Y sigue romántico. A pesar de haber incursionado como productor de su propio disco, Douglas dice no haberse arrancado mucho con los tarros y no traicionó el género musical que le ha traído tanto aplauso.
Con “Más cerca de ti”, su octavo disco, acaba de cumplir sus 10 años de carrera cantándole al corazón temas que consagraron su voz en el rubro del amor, como “Cariño malo” o “Enamorados”.
Fue 1998 el año que marcó su vida. No sólo sacó entonces su primer trabajo, “Sigo romántico”, sino que además conoció a la mujer de su vida, la periodista argentina Ana Sol Romero, con quien hoy tiene a su hija Julieta, un punto de 5 años al que le encanta ver “Jurassic Park” con su papá, pero no en la noche, porque sino dice que duerme mal.
Al igual que el abuelo de Douglas le enseñó a jugar dominó, golpeando las fichas, el cantante le enseñó a su hija menor esta tranquila afición. Ya veremos si hace lo mismo con la música, que, a sus 12 años, el cantante empezó a desarrollar.
Curiosamente, su último disco contiene su primera composición, la que, cómo no, hablaba acerca de un amor platónico y tituló “Te olvidaré”. Aunque para incluirla en este nuevo trabajo debió adaptar su letra a la altura de la vida amorosa de un hombre de 38 años, y la rebautizó como “Quiero borrar”.
“Tenía una letra muy infantil que hablaba de lo que uno puede sentir a esa edad, cuando tienes la primera polola, la primera mujer que uno besa. Ella era mayor que yo. Yo era muy alto en esa época y las niñas más grandes se fijaban en mí, pero después se daban cuenta de que era un mocoso que andaba jugando fútbol y a las bolitas y me terminaban dejando al mes y medio”, cuenta un hombre que superó su timidez adolescente, para convertirse en el “príncipe del amor” de la canción chilena, haciendo suspirar a mujeres y llenando de la más profunda melancolía sentimental a algunos de los hombres que se autoproclaman mero machos.
-¿Somos románticos los chilenos?
“Sí, creo que el público latino, en general, es muy romántico, aunque aquí somos más demostrativos. El mexicano, por ejemplo, es un público que siente más las canciones, pero para adentro, no es tan efusivo. También se ve el romanticismo chileno con canciones de La Noche, que son bailables pero también de amor”.
-¿Has pensado cambiar de género musical?
“No, porque esto es lo que visceralmente me gusta hacer. Hay cosas que por naturaleza salen o llaman la atención. Yo siempre he sido público de la música romántica y nunca he dejado que el lado de músico que tengo sobrepase mi gusto de fan. Eso prima ante cualquier cosa cuando hago un disco”.
-¿Las canciones románticas contribuyen a que se idealicen las relaciones amorosas?
“Sí, pero en mi caso, si se analizan las letras de mis discos, verán que son súper reales, no idealistas. Por ejemplo, “Enamorado”:
Quiero que sepas lo que siento, lo inmensa que eres en esta, mi vida. Tan inmerecida, me has dado la calma. En pocas palabras, la felicidad . O sea, que uno está en paz con esa persona, no en las nubes.
“Yo no soy muy bueno con las canciones que hablan de un amor idílico, por eso me gusta Arjona. Pero las letras de mis discos, en general, cuando son de amor en positivo, son súper terrenales”.
-¿No crees en el amor perfecto?
“Lo perfecto del amor es que es imperfecto como todos nosotros, y eso es lo que le da el sabor. De repente, una discusión, el no estar de acuerdo, andar idiotas los dos, es genial porque lo mantiene más entretenido. El amor perfecto no existe”.
-¿Qué corrompe al amor?
“La mentira, en cualquier tipo de relación. Dicen que el amor lo soporta todo, pero creo que lo más importante es la confianza en el otro. Cuando esto se pierde, la relación termina tarde o temprano por romperse”.
-¿Y qué mantiene viva una relación?
“El amor. Pero es algo más profundo. Las relaciones de pareja no son tan simples. Lo que las mantiene unidas, primero, es la química, esa cosa loca de querer estar juntos... Yo, por ejemplo, no sólo amo a la Ana Sol, sino que la admiro como mujer; me sorprende siempre con algo... Son muchas cosas las que me mantienen enamorado”.
-Como cantante de temas de amor, ¿has pensado que más de alguna persona debe haber llorado escuchando una canción tuya?
