Los aliados
Los nutrientes: La queratina, vitamina B y ceramidas, entregan vida al pelo. La queratina es una proteína insoluble, proteica, que es responsable de su resistencia. La vitamina B, en tanto, evita la caída del pelo y aumenta su salud, se puede encontrar en las zanahorias, pepinos, huevos y leche, entre otros alimentos. Las ceramidas cumplen una función protectora e hidratante.
La hidratación: Mantener el pelo hidratado siempre es una buena forma de conservar su salud. Para lograrlo, existen mascarillas caseras, tratamientos en salones de belleza y productos para usar con cada lavado. Lo más importante, de todas formas, es la constancia al utilizarlos, para que la hidratación se mantenga en el tiempo.
Las tijeras: Cortar las puntas es una excelente manera de mantener el pelo sano. En invierno, lo mejor es hacerlo más seguido que el resto del año. O sea, si siempre se acostumbra a cortar dos centímetros cada dos meses, en esta temporada lo ideal es cortar los mismos dos centímetros una vez al mes. De esa forma, se evita que el pelo sufra por las condiciones climáticas.
La dieta balanceada: Los hidratos de carbono son amigos del pelo sano. Las personas que consumen dietas bajas en carbohidratos tienden a tener el pelo más seco y con menos vida. Por eso, lo ideal es que la dieta sea equilibrada, para que tanto el cuerpo como el pelo puedan recibir todos los nutrientes que necesitan.
Los enemigos
El esmog: La contaminación del aire hace que el pelo pierda brillo y adquiera un tono gris y opaco, algo que se nota, sobre todo, en las personas rubias. Para combatirlo, lo ideal es preocuparse de mantener el pelo sano y protegido, con pañuelos o gorros forrados en tela.
La calefacción: El ambiente cálido y seco es uno de los peores enemigos del pelo sano. Tiene el mismo efecto que usar secador constantemente. Como consecuencia de estar siempre expuesta a este tipo de aire, el pelo se seca y pierde su volumen y forma natural. Por lo mismo, es importante que las visitas a la peluquería sean periódicas, o usar tratamientos de hidratación constantemente.
| Los tratamientos |
Palumbo: Existen varias alternativas para reparar el pelo, que incluyen cremas con vitaminas. Los masajes duran alrededor de 20 minutos y sus resultados se extienden de dos a cuatro semanas. Dónde: Parque Arauco, local 146. Cómo: 790 0301. Cuánto: desde $6.500.
Sebastián Ferrer: Bio Ionic es un sistema de reestructuración capilar, que aprovecha el poder de los iones negativos naturales para reacondicionar y retexturizar el pelo. Dónde: Nueva de Lyon 094, local 5. Cómo: 380 3171
En la casa: Los mejores ingredientes de la cocina para usar en el pelo son la palta y el aceite de oliva. Pueden dejarse actuar directamente en el pelo húmedo, durante media hora, para después retirarlos con agua tibia.
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La humedad: Al contrario de lo que se puede pensar, la humedad no entrega hidratación al pelo, se la quita. Es la primera causa del frizz, la pérdida de brillo y volumen. Lo mejor para no sufrir los efectos negativos de la humedad en el pelo es usar productos sin enjuague, que actúen durante todo el día.
El frizz: El efecto esponjoso, que le quita la forma y volumen al pelo, aparece cuando existe deshidratación, puntas extremadamente partidas o falta de cuidado en general. En invierno, se intensifica porque el pelo tiende a deshidratarse naturalmente con las condiciones ambientales. Para evitarlo, la mejor alternativa son los serums y los tratamientos acondicionadores de calidad.
La ropa: Las bufandas de lana, abrigos y gorros, en constante contacto con el pelo, pueden hacer que las puntas se partan y que el pelo pierda vida y brillo. Una solución posible es preocuparse de que los gorros tengan un forro de género, para que la lana no tenga contacto directo con el pelo, usar bufandas de tela, y moños, para que el roce con los abrigos sea mínimo.
El secador: Aunque en esta época su uso se vuelve imprescindible, usarlo muy seguido puede generar que el pelo se reseque y requiebre. Por lo mismo, hay que preocuparse de usarlo de la manera correcta, para que el daño sea el mínimo posible: sostenerlo a no menos de cinco centímetros de la raíz, no usar aire muy caliente, y mantenerlo constantemente en movimiento, o sea, no enfocar el calor en un solo lugar.
