EMOLTV

El señor de la noche

10 de Junio de 2008 | 17:26 |
imagen
Desde que apareció “El Señor de la Querencia” se le vino encima una avalancha de entrevistas y tuvo que dejar de lado el bajo perfil que había cultivado durante sus más de veinte años de vida teatral.

Si bien han tratado de inmiscuirse en su privacidad para saber algo más sobre este nuevo protagonista del mundo televisivo él, muy serio, responde siempre con un seco ‘no hablo de mi vida privada’.

Sin embargo, en esta entrevista sí osa revelar algunos de sus secretos más íntimos.

Milostich, nieto de croatas, de esos que llegaron a principios del siglo pasado en busca de mejores oportunidades a América, se radicaron como muchos de sus paisanos en una de las ciudades más australes del mundo: Punta Arenas.

Hijo menor de seis hermanos, su padre, que murió cuando él era muy joven, era luthier y profesor de música, por lo que asegura que su veta artística viene por ahí, aunque no del todo de la mano de las melodías.

-El menor de seis hermanos, ¿muy regalón?
“Sí y todavía, incluso ahora más que antes, porque salí y logré cosas, me ha ido bien entonces soy absolutamente regalón. Cuando estoy falto de afectos me voy para allá para que me hagan cariño porque aún están todos en Punta Arenas, estoy solito en esta ciudad (ríe)”.

-¿Que tu papá haya sido luthier impulsó tu veta artística?
“Sí, además que me encanta cantar, esa es mi herencia. La música es mi deuda pendiente, mi frustración porque no sé tocar ningún instrumento, nada y quizás por eso tengo una paila tan afinada, porque nunca aprendí. Antes sólo cantaba porque nunca faltan los guitarreros, pero yo, nada de nada. Soy zurdo y eso me frenó un poco. Me gustaba el acordeón, mi papá tocaba, pero anda a ver tocar acordeón a un zurdo, es como el chino al revés, ¡demasiado terrible! (ríe otra vez)”.

-¿En tu familia te apoyaron con el teatro?
“Mi papá murió antes de venirme, el 77. Antes ya estaba metido en teatro y sobre todo mi madre me apoyó mucho, aunque fue un dolor súper grande para ella que me viniera a Santiago porque era el único que quedaba en la casa, ya estaban todos casados, era el menor, entonces fue muy fuerte pero me dejó volar. Yo pensaba que no iba a dejar que me fuera y me sorprendió cuando me dijo que si tenía que hacerlo, lo hiciera. Tampoco se asustaron por la carrera porque ya me había hecho una camita; venía desde quinto básico haciendo teatro entonces mi mamá y hermanos babeaban cuando me veían actuar, por lo que no había ni un prejuicio con la profesión y tampoco fue como de un día para otro”.

Desde hace un tiempo vive solitario en un departamento en Ñuñoa y dice que se la pasa metido en los restoranes y bares del sector porque, aunque le encanta comer y cocinar, no le gusta hacerlo solo y porque además es un asiduo de la vida nocturna.

“Me gusta comer cosas ricas, cocinar de todo. No sé si me gusta tanto la buena mesa, no soy tan fino y me da lata cocinar cuando estoy solo, pero no siempre lo estoy (entorna sus ojos azules, coqueto)... Y cuando cocino soy bien ‘shileno’, hago cazuela, porotos. Me encanta comer camarones en todos sus formatos, carne, mucho cordero. Soy carnívoro por excelencia por ser de Punta Arenas, me gustan los asados, los amigos, me gusta mucho la noche... Creo que es muy corta la noche y muy largo el día”, dice sonriendo maliciosamente.

-Tienes cara de gozador y bueno para el carrete.
“Sí, soy bien nocturno, me gusta la barra, tomar copete, cervezas, conversar. Manteniendo la cordura eso sí. Si sé que tengo que trabajar temprano en vez de acostarme a las 7 de la mañana, me acuesto a las 6, jajajá. Nooo, hay que manejar ese tema, a veces igual te pasas y llegas medio loco a grabar pero se pueden hacer las dos cosas. Además que en la tele trabajas con el rostro y no puedes llegar demacrado aunque por eso el maquillaje es tan importante, ¡se pueden hacer maravillas!”

-¿La tele te ha puesto más vanidoso?
“Todos los actores tenemos una cuota muy importante de vanidad y egocentrismo que no se puede negar… Es rico cuando te dicen que tu trabajo está bien, te saludan, pero no en el mal sentido. Está lleno de ejemplos de egocentrismo y vanidad muy evidentes en este mundo, pero a mí aún no me ha pasado al menos”.

-Quizás porque te insertaste en este mundo ya mayor, más aterrizado.
“Puede ser, es un plus haber empezado a los 40. Aunque no sé si estoy más aterrizado, eso espero, jajajá. Pero es importante haber llegado más viejo a la tele, con más carrete de teatro aunque son cosas muy distintas y hasta te puede jugar en contra. Cuando empecé me movía como si estuviera haciendo Shakespeare y me dieron:‘A ver, has lo mismo pero en más chiquitito’. Se reduce todo. Aún estoy aprendiendo, es difícil”.

Soltero, tiene un hijo de dos años, Mateo. “Él vive con su mamá pero lo veo casi todos los días. Se parece más a su madre que a mí aunque creo que va a ser igual de mañoso que yo. ¡Porque pucha que soy mañoso! Pero él es exquisito, es mi cable a tierra. Un hijo es realmente una cosa maravillosa, lo más parecido a lo que dicen que es el amor. Antes de él no cachaba lo que era porque es tan intangible, raro, ¿Qué es estar enamorado? ¿Qué es el amor? Hasta podría ni existir, pero cuando nace tu hijo, lo miras a los ojos y lo abrazas, te das cuenta que eso sin lugar a dudas es amor”, explica agitando las manos.

-No has tenido buenas experiencias amorosas al parecer.
(Se pone muy serio) “No he tenido tantas parejas, pero sí tengo una historia importante pasada, algunas experiencias bonitas y otras bien tristes. Ahora estoy bien, solo, pero bien. He tenido temporadas largas de sequía, sobre todo cuando uno está tan metido en todo este cuento. Eso sí, a veces siento como que se me ha apagado la luz, porque ya no soy el mismo de hace cinco años atrás”.

-¿Te desilusionaste?
“Quizás aún hay vínculos que no se han cerrado del todo o no es el momento para eso. Ahora no ando con mucho poder de seducción a nivel de trabajar una relación. Estoy más lento en ese aspecto y puede ser porque mi corazón está un poco cerrado, o sólo entreabierto. Antes me llamaba más la atención o no podía pasar mucho tiempo soltero, ahora sí, tranquilamente y sin ni una preocupación. ¿Será que me estoy poniendo viejo?” (risas).

-¿Y no tienes más éxito con las mujeres ahora?
“Es que no es un problema de cantidad. Además, este personaje no es muy Zabaletístico o Valenzuelístico que digamos. ¡Es más malo que el natre! Si hasta les debo causar un poco de temor, jajajá”.

-¿Vicio privado?
“El maldito cigarro (luego de fumar uno tras otro) y como ya te dije: la noche, la bohemia…¡me encanta!”


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?