Douglas Colina es médico venezolano, postgrado en radiología. Casado, tres hijos, 47 años. Se recibió en la Universidad de Los Andes, Mérida, hace 22 años. Es alegre, bromista y usa el simpático lenguaje de su país. Pero cuando habla de Medicina Tradicional China (MTC) se pone amablemente serio, utiliza términos chinos (lengua que continúa estudiando) para nombrar los meridianos y puntos de acupuntura. En otras palabras, si caminara por Caracas, le dirían doctor pensando en un médico occidental; si va por Beijing, le dicen doctor, como si fuera un médico chino más. Su experiencia es vanguardia, está juntando dos medicinas que aún no se terminan de encontrar.
Se recibió hace dos años de médico chino en la Universidad de Guangzhou, el antiguo Cantón. Casado con Belén, nacida en Hong Kong y licenciada en Bioquímica en Venezuela, país al que llegó de 8 meses, no le fue difícil emprender la gran aventura. La oportunidad se presentó cuando llevaba 12 años trabajando como médico de familia y especialista en radiología en Venezuela. Sus tres hijos tampoco se opusieron. Quería venir a la cuna de la medicina china, interés profundo, innato y alimentado por su mujer. Douglas también medita y hace taichi.
-¿Qué lo motivó a estudiarla?
-Siempre creí que era muy interesante tener el saber, para ayudar a las personas a recobrar su salud o mantenerla en buen estado. Cuando me gradué de médico, el deseo de conocer la medicina china se me hizo más fuerte. Quería comparar, tomar lo que consideraba mejor de una y de la otra, y ofrecérsela a mis pacientes, buscando "un tercer camino". Conversé con mi esposa e hijos, que me apoyaron. El resto de la familia y los amigos dijeron que estaba loco. Les expliqué que quería ir a la fuente, donde nació la medicina china. Y aquí estamos, muy contentos, después de 4 años.
-¿Y cómo es uno de sus días de trabajo?
-Primero medito, trato de llenarme de energías. Trabajo parcialmente en las mañanas en el departamento de acupuntura del hospital Jishuitan. También como médico privado, aplicando ambas medicinas y dando clases de terminología médica occidental a estudiantes chinos.
-¿Cuál es la clave de la medicina china?
-Está en la base filosófica y fisiológica de la búsqueda del equilibrio entre las dos fuerzas o principios antagónicos pero complementarios, existentes en cada individuo. Los chinos las denominan el Ying y el Yang. Ambos deben estar en armonía con los cinco elementos básicos de nuestro ambiente, llamado también principio quinario: la madera, el fuego, la tierra, el metal y el agua.
La pérdida del equilibrio entre el Ying y el Yang (principio binario) traerá como consecuencia la desarmonía entre los cinco elementos que forman parte de nosotros, y la aparición de algún tipo de problema de salud. Formamos parte del ecosistema, del ambiente y, por lo tanto, somos susceptibles a los cambios de nuestro entorno y en nuestro interior.
Nuestro cuerpo es un gran campo magnético. Funciona con energía, llamada QI (chi) o "energía vital". Recorre nuestro organismo, desde la coronilla hasta los pies por diferentes autopistas llamadas meridianos. De éstos hay 12 básicos más dos especiales, los más usados, que presentan múltiples "sub-estaciones" de energía. Son los puntos acupunturales que en total son 365. Conocerlos es vital para tratar un determinado dolor. Saber por donde discurren los meridianos, es lograr el éxito en el ejercicio de esta técnica que yo llamo complementaria y muy útil. Se utilizan las agujas (acupuntura), el masaje y la digitopuntura.
-¿Hay cosas en las que no cree de la MTC?
-Mi estructura mental se resiste a creer que sólo observando la lengua y tomando el pulso puedo diagnosticar un problema del hígado o de los ovarios. Probablemente funciona, pero yo prefiero utilizar los otros recursos. Los diagnósticos que nos ofrece la medicina alopática para ello.
-Entonces, es importante la mezcla de ambas medicinas.
-Es de vital importancia ofrecer complementos o alternativas. La medicina china está acreditada por la práctica de más de cinco mil años, con resultados comprobables. Incluso la Organización Mundial de la Salud en la reunión de Milán, en 1996, respaldó el uso de la acupuntura para 64 tipos de patologías, entre las que se cuentan: rinitis alérgica, dolor crónico del sistema músculo esquelético, asma bronquial, depresión, adicción al tabaco y a otros tipos de drogas, hemiplejia, neurosis, impotencia, dolor de cabeza, vértigo, entre otras.
