Golpes, heridas, moretones, insultos, garabatos. Muchas relaciones de pareja, convivencias o matrimonios terminan así... ¿Cómo empiezan entonces?
"Utilizando la coerción", contesta Andrea Bravo, psicóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Y explica que cuando una persona utiliza el miedo para controlar a otra, ya sea diciéndole que la va a dejar de querer o, por ejemplo, amenazándola con que va a contar sus secretos, ya se está frente a una relación violenta.
Según los expertos, serían justamente este tipo de tratos abusivos los que se estarían dando en los pololeos. O sea, más allá de los golpes, dicen que los primeros síntomas de violencia se dan en esta etapa en el control de los espacios de intimidad, la dependencia versus la independencia y los celos.
Me ama tanto que me controla
Un sondeo del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) indica que un 28% de los jóvenes de entre 15 y 29 años declara haber sufrido maltrato psicológico, mientras que el 12,2% dice haber sido víctima de violencia física en su pololeo.
"Antes de ponernos a pololear era muy tierno, se preocupaba por mí. No había día que no me llamara. Sentía que me cuidaba. Pero cuando nos pusimos a pololear, todo eso se fue al extremo. Nunca recibí golpes ni me levantó la voz, pero sí me sentía sometida. Si salía con mis amigas, tenía que decirle dónde estaba, qué estaba haciendo, y si me demoraba, me iba a buscar. Me armaba escándalos si no le respondía el celular. Se enfurecía. Poco a poco nos fuimos aislando del mundo. De mis amigos, de los suyos, de mi familia, hasta que un día dije no más", recuerda una joven (24).
No atreve a identificarse "porque muchas veces te estigmatizan. Algunos me decían que era tonta, porque pensaba que con esa actitud mi ex pololo me estaba demostrando su amor. Me costó entender que me maltrataba".
Sin embargo, la mayoría no comprende los límites que debe tener una relación.
Por el mismo motivo, Carabineros acaba de lanzar una campaña contra la violencia en el pololeo. "Queremos prevenir tempranamente la violencia intrafamiliar. Los pololos que se atacan física y/o psicológicamente son parejas que llegarán a ataques más graves en el futuro y serán parte de las más de 100 mil denuncias que nos llegan al año", explica la coronel Marta Salcedo, directora de la Dirección de Protección Policial de la Familia de Carabineros de Chile.
El fono para denunciar este tipo de violencia es el 149.
Se sienten dueños del otro
La Corporación de Desarrollo de la Mujer (Domos) realizó -por encargo del Servicio Nacional de la Mujer- un "Análisis de la violencia en las relaciones de pareja de los jóvenes".
Allí se reveló que para ellos la violencia es invisible: no la advierten entre sus pares y la consideran como un problema de "viejos".
-Hay que educar a los jóvenes para que no confundan amor con control. La propiedad en el pololeo es tremenda. Por ejemplo, los hombres sienten que tienen propiedad sobre ellas, sobre lo que hacen, pero también sobre su cuerpo. Y ellas aceptan porque creen que él las ama tanto y que por eso las pueden controlar, señala Ximena Rojas, coordinadora de programas de Domos.
Sin embargo, todos los estudios apuntan a que este fenómeno no afecta sólo a las mujeres. "Es innumerable la cantidad de niñitas que celan a sus pololos, los siguen para todos lados, los van a buscar, no los dejan que salgan con sus amigas... Eso también es maltrato", cuenta Rojas.
Razones: Baja autoestima y falta de socialización
Este tipo de relaciones se dan, generalmente, cuando una persona con baja autoestima acepta someterse a este tipo de control. Según Andrea Bravo, esto se produce porque no hay un buen desarrollo de las relaciones interpersonales en niños y adolescentes.
"Actualmente, a nivel de la crianza, existen agentes socializadores más impersonales como el computador y la TV. Hay menos espacios para el desarrollo de habilidades sociales y para hacer amigos. El único espacio que queda es el colegio", asegura.
¿Qué pasa entonces? Según ella, los niños no saben hacer amigos, no son capaces de establecer relaciones profundas y, como se sienten solos, cuando llega la hora de pololear, su ansiedad por tener una relación los hace aferrarse con dientes y uñas a su pareja, lo que puede terminar en actos de violencia.
De ahí la preocupación de algunos colegios por enseñar a sus alumnos a convivir en igualdad. Es el caso del Liceo Valentín Letelier. Según su director, José Patricio Latorre, las adolescentes malentienden el concepto de igualdad de género, hecho que produciría la confusión entre los varones generando relaciones insanas o violentas.
-En su afán por igualarse a los hombres, se les ve más irrespetuosas, sobrepasan los límites. Como quieren demostrar que son "bacán" hablan con gabarabatos, fuman y toman igual como lo harían sus compañeros. Entonces, juego de manos es juego de villanos... los hombres se confunden y las cosas terminan mal -explica.
Pero, ¿hasta dónde se puede sufrir por amor?
Para evitar relaciones insanas en la adolescencia, los expertos recomiendan que el pololo visite con frecuencia la casa y viceversa, conocer a sus padres, que respete las normas de convivencia familiar y que exista comunicación. Si, por el contrario, ella o él se alteran fácilmente, no comen y se aíslan, posiblemente algo anda mal.