La primera misión que se impuso el Foro Pro Innovación fue tratar de cambiar el discurso que había entorno a la innovación, término que se puso de moda e incluso, se comenzó a manipular, a juicio, de Jacqueline Plass.
Luego, se abocaron a definir las áreas de trabajo del grupo que ya entrega una serie de resultados concretos, con variados proyectos en marcha.
Uno de ellos apunta a la urgencia de ampliar la cobertura de banda ancha en Chile, razón por la cual se aliaron con la empresa americana Cisco y ésta firmó un acuerdo con el Ministerio de Economía para levantar un estudio sobre cuáles son las buenas prácticas mundiales en esta materia.
En el área del emprendimiento, junto al Fomin (Fondo Multilateral de Inversiones del BM), la CPC y la universidad Adolfo Ibáñez se intentará fomentar la cultura del reemprendimiento a través de un programa cuyo piloto se buscará exportar al resto de América Latina. Para ello se dispondrá de 2,5 millones de dólares y se creará, entre otros, una red pro bono de adultos mayores con experiencia gerencial que asesorarán a emprendedores en problemas en una especie de ‘coaching’.
Asimismo, definieron que uno de los sectores productivos con mayor potencial de crecimiento es el “offshoring Chile país exportador de servicios”. Tras una serie de estudios establecieron que India, el país que presta servicios a Estados Unidos, está aumentando sus costos en forma explosiva y sus turnos nocturnos (por la diferencia horaria) son aún más caros. En esa circunstancia, el Foro le planteó al Ministerio de Economía que Chile debe ofrecerse como centro de operaciones y para ello, se aliaron con la CORFO y ya están desarrollando giras, como una recientemente a Nueva York.
-¿Qué proyección tiene esto?
“A ver, nosotros tenemos algunas desventajas como el inglés; en la India todos lo hablan y por eso se está posicionando Argentina. Pero aún así, si se hace bien esto y logramos que de aquí a 5 años se instalen empresas que exporten servicios a EE.UU. o Europa, podemos crear aproximadamente 100 mil nuevos empleos. Y estamos hablando de ingenieros en ejecución, es decir, de técnicos profesionales meritocráticos que hicieron sólo 2 años de estudio.
“Sin embargo, para conseguir esto necesitamos el apoyo del Gobierno para crear planes eficientes de inglés”.
-Con la educación que se tiene en Chile esto está a años luz.
“Sí, la primera generación la vamos a tener recién el 2018. Hay que tener claro que los mejores colegios como el Grange, Newland y otros son mediocres en los instrumentos de mediciones internacionales”.
-El futuro no se ve muy esperanzador.
“Sí, si no hacemos los cambios ahora y de ahí la crítica al Consejo de Innovación: cada año que perdemos es un año que perdemos frente a países como Argentina, Costa Rica y México.
“Cuando hacemos nuestra exposición a las empresas (durante las giras) preguntan cuántos ingenieros en computación existen en Chile o cuántos contadores auditores, porque ellos se plantean abrir centros donde se requieren 150 o 500 personas. Si no tenemos los recursos humanos que necesitamos, se van a ir a Argentina, que tiene costos laborales un poco más bajos que nosotros”.
Para apoyar este proceso es que nació el Foro. Su génesis está en una reflexión de personas encabezadas por Raúl Rivera que, desde la Fundación País Digital, hace cuatro años, comenzó a urgir por medidas efectivas.
Los 150 expertos convocados en esa oportunidad definieron nueve zonas de trabajo como la necesidad de establecer leyes de propiedad intelectual que protejan la investigación y el desarrollo.
-¿Ustedes pretenden ser un nexo entre la academia y el sector privado?
“Claro, pero además, un nexo con el sector público. Quienes integran el Foro, que no tiene fines de lucro, son las universidades Católica, Chile y Adolfo Ibáñez; los centros de estudios Fundación Chile y CEP; las agrupaciones gremiales CPC, Acti y Amcham y la Conacep que representa a los colegios particulares.
“Ahora, cada uno de los miembros asume algún proyecto en el cual tenga interés como es el caso del CEP en materia banda ancha y de reemprendimiento con la CPC, específicamente la Asociación de Bancos”.
-¿Crear el Premio a la Innovación, Avonni, buscó darles visibilidad?
“La finalidad del premio es mostrarle al empresariado que si invierten en innovación pueden ganar mucha plata. Los requisitos planteaban abiertamente ¿cuánto ha ganado usted con su plan de innovación? La ganadora en categoría gran empresa, Chilectra con su proyecto ‘full electric’, ha ganado muchas lucas; el innovador del año, Fernando Fischmann, creador de las lagunas navegables de San Alfonso del Mar, está en conversaciones con Donald Trump para hacer un joint venture.
“La finalidad del premio es súper pedagógica; personas, empresas, grandes, chicas, que invierten en innovación, se la juegan y ganan”.
-¿Cómo se están financiando?
“No nos interesa recibir alguna donación de una multinacional que nos haga sentir que con ello nos está coaptando, sino que para cada uno de los proyectos se tienen auspiciadores como es el caso de “los 100 colegios del futuro” que funciona gracias a un acuerdo con Aprimin (asociación de proveedores industriales de la minería) y que busca formar y educar jóvenes capaces de operar con éxito en un mundo innovador”.
-¿Y en qué se traduce este proyecto?
“Consiste en seleccionar 100 colegios que tengan buena gestión, privados, subvencionados o municipales, y montar una red que permita monitorear las mejores innovaciones que se hagan en las aulas, en música, matemáticas y otros para que sean compartidas. A la vez, vamos a estar entrenando en forma permanente al maestro”.
-¿Qué harán con los proyectos que tienen en marcha?
“La idea es ir soltándolos; una vez que el proyecto esté funcionando, como una máquina engranada, lo entregaríamos. En el caso del programa de reemprendimiento, si esto resulta, los mismos bancos van a ser los más interesados en seguir financiándolo y replicando en otras regiones del país”.