Su ascendente carrera comenzó a ver la luz cuando, gracias a sus generosos atributos físicos (los que aún conserva más que intactos: alto, morenazo, de esculpido cuerpo y casi perfectas facciones), ganó el concurso de belleza masculino “Mister Mino” del programa “Luz verde” de Canal 13, que buscaba jóvenes "talentos" para la televisión chilena.
De ahí en adelante participó en una seguidilla de teleseries como “Champaña” (1994) y “Eclipse de luna” (1997) y animó el espacio “Generación 2000” del programa “Venga conmigo”. Nada mal para un joven que estudiaba ingeniería y quería ser piloto de la Fuerza Aérea.
Eso sí, sus inicios en la TV chilena fueron complicados y marcados por las duras críticas del medio. Fue entonces que decidió emigrar a México. Todo un acierto. El gran salto lo dio en 1998, cuando debutó en la serie “Reyes y Rey”, lo que potenció su promisoria carrera internacional.
-En vez de echarte a morir por las críticas fuiste en busca de nuevos horizontes.
“Claro, es que lo que no te mata te hace más fuerte. Si mis inicios no hubieran sido como fueron, quizás aún estaría haciendo teleseries acá en Chile. A veces las cosas complicadas te hacen más grande”.
Y vaya que siguió creciendo. Luego apareció en destacadas series norteamericanas como “Pensacola: wings of gold”, “Family law” y “CSI: Miami”. Gracias a un encuentro con la actriz mexicana Salma Hayek que le presentó a su manager y éste lo encumbró en Hollywood. Lo que lo llevó a cumplir sus sueños de infancia: actuar en cine y nada menos que con uno de sus máximos ídolos, Sylvester Stallone en “Driven” (2001). Luego siguió en esas lides con “Vampiros: los muertos” con John Bon Jovi; protagonizó con John Travolta y Samuel L. Jackson “Basic” y participó como actor y productor en la chilena “El nominado”.
“Para mí “Driven” es lo primero y más grande que he hecho. Fue increíble todo lo que aprendí y la relación y buena onda que gané con él (Stallone). Si hasta después me mandó de regalo el traje y casco que usé en la película”, cuenta nostálgico.
Agrega una anecdótica experiencia con el hombre detrás del clásico “Rocky”. “La otra vez fueron a EE.UU. a entrevistarme del programa “Alfombra Roja” (Canal 13) y casi se cayeron de espalda cuando estábamos en mi auto y en una luz roja se bajó Silvester a golpearme el vidrio. ¡Al final terminaron entrevistándolo! (se ríe con ganas). Imagínate, él no le da entrevistas a nadie y hay algunos que pagarían por entrevistarlo. Si hasta terminó diciendo “alfombrua ruoja” (acento gringo). Fue muy divertido”.
-¿Por qué crees que acá siguieron criticando tu carrera después de dar un gran salto en “Driven”?
“Porque en Chile es mejor y más lucrativo tirarse mierda que flores. Y ahora la tirada de mierda es de canal a canal con los opinólogos, que es una palabra que me saca ronchas porque más que nada son juiciólogos, distorsionan todo. Porque una cosa es opinar sobre la carrera de una persona o el actuar, pero decir que es un imbécil, que además le pone los cuernos a su señora, que lo tiene chico y que hay un video que lo demuestra, eso es como crucificar, como estar en una carnicería, en un matadero y con amenazas y todo, entonces es por puro pelear”.
-¿Y por qué crees que se da ese fenómeno con tanta fuerza acá?
“No sé si es algo del chileno o del latino, pero en EE.UU. los programas de espectáculos informan sobre hechos de la farándula, no opinan y si opinan es algo constructivo”.
-En ese sentido, ¿cómo ves que andan las cosas por estos lares?
“Que después de tantos programas así la gente no puede andar buena onda en las calles, sino que te tiran el auto encima, si nos levantamos escuchando mierda. Y es tan lindo tirarse flores. Yo creo que este es nuestro momento más oscuro y tendremos que seguir cayendo hasta quedar bien hartos de todo esto para poder volver a tener una TV positiva. El día en que al ladrón le digan ladrón y no a cualquiera vamos a ser más felices. Pero claro, es más adictivo ser infeliz”.
