Siguiendo con el tema de lo importante que es hablar sobre sexualidad con los hijos, la idea ahora es descubrir cómo abrir un espacio en el que se pueda comenzar un diálogo que permita comunicarse. Claramente es un tema difícil, pero aquí un punteo sobre temas frecuentes que permiten abrir la conversación.
"A mí no me va a ocurrir".
A los adolescentes en general, les resulta trabajoso medir las consecuencias de sus actos. Simplemente, piensan que son capaces de controlar sus impulsos con más facilidad de lo que pueden. Aquí, la empatía es fundamental, no se trata de un discurso crítico sino de entender, cómo a los adolescentes les cuesta tomar conciencia de que son tan vulnerables a sus pulsiones, como cualquier otro ser humano.
“La primera vez que se tienen relaciones, la mujer no se queda embarazada”.
Muchos adolescentes tienen esta fantasía y a veces, aunque saben que no es así, tienen la ilusión de que para ellos será diferente. Por eso, es importante insistir en ir al ginecólogo al iniciar la vida sexual y generar una comunicación, en la que el hijo sienta la confianza para pedir esto a los padres.
"Las relaciones sexuales son siempre gratificantes, cuando se dan con una persona a la cual se quiere".
Contrario a lo que los medios de comunicación muestran, la sexualidad creativa y gratificante no es instantánea. El amor no basta para hacer de la experiencia sexual una vivencia plena y enriquecedora.
La sexualidad se aprende y necesita tiempo, serenidad, comprensión y amor, esto es fundamental de trasmitir a los hijos. Muchas veces en la adolescencia, las relaciones sexuales son esporádicas y no existe el grado de intimidad y tranquilidad necesarias. La experiencia sexual puede ser insatisfactoria al menos para uno de los dos y eso no significa que algo anda mal, es parte del proceso de irse conociendo.
"Las relaciones sexuales hacen que aumente la comunicación, que exista más intimidad y se enriquezca la relación de pololeo".
La actividad sexual puede nutrir el pololeo, pero es fundamental tener en cuenta que se requieren ciertas condiciones previas para el inicio y desarrollo de la actividad sexual. La comunicación y el conocimiento mutuo son tan importantes como la sexualidad.
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"Si me quieres, tienes que tener relaciones sexuales conmigo".
Es fundamental reconocer al hijo adolescente los deseos e impulsos sexuales como un aspecto valioso y natural de su desarrollo. Mostrarle cómo la "prueba de amor" que muchos piden de sus parejas puede tener múltiples respuestas:
"Si me quieres, para mí es importante que puedas respetar mis sentimientos y no me presiones a hacer algo para lo que aún no me siento preparado (a)".
"Tener relaciones sexuales no prueba que yo esté enamorado. La verdadera prueba puede ser postergarlas hasta que sea el momento adecuado".
Cómo hablar con los hijos de la sexualidad, es algo que se da de manera distinta en cada familia, de acuerdo a la experiencia de cada uno de los padres y el referente sociocultural.
No existen recetas, es muy necesario que los padres, con sus propios valores y dentro de su estilo, realicen un esfuerzo para no dejar fuera esta materia, dado los tiempos de destape que se viven hoy en nuestra sociedad.
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