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La difícil decisión de dejar una carrera exitosa y optar por la crianza de los hijos

Renunciar al desarrollo profesional para dedicarse a la casa a tiempo completo puede transformar el hogar en una "empresa". En Chile, muchas mujeres no pueden hacerlo, pero sueñan con laborar medio día.

29 de Mayo de 2008 | 11:17 |
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El grito en el cielo lo pusieron las feministas en Estados Unidos cuando "The New York Times" reveló una tendencia entre las profesionales de elite de ese país. Encuestas realizadas a ex alumnas de las universidades de Yale y Harvard que bordeaban los 40 años, mostraban que sólo poco más del 50% de ellas continuaba trabajando, en contraste con el 90% de los egresados hombres.

La respuesta no se hizo esperar. La académica Linda Hirshman publicó un ensayo en la revista "The American Prospect", afirmando que esta decisión era perjudicial para las madres, sus hijos y toda la sociedad.

Señaló que si bien se trataba de un grupo privilegiado, lo que hace la elite suele ser imitado por el resto de la sociedad. Esto incluso afectaría a las mujeres que no pueden dejar de trabajar, al hacerlas sentirse culpables.

Carolina Franch, antropóloga del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de la Universidad de Chile, señala que en nuestro país muchas mujeres de clase alta y media-alta "estudian para demostrar que pueden, pero luego sacrifican su profesión por la familia".

"Veo a las mamás que trabajan de sol a sol y pienso que de repente se van a dar cuenta de que no conocen a su hijo", dice Isabel Díaz (35), kinesióloga y madre de cuatro hijos. "Yo estoy apostando a que los niños criados por la mamá son más sanos".

Esta opción tiene el riesgo de que quienes se prepararon para exigentes carreras, a veces vuelcan lo aprendido en volverse "súper mamás". "Se empiezan a aplicar criterios de empresa a la familia, y eso puede ser dramático a nivel de los hijos", asegura Carolina Dell'Oro, filósofa y experta en trabajo y familia.

Irene Tapia (36) es ingeniero comercial de la UC y se desempeñó como directora de cuentas en ACNielsen Chile hasta 2003. Cuando sus gemelos tenían un año y medio, decidió renunciar. "Trabajaba de lunes a domingo. No fui capaz de equilibrar las dos cosas", cuenta.

Estaba tan acostumbrada al ritmo exigente del trabajo, que al poco tiempo tenía la casa funcionando como reloj. "Ordené todo, hice los flujos de caja de la casa, y a los seis meses ya no sabía qué hacer", relata.
Familia
- Según la Encuesta Bicentenario, el 64% de los chilenos piensa que la familia se descuida si la mujer trabaja tiempo completo.
- Sólo el 41% cree que ser dueña de casa es tan satisfactorio como trabajar por un sueldo.

Entonces se embarazó de Matilde y se quedó un año más en la casa luego de su nacimiento. Pero Irene todavía se sentía inquieta, así que volvió a la misma empresa con media jornada. Al poco tiempo, estaba trabajando día completo otra vez. "Cuando trabajo se me olvida el mundo; me encanta", dice.

En octubre de 2006 renunció definitivamente y está feliz, pero reconoce que la decisión es difícil. "Tengo amigas que han dejado de trabajar y no están contentas. Algunas han vuelto. Otras quieren dejarlo pero no se atreven. Yo creo que lo mejor es tratar de compatibilizar las dos cosas, pero no he encontrado la fórmula todavía", finaliza.

Janet Spröhnle, directora ejecutiva de la consultora People & Partners, señala que pasar de ser una profesional con alto potencial a quedarse en la casa es una opción muy radical, que depende de las circunstancias particulares. Pero sí ha notado una tendencia a buscar una vida más equilibrada.

"Yo veo que actualmente la mayoría trata de seguir trabajando, pero con mayor flexibilidad, para dar prioridad a su familia", dice Spröhnle.

Flexibilidad laboral

Para Carolina Franch, es muy criticable la creencia de que la mujer puede elegir entre trabajar y criar. "Como sociedad, es un tema que hemos evadido. Por eso las mujeres han debido elegir, pero no es una decisión libre. Tarde o temprano, cualquier opción te va a pasar la cuenta".

Las especialistas enfatizan que muchas mujeres no pueden dejar de trabajar. Y cualquiera sea su decisión, la mayoría sueña con laborar medio día.

"Es terrible tener que dejar uno u otro. Lo que hay que hacer es conciliar trabajo y familia", afirma Dell'Oro.

"Deben crearse las condiciones laborales, porque los hijos son un gran bien para la sociedad, no sólo para la mujer. Yo creo en dos cosas fundamentales para lograrlo: flexibilidad laboral y equipo de trabajo", dice con conocimiento de causa, ya que ella tiene seis hijos.

Pilar Correa (37) trata de compatibilizar ambas cosas. Ella es periodista, madre de cuatro hijos y está esperando al quinto. "A veces siento que me falta tiempo en la casa, pero me gusta el trabajo, porque es una inyección que me desconecta de lo puro doméstico. Uno es como un malabarista con varias pelotas en el aire y no puede soltar ninguna porque se caerían todas".

Efecto en los niños

La psicóloga Rosa Garrido, del Centro Médico Pediátrico de la Clínica Santa María, no ha notado una diferencia en los niños dependiendo de si la mamá trabaja. "Es más determinante el carácter de la madre y otros factores. Hay mamás más ansiosas y otras casi negligentes", explica la especialista.

Carolina Correa, psicóloga del Instituto Chileno de Terapia Familiar, concuerda: "Es más importante la calidad de la relación que el tiempo que esté en la casa. La mujer no es sólo madre, y es bueno para ella y para los hijos que sepan que también tiene otros espacios de existencia".



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