-¿Añoras la TV de antaño?
“Sí, esa TV con la que yo crecí, cuando podía ver tele con mi papá y mi mamá comiendo. Donde uno iba al “Viva el lunes” porque tenía meritos por haberse sacado la cresta trabajando. Me acuerdo cuando me llamó el mismo Gonzalo Bertrán para felicitarme y cuando casi me pongo llorar en “Martes 13” porque hablé de lo bien que iba mi carrera. Antes todos tenían nombre y apellido, ahora es “el Rafa”, “el Kike”, porque no están en el nivel que tienen que estar. Ya no hay un Don Raúl Mattas, ya no hay respeto. Si el animador sale diciendo una sarta de garabatos en un video y después sale en la mañana dando consejos (alusión a Julián Efelbein), está muy mal la cosa. A lo mejor todo eso da plata pero es mejor decirle que no a la plata y decirle que sí a otras cosas más positivas”.
-Pero de todas maneras te estás metiendo ahora en la TV local con tu productora.
“A mí me amarra mi país no la TV y aparte de mi programa (“Golpe bajo”), no trabajaría acá. Si tengo mi productora (Efetres) es para ir creciendo y aprendiendo para llegar a un objetivo final que es hacer producciones extranjeras en Chile y también usar Chile como plataforma para hacer cosas para afuera y para eso tenemos que seguir validando nuestra productora. Me han llamado para opinar de cosas pero no entiendo por qué, si tengo que opinar de alguien lo llamo y le digo lo que pienso pero mandarse a decir cosas y pelearse por los diarios es horrible y espero que termine luego. El CNTV tiene que darse cuenta que esto es un caballo desbocado y que hay que pararlo”.
- Volviendo a tu carrera, ¿influyó el incipiente boom latino en EE.UU.?
“Me ayudó que a otros les hayan ido abriendo las puertas para que no me fuera tan difícil entrar. Lo bueno es que se siguen abriendo ahora a otros como Diego Luna, Gael García y Rodrigo Santero. Cada vez que un latino logra un papel que no sea el del drogadicto o delincuente o extra, cambia la cara de los latinos en la TV y en el cine”.
-¿Y ser elegido uno de los más bellos según la revista People?
“Eso más que nada levanta el ego y obvio que en esas listas uno no aparece solamente por la belleza, también tiene que haber una validación de tu carrera que permita que te pongan en esa página y estar ahí”.
-¿Cuál es tu máxima aspiración?
“Si tuviera que emular una carrera me gustaría la de Mel Gibson, porque sé que nunca seré un Al Pacino. Hay que mirarse al espejo y reconocer su talento y no soy tan talentoso como Daniel Alcaíno o Daniel Muñoz, ellos sí podrían ser como Pacino. Yo tengo otros talentos, puedo ser quizás más divertido y...”
-Y más galán, como Gibson.
“Sí, o como Bruce Willis, pero me gusta Gibson porque además es productor. Claro que si mi productora fuera el 10% de lo que es la de él sería más que feliz”.
-Una vez dijiste que el sueño que te faltaba por cumplir era ganarte un Oscar.
“Antes tenía esa necesidad de ganarme un premio para darme validación pero hoy me da lo mismo, estoy feliz con lo que estoy haciendo. He conocido tanta gente que tiene un Oscar y son infelices, porque la felicidad no viene ni en la plata ni en un Oscar sino que en levantarse y decidir ser feliz. Me di cuenta que la felicidad es una decisión y depende de uno, no de las cosas que uno tenga”.
Sin duda, las series de TV son su fuerte. Entre sus últimas incursiones en la televisión norteamericana destacan sus personajes en “Ugly Betty” (la versión gringa de Betty, la fea), en la serie “The class”, en la que interpreta a un homosexual, en “Como ama una mujer”, de Jennifer López y en “In plain sight” en la que encarna a un beisbolista.
- Has tenido varios papeles humorísticos. ¿Te gustaría seguir por esa senda cómica?
