Pasar demasiadas horas delante de la televisión o jugando con videojuegos durante la adolescencia estaría vinculado al desarrollo de síntomas de depresión en los jóvenes adultos.
Así lo determinó un estudio publicado por la revista estadounidense 'Archives of General Psychiatry' y que fue realizado por investigadores de la Universidad de Pittsburgh y la escuela médica de Harvard.
Lo singular de esta investigación, iniciada en 1995 sobre un universo de 4 mil 142 adolescentes es que en ese entonces no existía el DVD ni un uso extendido de internet, lo que hace suponer que hoy, la exposición a estos medios es aún mayor.
Los investigadores concluyeron que el consumo excesivo de programas de televisión es un rasgo de comportamiento común en los jóvenes que desarrollan depresiones con el paso de los años, sobre todo en el caso masculino.
Los encargados de este trabajo, sin embargo, no explicaron de qué manera la televisión afecta al futuro estado de ánimo del individuo.
Para hacer este estudio se midieron los hábitos mediáticos de los adolescentes y se calculó que cada hora de televisión diaria hacía aumentar el riesgo de padecer una depresión en un 8 por ciento. Los autores del estudio determinaron que los adolescentes había pasado un promedio de 5,68 horas frente a un medio electrónico durante una semana, de las cuales 2,3 horas mirando televisión, 0,62 horas videocasetes, 0,41 horas jugando a videojuegos y 2,3 horas escuchando radio.
Siete años más tarde, cuando los jóvenes tenían un promedio de 22 años, fueron de nuevo interrogados y el 7,4% (308) de ellos había desarrollado síntomas de depresión.
"En el modelo informático final, quienes participaron del estudio presentaban riesgos claramente mayores de depresión por cada hora adicional pasada frente a un televisor", sostuvo Brian Primack.
El científico precisó que "las jóvenes corren menos riesgo de desarrollar síntomas depresivos que los jóvenes por el mismo tiempo pasado frente a una pantalla".
Una de las explicaciones sería que el pasar muchas horas frente a la televisión hace que los jóvenes dediquen menos a actividades sociales, intelectuales o deportivas, que tienen un efecto protector contra la depresión, señala el estudio.