“Lindorfo” cuenta que este año ha sido especialmente agotador. No sólo por hacerse cargo de “La ley de…”, “Morandé con…” y sus programas en radio Conquistadores y Radio X, sino que además porque fue padre por segunda vez. Martina hoy tiene cinco meses y su hijo mayor, Sebastián, un año.
“Fue tanto que ya no podía más. Menos mal que otros se encargaron de “Morandé…” los viernes porque no hubiera aguantado. Me han ofrecido hacer clases en algunas universidades pero no me da el tiempo. Además con hijos tan chicos es complicado”, explica.
-¿Te reclamaban en la casa?
“Claro, si me levantaba a las seis de la mañana y me acostaba a las dos. Entonces el viernes salía con mis amigos y me quedaba dormido en todas partes”.
-Cero vida de pareja y familiar.
“No, o sea, en la noche…olvídalo, nada. Los fines de semana un poco más”.
-¿Tu señora no se pone celosa por que estás siempre rodeado de chicas guapas?
“Por supuesto que sí. Yo sé que le ha costado y todas sus amigas le dicen que cómo lo hace y que no podrían aguantarlo, entonces eso le alimenta el desagrado. Pero lo ha sobrellevado bien, creo. Pero es un proceso que tiene que vivirlo ella, yo no puedo enseñarle, sólo tengo que ser como soy, comportarme como siempre y trabajar duro”.
-¿Qué haces para airearte?
“Me trato de escapar a veces, jugar golf o tenis. Me gusta la vida al aire libre y los deportes. Siempre he sido bien deportista, me gusta transpirar y estar cansado. Cuando estaba en la U jugaba fútbol como loco, me pasé para el otro lado. Ahora me siento penca, viejo, porque no estoy haciendo mucho”.
-¿Ya no tienes contacto con animales de verdad, aparte del show para la tele?
“Ya no hago casi nada de veterinario, aunque nunca he dejado de leer y estoy asociado a revistas especializadas entonces estoy constantemente actualizándome. Todos los años que trabajé en el zoológico me quedó como bagaje. También hice cursos en Guatemala, EE.UU. y México”.
-¿Cuál es tu ‘bestia’ favorita? Que responda el veterinario ahora, no el animador.
“Ja, ja, ja. Bueno, en ese caso, me gustan los animales silvestres y exóticos; sobre todo los reptiles y los conejos”.
-¿Algún vicio privado?
“Me encanta la buena comida. Soy fanático del sushi, podría vivir a puro sushi, nada más”.
-¿Y los preparas tú mismo?
“No, una vez traté de hacer rolls y me quedaron pésimo, ¡cuadrados! Así que nunca más, prefiero irme a la segura en lugares que sé que los hacen bien”.
-¿Cero mano para la cocina?
“Sí, me encanta. Me encargo harto de la cocina en mi casa”.
-¿Alguna especialidad?
“Cuando va alguien a comer a mi casa preparo pechuga de pollo rellena con queso y jamón o carne al vino. Me entretiene mucho la cocina y para qué decir la parrilla”.
-¿Parrillero empedernido?
“¡Terrible! Acabo de hacer un quincho enorme en mi casa, con una parrilla de dos metros y con campana. Soy muuuy parrillero y de toda la vida. O sea, por lo bajo un asado dos veces a la semana”.