“Últimamente nadie me toma en serio y no es que no me pesquen (se ríe). A lo que voy es que casi todo lo que he hecho son sitcoms o papeles divertidos. Una vez fui a una audición y me dijeron que era fome, que no tenía timming y que no podría hacer comedia, lo que era raro por que fue lo que más hice en Chile y por lo que la gente más se acuerda de mí, como con “Mi tío y yo”. Además, yo me creo una persona divertida, no del tortazo en la cara sino que un humor más sarcástico, diferente. Si uno ve mi currículum, desde hace tres años lo único que he hecho son comedias. Hasta en “In plain...”, que es un drama o un dramedy (mezcla de drama y comedy), mi personaje es divertido. Ahora me río mucho de mí mismo”.
Agrega, entre risas: “A Yerko Puchento lo he ido a ver cinco veces, ya me sé casi de memoria su rutina entonces si se enferma lo puedo reemplazar yo. Creo que la vida ya es demasiado dramática, entonces si tengo un talento, o algo bueno, y eso es hacer reír es una buena razón para trabajar, tratar de que la gente ría. No es que vaya a ser el Daniel Vilches de EE.UU. pero sí puedo compartir un poco de humor. Tampoco es que quiera hacer sólo eso, de hecho la película chilena es bien seria”.
-¿Qué tal la experiencia de trabajar con otra chilena de exportación como Leonor Varela en “Como ama una mujer”?
“El otro día hablé con ella y me preguntó qué sabía del proyecto con Raúl Ruiz en el cual ella también participaría y le respondí que ella debía saber más porque es más cultural que yo (se ríe). Fue sorprendente trabajar con ella porque no la conocía y uno se hace otra imagen, no me imaginaba cómo era. Yo creo que nos sorprendimos porque tuvimos re-buena onda, lo pasamos súper bien trabajando. Cuando uno está hasta 18 horas trabajando con una persona, a veces con frío, viento, es difícil”.
-¡Lo haces sonar como si fuera lo más sacrificado del mundo!
(Sonríe) “No es tan sacrificado, pero es cansador, entonces es muy fácil, uno puede pelearse o mandarse a la punta del cerro, pero con ella usamos eso para reírnos”.
- Se habló de una supuesta mala onda entre ustedes.
“Las cosas se malinterpretan porque quizás a ella le preguntaron si era amiga mía y ella dijo que no, porque no somos amigos. Ahora tampoco puedo decir que es mi mejor amiga porque las amistades se cultivan en el tiempo. Pero si tengo un problema y necesito ayuda no tengo ni un atado en pedirle a ella y espero que viceversa, también. Tenemos una amistad que está creciendo. Es una mujer muy talentosa e inteligente. Pero es mejor un titular que diga que nos llevamos más mal que bien. Si quisiéramos caer en farandulandia podríamos perfectamente inventar que nos llevamos mal y así hacer noticia pero yo prefiero no salir que salir por algo penca. Al final hay más daños que beneficios”.
- ¿Haciéndole el quite a la polémica?
“Sí, nunca voy a salir en una portada, porque titular con ‘soy feliz’ o ‘mi hija está sana’, no vende. Es mejor que diga ‘estoy solo’o ‘la verdadera historia de…’, eso vende, el morbo. Aunque a mí también me pasa que cuando veo algo así me dan ganas de leerlo” (risas).
Y cómo no. Moralejas y frases para el bronce varias: “Lo mejor es meterte algo en la cabeza y verlo hecho. Nunca voy a olvidar la primera vez que me vi en un cine; me puse a llorar. Dije: ‘me puedo morir mañana porque logré un sueño’. Imagínate, pendejo, de Chile, haciendo una película así… si uno es capaz de hacer eso es capaz de dejar de fumar, de sanarse de un cáncer, de cualquier cosa. Si uno cree en algo y lucha por eso lo consigue. Pensaba que eso sólo salía en los libros o en las frases de los posters que se veían bonitos, pero no sabía que era una realidad. No es que algunos sean más suertudos que otros o que tengan más talento, es más fácil decir que el de al lado nació parado pero la realidad es que todos nacimos parados, sólo hay que salir a buscar los sueños”.
-Y a quienes te criticaron en un principio, ¿los miras ahora hacia abajo sacándoles la lengua?
“¡Es que mira dónde están ahora esos que me criticaron! En fin, siempre me preguntan por las críticas de Passalacqua (quien además cuestionó su sexualidad) o por mi experiencia con Stallone, ¡pero soy mucho más que eso!”.