven y que, cuando les cortan la luz o Internet, pierden todo nexo con la comunidad. Ellas construyen identidad local, explica, ya sea cuando permiten que los jóvenes del barrio puedan grabar su primer demo o generan liderazgos.
-¿Intentan equilibrar la agenda pública que ponen los grandes medios?
“Dicho de otra manera, si las radios territoriales, locales y los portales electrónicos, si este nuevo periodismo ciudadano desapareciera, una gran cantidad de gente quedaría sin ninguna posibilidad de informarse de lo que pasa en Chile desde una mirada social, porque hoy día, los medios de comunicación hablan desde una mirada empresarial, ideológica u oficial. Si un medio de comunicación que se sitúa desde la sociedad civil -y en el caso nuestro, que busca el diálogo entre los mundos público, privado y social- desaparece quedaríamos bastante cojos, un pedazo de Chile quedaría invisibilizado”.
Esta comunicadora se cuestiona si será posible tener un Chile dialogante, slogan que los moviliza. Por eso, vive viajando a distintas partes del país para grabar programas donde interactúan un trabajador de las salmoneras, el empresario y la Inspección del Trabajo; o la recolectora de rosa mosqueta con el empresario del rubro y un agente del Estado.
“La cantidad de puentes que se tejen en un programa, como mediadora. Cuando uno apaga la grabadora, ahí se quedan conversando… quizás todavía está el miedo de los empresarios a la organización de los trabajadores y la mirada de éste de que todos los empresarios son explotadores. A mí me ha sanado el alma trabajar en estos programas”, cuenta.
-¿Quién valora más tu agenda, el ciudadano o también el establisment?
“Nos llega mucha información de las distintas regiones de auditores que dicen que gracias a Foro Ciudadano se enteraron de un conjunto de programas, servicios y derechos que no tenían idea que existían y a los que hoy están acudiendo. Ahora, el Foro Ciudadano ha ido entrando, con mucha dignidad, al sistema de comunicaciones, ya no somos sólo un proyecto desde la sociedad civil.
“También me siento muy orgullosa de que los equipos de comunicaciones de varios ministerios tienen incorporadas a las radios comunitarias como medios válidos para sus planes, porque eso antes no ocurría, estaba sólo la mirada de los medios comerciales que tienen lógicas y defienden intereses distintos”.
-¿Son aún un David frente a Goliat?
“Me siento muy orgullosa porque este equipo lo formé de la nada, de la nada misma, partí sola y hoy hay un grupo de profesionales que se ha formado en la mirada del periodismo ciudadano. Nuestra mirada es la del vaso medio lleno, me gusta vivir la vida así, sintiendo que la libertad con que hago mi trabajo me enriquece el alma todos los días. Ese es mi gran norte, el camino que construimos. Hemos ayudado mucho a la sociedad civil con información para la toma de decisiones relevantes en muchos sectores y por eso, no nos sentimos solos, por el contrario, a donde vamos nos dicen menos mal que ustedes existen.
“La sensación es de que estamos permanentemente sirviendo. Nuestra intención es que después que la gente escuche Foro Ciudadano salga de su casa con ganas de construir, de luchar”.