Las mujeres españolas que han sido víctimas de violencia por parte de sus parejas contarán ahora con la ayuda de un dispositivo electrónico que las alertará cuando su agresor esté cerca. Eso gracias a una pulsera que será colocada en los hombres con orden judicial de alejamiento, en un proyecto que comenzará a implementarse en toda España a partir de septiembre.
"La idea es tratar de mejorar y garantizar la protección de la mujer", cuenta Miguel Lorente, delegado del gobierno español para la Violencia de Género.
"Sabemos que en determinadas circunstancias, sobre todo cuando la mujer decide terminar la relación, muchas veces poniendo una denuncia, aumenta el riesgo de sufrir una agresión", agrega Lorente en entrevista telefónica con "El Mercurio".
Hasta ahora las pulseras electrónicas, que se emplean también con violadores excarcelados, se han usado en experiencias piloto en Cataluña, Baleares y Madrid.
El sistema -que forma parte de la Ley Integral contra la Violencia de Género española- sirve para garantizar que el agresor cumpla la orden judicial de permanecer alejado (normalmente a 500 metros) de la víctima.
Para eso, la pulsera -similar a un reloj deportivo, que se coloca en la muñeca o tobillo del agresor- emite una señal cuando el hombre está a una distancia menor a la decretada por el juez.
A través de otros dispositivos en poder de la víctima y de la policía, la señal alerta a la mujer para que tome resguardos y también activa la acción policial.
El agresor se enfrentaría entonces a las consecuencias del quebrantamiento de condena. "Esto es voluntario. La pulsera le será colocada como una alternativa a otras medidas más inflexibles como la prisión, la obligación de presentarse una o más veces a diario en el juzgado o el seguimiento por personal policial, por ejemplo", dice Lorente.
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1 de cada 4 mujeres fallecidas este año en España a manos de sus parejas había obtenido una orden de alejamiento contra su agresor.
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Para dar mayor seguridad a la mujer, también se puede instalar un dispositivo de alerta en la casa, el lugar de trabajo o el colegio de los hijos. "El dispositivo que porta ella es similar a un beeper, que puede guardar en su cartera o bolsillo".
El Ministerio de Igualdad español realizará un seguimiento de quienes porten estas pulseras para garantizar la cobertura, la detección de cualquier intento de manipulación y que la alarma se dispare cuando corresponde. "En los centros de monitoreo, gracias al sistema GPS, se podrá ver por dónde se desplaza a diario el agresor. Eso ayudará además a prevenir posibles encuentros fortuitos, avisando al agresor para que cambie su trayectoria".
Para Lorente, las medidas deben pasar por el control del agresor "y no por la huida de la mujer", algo que sigue siendo la norma en muchos casos.
Por eso, agrega, la pulsera debe complementarse con otras medidas, como el asesoramiento a la víctima y la reeducación del agresor.
Mayor seguridad
Opinión con la que concuerda en Chile la ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Laura Albornoz. "Ninguna medida es efectiva por sí sola. Éste es un problema cultural que debe abordarse desde diferentes sectores", explica.
La ministra precisa que en el país están enfocados en el desarrollo de un programa piloto de reeducación de los agresores, así como en la modificación de la ley de violencia.
No obstante, estarán atentos a la experiencia española. "En 2006, cuando comenzamos a trabajar en la política integral de prevención en violencia, analizamos la experiencia de España y entonces no había mucha certeza sobre la efectividad de estas pulseras".
Al respecto, Lorente reconoce que hubo que afinar problemas técnicos de los dispositivos. Además, todavía no se define quién asumirá el costo de implementación, pues aún se evalúa cuántos aparatos se van a necesitar: se estima que será aplicable en el 5% de las denuncias que se producen al año.
