Patricia Jiménez debería gastar cerca de $150 mil cada dos meses para hacerse análisis de sangre, resonancia magnética, escáner y cintigrafías óseas, exámenes necesarios para mantener bajo control el cáncer de mama que le diagnosticaron en 1998. A eso, además, se suman drogas para el dolor. Pero no siempre puede.
Ella se atiende por isapre usando la Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas y, hasta ayer, no sabía que parte importante de sus gastos están incluidos en las prestaciones que entrega el AUGE desde julio de 2006 a todos los mayores de 15 años de Fonasa e isapres con sospecha, diagnóstico o reaparición de un cáncer de mama (ver infografía).
A su caso se suma el de mujeres que no han recibido tratamiento en el plazo estipulado o cuyos médicos les han negado fármacos que en las guías clínicas del AUGE se establece que les corresponden.
"Las pacientes están dando la pelea contra su enfermedad; no pueden además empezar a dar peleas contra su prestador de salud", dice Anita Cox, presidenta de la Corporación Yo Mujer, que participó ayer en la charla "Perspectiva actual y futura del tratamiento del cáncer de mama", organizada por Laboratorio Roche.
Afortunadamente estos casos son pocos, pero para las afectadas significa agregar angustia y un estrés adicional a su enfermedad. "En 2006 el 96,2% de las pacientes tuvo acceso a su primera consulta con especialistas de la unidad de patología mamaria dentro del plazo estipulado, y el 89,7% accedió a cirugía antes del plazo de 45 días desde la confirmación de su cáncer", dice la doctora Soledad Torres, vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Mastología y ex asesora de la Unidad de Cáncer del Ministerio de Salud.
Atención garantizada
Las personas con cáncer de mama "pueden entrar al AUGE en cualquier etapa y también optar por libre elección en prestaciones donde lo prefieran y luego volver al AUGE", dice la doctora Francisca Navarro, jefa del Dpto. de Control y Fiscalización de la Superintendencia de Salud.
Eso sí, la atención debe hacerse en la red que establece su isapre o Fonasa.
Además, si en algún momento la paciente no está conforme con la opinión de su equipo tratante, tiene derecho a pedir una segunda opinión a otro profesional que designe su prestador.
La doctora Navarro agrega que "es importante que la persona conozca los plazos y coberturas garantizadas. Si éstos no se cumplen, debe hacer un reclamo escrito en cualquier sucursal de su isapre o, si está en Fonasa, en el hospital donde se atiende o en el fono 600 360 3000". En ambos casos hay un plazo de 15 días hábiles para responder o de tres si el reclamo se debe a incumplimiento de plazos.
Si el problema no se resuelve, se puede recurrir a la Superintendencia de Salud adjuntando copia de la carta de reclamo y de la respuesta que recibió.
Ante la preocupación de las pacientes, los integrantes de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Karla Rubilar y Marco Antonio Núñez, se comprometieron a recibirlas para discutir algunas de sus inquietudes.
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