-¿Por qué cada vez más hay interés en occidente por la MTC?
-Hoy la gente tiene una mayor cultura médica. Tiene más información y pueden comparar los riesgos, propiedades, costos y beneficios de una medicina y otra.
Todos queremos mantenernos saludables o recobrar la salud con la menor invasión del cuerpo. La MTC es una buena alternativa en esos casos. Es un todo, ofrece fármacos herbales, el masaje terapéutico y la acupuntura. La gente ya sabe o empieza a saber que los fármacos que damos son potencialmente peligrosos. Hay que usarlos como el médico lo dice en dosis y tiempo determinado, porque el bien que pueden hacer, pueden traer muchos efectos colaterales, cuando se usan inapropiadamente. En la medicina china los efectos colaterales son bajos, y los medicamentos, muy accesibles al bolsillo de la gente.
-¿La MTC sirve para la depresión?
-Ofrece alternativas para casos sicoemocionales, pero no podemos olvidar que el componente de la depresión es bioquímico. Es un componente multifactorial. Depende del entorno paciente, de cómo, por ejemplo, están funcionando sus neurotransmisores cerebrales. La MTC la trata con masajes, acupunturas para aumentar la energía (Qi) y buscar el equilibrio entre el Ying y el Yang. La activación de los canales energéticos es lo fundamental. Si lo complementamos con la medicina alopática, podríamos lograr mejores resultados.
-¿Funciona los casos de enfermos sicóticos que deben ser internados?
-Primero necesitamos producir el equilibrio, porque en todos esos cortocircuitos que se producen en la zona cerebral, nerviosa, no permiten que la gente tenga coherencia. Los medicamentos alopáticos tienen más rapidez y efecto en el tiempo, que los medicamentos chinos. En los enfermos sicóticos, la medicina china, prácticamente, no tiene nada que entregar hoy. Sin embargo, está trabajando en la unión de componentes que actúan en casos graves, donde aún no hay que internar al paciente.
-¿Por qué nos enfermamos?
-La enfermedad muchas veces no depende de nosotros. Diferentes culturas tienen diferentes enfermedades. Pero, siendo lo más objetivo posible, pienso que es porque cada vez estamos más expuestos, nos debilitamos más. La agitación diaria trae como consecuencia que nuestro sistema de defensa se resienta. Nos movemos en un mundo de microorganismos. ¿Por qué nuestro sistema de defensa personal sufre? Por el trabajo, las preocupaciones de la familia, por la chatarra alimenticia. Debilitados, nuestro sistema, que tiene partes débiles, recibe el virus.
-¿Cómo podemos evitarlo?
-Tranquilizándonos, meditando, fortaleciéndonos internamente; algunos, haciendo yoga. La MTC es para los chinos una especie de sabiduría milenaria, enraizada en sus religiones y filosofías. Para no enfermarse hay que buscar una base de equilibrio interno y cuando se tiene, sea cual fuere la creencia, hay paz. Y eso es difícil hoy en este mundo. Pero para evitar el ansiolítico, por ejemplo, hay que saber cuáles son mis metas, hasta dónde puedo llegar. Usted podría decirme: el jefe presiona, hay tensión en el trabajo, ¿qué hacer? Yo diría, respirar profundo, contar hasta 10, mejor hasta 100, y tras mirarse a fondo, ver hasta dónde quiere llegar. Lo hago en la mañana, porque en ese momento me preparo para el resto del día y salgo protegido, escudado.
Medicina China y sus 3.000 años de historia
En algunos huesos y caparazones de tortuga se han encontrado grabados los nombres de algunas enfermedades, sus síntomas y tratamientos. Pero se han encontrado restos que van más atrás. En la Edad de Piedra se usaban las agujas de piedra, llamadas "Bian"; en la de Bronce y Hierro, se usaron agujas metálicas.
En el año 1.000 a.C. existía un cuerpo de doctores y en el siglo V a.C. se escribió el Canon de Medicina Interna. En el siglo II de nuestra era, el famoso médico Hua Tuo realizaba operaciones abdominales anestesiando a sus pacientes con unos polvos cuya composición se desconoce. Siglos después se descubrió el diagnóstico por el pulso y la acupuntura, que junto a la moxibustión (calor natural a distancia y en forma de "moxa", una especie de puro que se acerca al cuerpo) activan los puntos energéticos. La medicina china, asociada al taoísmo, se basa en la prevención de las enfermedades. "El mejor médico es el que ayuda antes de que aparezca la enfermedad", decía Shi Huang Ti, uno de sus fundadores.