“Cuerpo y alma” es el nombre del disco que llevó a Ramón a ser un popular cantante ochentero. Fueron 10 canciones las que lo conformaron, pero una en especial ha logrado superar los 24 años que han pasado desde que el cassette apareció en las disquerías: “Tímida” es casi un símbolo de la época musical del ahora diputado.
Según él, fue gracias al desaparecido programa del Canal 2 Rock & Pop, “Plan Z”, que hoy es posible escuchar el tema en algunas fiestas kitch de la capital. Fue en este recordado espacio de televisión que el entonces alcalde de San Joaquín participó de uno de los sketches –que puede verse hoy en YouTube-, en que toma un taxi manejado por Álvaro Díaz, quien personifica a un furioso fan que viene a criticarle a su salida de las teleseries, pero, sobre todo, su corta carrera musical, mientras aparecen escenas del político cantando en el antiguo programa “Éxito”: “Tímida, será la noche ya verás. Vivirás la fantasía; en mis brazos sentirás amor”.
“Por suerte, mi hijo desarrolló la música ya definitivamente y de manera seria, porque él hace jazz y compone. Es uno de los pocos que lo hacen en Chile. Obviamente que yo la he ido dejando de lado (se ríe)…”
-¿Por qué te da risa?
“Es que siempre me agarran pal’ leseo con eso y yo también lo hago. Esa fue una etapa muy interesante y muy entretenida. A mí siempre me gustó. De hecho, cuando entré a la universidad, mi opción era música o teatro. Siempre toqué guitarra, estuve en grupos folklóricos y compuse canciones. Hasta hay una obra infantil de Andrés Pérez que se llama ‘Un circo diferente’ en que él me pidió que le hiciera toda la música. O sea, oído y dedos pal’ piano tengo. Pero esa fue una etapa entretenida que se le ocurrió a don Francisco. Veía que yo tenía éxito, que cada vez que entraba las mujeres gritaban, y me preguntó que sí yo cantaba. Y yo:
No, si canto.
‘¿Pero cantái en la ducha o afuera de la ducha?’, me preguntó.
Canto en la ducha y afuera también, le contesté.
‘Ya’, me dice. Se contactó con los productores de ‘Sábado Gigante’ y se empezó a formar todo el cuento”.
-¿Quién escribió “Tímida”?
“Marcelo García y algunas manos metió Alberto Plaza. Se supone que ‘Cuerpo y alma’ y ‘Agua caliente’ eran los singles, los caballitos de batalla del disco, pero uno nunca sabe lo que va a pasar. Yo creo que fue por ‘Plan Z’ que ‘Tímida’ se fue convirtiendo en una especie de himno. Hace como 3 años atrás, los kitch me invitaron a la Blondie a cantar ‘Tímida’ y fui poh. Había, no sé, 4 mil cabros adentro y empecé a cantar y casi me desmayé con todos los cabros saltando y cantando ‘Tïmida’ conmigo… ¡Y la letra completa! Me quedé pa’ dentro. Paso el aviso que me encantaría re grabarla con un grupo nuevo, porque es una canción que ha funcionado, me la cantan en la calle, me la piden como ringtone…”
-¿Por qué no seguiste con la música?
“Lo que pasa es que en ese momento el país, artísticamente, no estaba todavía preparado…”
-¿Para una canción como ‘Tímida’?
“(Se ríe) No, para que un actor llegara y cantara, algo que sí pasaba en México, en Venezuela y en varias partes más. Acá también estuvo Roberto Vander, Claudio Reyes, pero yo fui el punta de lanza de esta cuestión, y lo hice en un momento en que el país no estaba preparado. Los periodistas se reían mucho de mí. Hubo uno que hizo una apología de la desafinación de Ramón Farías cantando. Decía que era último. Y a las 2 semanas volvió a sacar una columna y escribió:
En realidad, Ramón Farías ha avanzado. Le escuchamos cantar la misma canción y se nota más afinado y con más presencia. A mí lo que me daba risa es que cantaba con playback y era la misma grabación. Si, en el fondo, era como moda reírse de Ramón Farías. Lo mismo me pasó cuando pasé de actor a alcalde. El año ‘92 la sufrí cuando ni mis propios compañeros no creyeron en mí, pero es parte de la vida. Uno se tiene que ir ganando los espacios e ir demostrando con entrega las cosas, y ahí mi Colegio Alemán me dio la disciplina suficiente para darle, darle y darle”.
-Igual te debe haber decepcionado tanta crítica...
