Proteger el rostro
La contaminación y los rayos UV son agresores constantes para la piel. Por lo mismo, la protección nunca está de más. De acuerdo con los especialistas, las cremas con factor son un producto obligado, y no solamente en verano.
23 de Noviembre de 2007 | 09:36 |
El smog, tan común en Santiago, se produce cuando los compuestos químicos del humo de autos o fábricas se mezclan con la humedad del aire: el resultado es una niebla llena de componentes tóxicos que afecta no sólo a los órganos internos. También agrede la piel.
"La contaminación ambiental puede contener una serie de partículas como plomo o arsénico, que son potencialmente cancerígenas. El smog además es suciedad que se impregna en la epidermis", explica el jefe de dermatología de la Clínica UC San Carlos, el doctor Ariel Hasson.
En el caso de una persona que tiene acné, por ejemplo, al estar cerca de las partículas contaminantes puede aumentar la proliferación de bacterias, inflamar la piel y dejarla más sensible. "Si una persona tiene lesiones abiertas por cualquier motivo en el rostro, la contaminación se puede sumar y dar mayor sensibilidad. Por eso es recomendable lavarse la cara siempre después de haber transitado por las calles de Santiago", comenta el especialista.
La dermatóloga de la Clínica Las Condes, Patricia Apt, agrega que la contaminación ambiental también puede incidir en un envejecimiento prematuro: "Si hay agentes tóxicos, actúan como radicales libres que aumentan el envejecimiento cutáneo y destruyen la piel".
Para no envejecer precozmente a causa de la contaminación, la doctora explica que es importante cuidar la piel con una limpieza profunda, por lo menos dos veces al día, y señala que usar cremas siempre es bueno, porque funcionan como una barrera protectora, especialmente las que tienen factor de protección solar.
Autoexamen |
Los lunares son buenos indicadores sobre la salud de la piel. Por eso es importante hacerles un seguimiento, muy simple, que puede ayudar a prevenir o a detectar tempranamente un cáncer. Si pican, duelen o crecen demasiado rápido, es necesario investigar un poco más. El doctor Ariel Hasson explica los criterios a considerar al hacerse un autoexamen de lunares. Son cinco aspectos que pueden estar revelando un problema:
Asimetría: si el lunar es distinto en sus dos mitades.
Bordes: si los bordes son irregulares, o el lunar crece desordenadamente.
Color: si tiene mucha pigmentación, o diferentes tonos.
Diámetro: si el lunar mide 0,5 cm. o más.
Evolución: si se ha modificado mucho en poco tiempo, por ejemplo, en 2 meses ha crecido al doble.
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La radiación ultravioleta
La radiación UV es la energía del sol que llega a la Tierra compuesta por dos tipos de rayos: UVA y UVB. Mientras los UVB tienen más probabilidad de causar quemaduras, los UVA atraviesan la piel de una forma más profunda. Ambos pueden causar cáncer a la piel.
"El bronceado no es protector, como muchas personas creen", comenta la doctora Apt. "Al tomar sol se destruyen defensas con la radiación, llegan el cáncer de piel y el fotodaño, que es el envejecimiento, y se traduce en el adelgazamiento y deterioro de las fibras de colágeno de la piel".
Por lo mismo, la prevención es lo más importante.
"El daño de los rayos UV es acumulativo, y por eso desde la infancia se aconseja no exponerse al sol, porque sólo en los primeros 18 años de vida se acumula más de la mitad de la radiación que se debiera recibir en toda la vida", explica el doctor Hasson. "Lo ideal es no exponerse al sol entre las 11 y las 16 horas, usar un bloqueador con FPS 30 o más, media hora antes de salir a la calle, buscar la sombra y usar sombreros, anteojos y vestimentas que impidan que la radiación atraviese y llegue a la piel. También es importante aplicar bloqueadores cada 3 horas. En el caso de la playa, un quitasol sirve pero no hay que fiarse; la radiación UV también puede reflejarse en la arena, el agua o la brisa de mar".
Los especialistas agregan que, al momento de medir los peligros del sol, hay que considerar los distintos tipos de piel: las personas albinas o colorinas, pecosas, de ojos claros, antecedentes familiares de cáncer, y más de 50 lunares en el cuerpo, tienen mucho más riesgo que las morenas o de raza negra.
La doctora Apt explica que la radiación UVA en los solariums es tan dañina como el sol, y que hay que tener cuidado si en la playa hay viento o nubosidad, porque igual llega la radiación al cuerpo. De acuerdo al doctor Hasson, la piel de los chilenos en general es de tono intermedio, se puede manchar y es propensa al cáncer.