“Sí, y es lo que espero: provocar una emoción, un llanto, una risa, un nudo en la panza... Eso es lo que busco. Cuando canto en vivo trato de evocar las emociones. Si en los show salgo cansado, no es porque salte en el escenario -porque no soy Chayanne-, pero sí salgo cansado por la entrega emocional que hago. Es un poco lo que llaman los actores ‘memoria emotiva’. Cuando canto una canción no es que me acuerde de algún amor pasado, pero recuerdo lo que se siente en determinada situación”.
-¿Sufriste harto cuando chico, pololeabas mucho?
“Era de pololeos largos. Era como fiel y bueno, hasta el día de hoy creo en la fidelidad. Mis amigos me molestan, me dicen ‘San Benedicto XVII’, porque dicen que si se nos acercan dos chicas, a los 5 minutos termino hablando de la Ana Sol”.
-Se te deben acercar varias...
“Sí, pero esa magia uno la tiene que cuidar como un tesoro. Aunque yo no creo que el mérito de la fidelidad sea mío. Es de Ana Sol, porque es ella la que me mantiene enamorado, y la única manera de ser fiel es estando enamorado. Y ahora más, porque le veo sus actitudes de madre. Ya no es sólo enamorarse de la mujer, sino que de una que quiere a tus hijos, así que pasa a tener un valor agregado”.
Aunque tras casi 2 horas Douglas terminó aceptando ser un hombre extremo, al que las cosas o le gustan y las ama o le cargan y las congela con la indiferencia, el cantante no demoró tanto en confesar que se deja llevar a menudo por sus instintos, con toda la incertidumbre y adrenalina que eso conlleva, y que basta que el público le grite dos “otra” para que vuelva al escenario raudo. Si hasta cuenta, orgulloso: “Cuando hacemos un show en vivo y vienen otros artistas después de mí, siempre les pido perdón, porque hay 2 que son duros de bajar en Chile: Luis Dimas y yo”.
A modo de ejemplo instintivo, explica que muy rara vez sigue la lista de canciones que junto a sus músicos acordó para una presentación. Y aunque se le pregunte si tanta improvisación le genera algo de estrés laboral y responda, convencido y sonriente, que no, es su hermano Dennis -su manager, once meses menor que el músico y presente durante la entrevista- quien mira el suelo, casi al borde de un suspiro, recordando las sorpresas cancioneras de su representado.
-¿Tú instinto nunca te ha traicionado?
“No lo recuerdo. Tengo una memoria selectiva (se ríe a carcajadas). Suelo borrar rápidamente los malos momentos. En vivo, una de las cosas que nos hace mantener bien el trabajo es ese instinto, porque te enfrentas a públicos diferentes. Puedes cantar sólo para mujeres o para mil mineros; cantar en el Casino de Viña o en un gimnasio de Pudahuel. Bueno, soy Leo, algo de instinto felino debo tener”.
-¿Alguna cábala?
“No. La única es mi abuelito Jorge. Yo viví con mis papás y con mis abuelos hasta los 8 años, y la relación que tuve con él fue exquisita. Él amaba que mi papá cantara... De ahí nace un poco todo. Creo que sería el más feliz hoy, porque él provocó todo lo que ha pasado. Pero murió el ‘95 y no alcanzó a verlo. Yo creo en Dios, pero también creo que hay ángeles que guían en el camino y él es el responsable de esto. Cuando canté “Mi viejo” en Viña, se lo dediqué a él”.
-¿Eres de esos artistas que se deben a su público?
“Pero lógico. Una vez fui a un concierto de Ricardo Montaner y no cantó ‘Me va a extrañar’ y a mí me encanta esa canción. Desde ese día supe que yo, en mi vida, podía bajarme del escenario sin cantar ‘Sigo romántico’, ‘Cariño malo’ o ‘Enamorados’ y ‘Vuelve’, porque son las que la gente quiere de mí.
“Hoy estoy muy claro de para dónde va mi carrera y el camino que he recorrido hasta ahora. Es rico, como en este caso -después de estar 3 meses grabando un disco- poder decir que no me faltó nada. Sé perfectamente quién soy y lo que la gente quiere de mí”.
-¿Y quién eres?
“Soy Douglas Rebolledo Riffo, soy un amante de la vida, de sus hijas, de su mujer, de su familia, de los amigos... Amo esta carrera gracias al público, porque soy amante de esa sensación que da la conexión con la gente. Eso es lo que más valoro: el capital de mi carrera, después de 10 años, es el cariño de la gente. Y estoy convencido de que a través de esta música romántica voy a poder mantenerme conectado hasta que Dios me permita cantar”.
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