“Mejor estar sola que mal acompañada” pasa a ser más que una frase, un mandamiento en el Día de los Enamorados, jornada en que las amigas que no contestan el teléfono porque están con sus parejas, las películas melosas del cable y cada vitrina que exhibe un osito de peluche abrazando un corazón incandescente que dice “I love you”, sólo recuerdan una cosa: ¡estás soltera!
Precisamente, fue un 14 de febrero que Leonor y sus dos mejores amigas se encerraron en su casa. Desprovistas de un hombre que por lo menos las visitara en ese día especial, ahogaron sus penas en papas fritas y chocolate. ¿Suena conocido?
Para el terapeuta de adultos y pareja José Boh, lo es. “Todo ese día se trata de llenar con comida, drogas, trabajo intensivo, fiestas o música, para no sentir, no mirar, no plantearse nada”, señala.
Pero, cómo no tentarse y querer llenar ese vacío que atrae la soledad con cuanta caloría quepa en el organismo, si, por ejemplo, se es parte del 40% de personas que aseguraron que les gusta este día del amor porque se hacen ilusiones de que alguien les dará una sorpresa. Eso es lo que señalaron los resultados de la encuesta hecha por el sitio web de dating
Match.com. Lo curioso de ese estudio es que el 69% afirmó que se atrevería a mandar un mensaje al celular, un e-mail o incluso una carta de amor anónima a la persona que le gusta.
Después de revisar por cuarta vez que el teléfono esté bien colgado y que nadie ha dejado una nota en la puerta de la casa, llega la tristeza con varias preguntas, entre ellas el clásico ¿por qué? O ¿Qué tengo yo de malo?
Es que “por un lado, el mercado nos bombardea con publicidad de amor y por otro, la gente se pregunta qué pasa con una que no está con alguien, como si fuera algo raro. De los 30 años para arriba se está obligada socialmente a estar con una pareja estable y a formar una familia”, dice la psicóloga de la Universidad Andrés Bello, Paula Belaúnde.
Triste realidad, pero sucede. Sin embargo, no todo está perdido. Con un poco de claridad se puede encontrar la llave de escape, analizando ciertos aspectos personales que darán esperanzas, o al menos tranquilidad, al corazón de una soltera.
En busca del verdadero amor
“Este va a ser el primer año que lo paso sola, ya ni me acuerdo de la última vez que no tuve con quién salir”, confiesa con cara de angustia Alejandra (27).
Dice que ese día no estará las 24 horas con pena, pero que tendrá siempre presente que, al llamar a alguna de sus amigas, probablemente no le contestarán el teléfono porque estarán con sus parejas. “No sé bien qué es lo que quiero que pase el 14. Puede ser que aparezca alguien que se acuerde de mí o que demuestre que me quiere”, comenta.
Boh dice que es algo egoísta decir “yo quiero que el otro me quiera, que me mire, que me aprecie" y que "cuando uno necesita la correspondencia de otra persona para sentirse bien, es porque no hay cariño en sí misma”.
¿Qué hacer entonces? El terapeuta aconseja que en vez de entregarse al helado de chocolate, se debe realizar un análisis personal acerca de las razones que nos tienen imitando a Bridget Jones en sus mejores escenas.
“Hay que ver qué pasa con nosotros. Preguntarse por qué se está deprimido, para conocerse, aceptarse y apreciarse. No buscar a otra persona para hacerlo”, dice Boh, quien se atreve a explicar exactamente qué debemos entender por amor: “El amor no es ‘yo te amo porque tú me amas’. Es un estado de conciencia, de plenitud, independiente de otro ser. Una vez que nos amemos, nos podremos encontrar con otros en el amor”.
Suena fácil pero, en la práctica, encontrar el amor propio puede ser más difícil que conseguir pareja el mismo 14 de febrero. No se pierde nada intentándolo, mal que mal se trata del Día del Amor.