“Obviamente me daba lata, porque yo creo que el problema no era que era desafinado, sino que no aceptaban que como actor cantara y se transformó en una moda darme como caja. Sin embargo, cada vez que yo salía a cantar en ‘Sábado Gigante’ subía el rating. Fui casi por un año todos los sábados a cantar 2 ó 3 canciones, a parte de ir por los Eguiguren. Viajé por todo Chile a cantar en gimnasios llenos de gente, saliendo escoltado por Carabineros, una cosa de locos, dejando la escoba en distintos lados con un show que tenía como de una hora, y me iba el descueve”.
“Siento que mi vida es una suma de no planificaciones y que, finalmente, esas vueltas que me ha dado la propia vida las he sabido aprovechar bien para poder crecer y construir algo a mi alrededor”, dice Ramón, recordando su ingreso al mundo musical, además de sus inicios en el teatro e incluso en política.
“En el ‘92, don Ricardo Lagos, que era mi vecino, me llamo a su casa y me dijo, después que yo le había animado toda su campaña senatorial:
‘Oye, Ramón, ¿a ti no te interesaría ser concejal?’ Y yo le dije:
‘¿Qué es eso?’ Me explicó y estuve 3 meses decidiéndome, hasta que me llamó y le dije que bueno, pero que sería concejal, no alcalde, porque así podría seguir desarrollando mi carrera. El problema es que obtuve tantos votos que tuve que ser alcalde. Yo no lo busqué, yo hice una campaña para ser concejal, pero logré el premio mayor y me quedé 11 años. Fue una experiencia bonita. Ahí se produce el quiebre, que ha sido como la historia de mi vida”.
Bien se conoce que esta historia que pudo haber acabado en diciembre pasado, ha tenido acción, amor e incluso lágrimas. Farías aún recuerda con tristeza el episodio que vivió el año pasado en “El termómetro”, tras aparecer en un mail que nombró a los políticos que supuestamente habrían recibido asignaciones en el caso Chiledeportes y cuya lista fue luego desmentida por el ex jefe de gabinete del organismo.
“Estabamos la Lily Pérez, (Marcelo) Forni y yo, cuando salió el famoso listado y me acuerdo que la Lily Pérez -y eso fue lo que me dolió- me trató de corrupto y de ladrón. Eso me produjo un golpe tan fuerte que me quebré y después en el Parlamento me molestaron un montón. Sobre todo la UDI que me gritaban ¡llorón! Y me mostraban pañuelos... A mí me ardía un poco la sangre, hasta que me di cuenta que yo sólo demostré mis sentimientos, y que llorar es mostrarlos igual como reírse o enojarse. Así que di un paso adelante”.
-¿Te molestó mucho te dijeran “llorón”?
“Después me fui picando, pero más me molestaba que me gritaran ladrón. Porque es como gritarle a toda mi familia. Lo peor es que los que me gritaban sabían que no era cierto. Después hubo un momento muy desgraciado en el Congreso en que un diputado (Sergio Bobadilla, UDI) que me gritó tanto ‘llorón’ me sacó de mis casillas que le fui a pegar. A mí no me gustan los combos, pero fui. Después estaba todo el mundo esperando mi reacción, lo que le iba a decir a este personaje. Y lo que yo hice, al contrario de lo que todos pensaban, es que pedí disculpas por haberlo agredido, por haberme salido de mis casillas y haber hecho algo impropio del congreso. Igual hubo un diputado, que no lo voy a nombrar, que mientras yo estaba dando las disculpas me mostraba una cajita de papel tissue y me seguía diciendo llorón. Pero bueno, yo me siento llamado a mostrar un poco el otro lado de la política, uno más abierto, honesto, donde uno acepta y dice las cosas que puede hacer y las que no y eso vale el reconocimiento de los cientos correos que recibí cuando me accidenté”.
-¿Cuál es tu vicio privado?
“Tengo 2. Uno es la música y otro la computación, que me fascina. En su momento hacía programas de computación en lenguaje BASIC que era mucho menos elaborado que los de ahora. Los hacía para Atari. Me acuerdo que hice uno para ver dónde estaba ubicado cada libro de la biblioteca de mi casa”.
-¿Y hoy?
“Hoy mantengo mi propia
página web. Si bien me la construyó la Sabina, que es la hija de la Ximena, quien mantiene básicamente la página soy yo. También le hice la página a
“Los Aperrados”, mi grupo de motos. Esa es una de mis pasiones. Lo otro es la música. Puedo pasar horas organizándola en mi iPod. Soy un wurlitzer, me gusta de todo”.
-¿Sigues tocando guitarra?
“Hace tiempo que no, pero me gustaría retomarla. Ahora, por un tema de costillas no puedo”.