Fanático del cine, Pedro Peirano todos los días ve una película y no pierde la oportunidad de escribir guiones para películas. En las dos producciones en las que ha participado, pone la condición de participar en la historia, “no sólo escribir, sino que entender y ser parte de lo que se quiere contar”, como él mismo define.
Quiere escribir una película propia, luego de “31 minutos La Película” quedó con ganas de dirigir, “pero esta vez quiero que sea algo más personal”. Cree que su carrera le ha dado las herramientas suficientes para enfrentar un desafío como éste.
Sus primeros pasos profesionales en los guiones fue Chancho Zero: “esa etapa me hizo más fácil escribir guiones para 31 Minutos y no sólo escribir guiones sino que también hacer de jefe de los guionistas, de los amigos que hacíamos el programa, armar esto. Cuando hubo que hacer la película de 31 Minutos ya estaba más preparado”.
Luego de la súper producción infantil, comenzó a trabajar con toda propiedad en cine, su primera aparición como co-guionista fue junto a Sebastián Silva en “La vida me mata”. Cuenta que cuando leyó de qué se trataba la película quiso incorporarle elementos que pensaba eran indispensables. “Le puse como condición a Sebastián que para participar en esta película tenía que meterme mucho en el guión, en la historia y en los personajes, no sólo arreglar ciertas cosas, quería ser parte. Así fue y resultó ser un proyecto muy desafiante y entretenido”, cuenta.
-¿Qué tiene de ti “La vida me mata”?
“Creo que uno de mis aportes en esa película fue que, si se trataba de la muerte, tenía que haber una familia. Entonces, muchos de los personajes que existían en la película para mí eran esencialmente una familia. Había un viejo que era un abuelo, la amiga del protagonista que yo sentía que era la hermana, así empezamos a trabajar la película en términos de familia, porque yo creía que la muerte tenía más preponderancia en familia. Es por la razón que vamos a funerales de tíos que no conocemos, porque la muerte es un asunto familiar.
“Muchas cosas de la película yo no las entendía y por lo tanto estaba trabajando en una especie de cuento fabulesco tratando de aportar, sobre todo, emoción en la película, porque sentía que también debe haber emoción en la muerte”.
-¿En qué se nota la mano de Peirano en la película “La Nana”?
“En muchas cosas, fue una película que está basada en la historia de dos nanas de Sebastián, y digamos que había que convertirla en una historia cinematográfica, y yo tenía que entender la historia, si no, no la podía contar. Así que lo primero que hicimos fue investigar la casa, por ejemplo una puerta que se cierra y que no se puede abrir, una escalera de la que te puedes caer. Investigar las costumbres de la casa. Yo no tuve nana puertas adentro, pero existe un sector de las nanas puertas adentro que está adentro de la casa pero donde no se entra. Todos esos elementos que al final se convirtieron en elementos narrativos. Una vez hecho esto, tratamos de olvidarnos un poco del tema de que se trataba de una nana, sino que de una mujer. Una mujer que tenía un problema y éste era que ella, para evitar vivir, vivía para esa familia, era un poco una especie de temor a la vida de parte de ella.
“Cuando llegamos a esa conclusión nos dimos cuenta que la historia era más universal que de nanas, entonces lo que hicimos fue una especie de brain storming de cosas de nanas, o, por ejemplo, una frase típica que todo niño le ha dicho una vez a su nana, que es “oye si tu eres la empleada aquí no más”, para establecer dominios y poderes distintos. Toda esa colección de pequeños detalles los fuimos agregando. Después hubo muchas escenas que dentro de la película surgieron visualmente en el guión.
“A mí me interesaba mucho, me encanta también, una escena en que ellas hablan de una pieza a otra, que es un recuerdo familiar mío, que cada una tiene una tele, pero está hablando una nana con la otra sin verse y esa escena quedó muy bonita y quedó tal cual la habíamos pensado en el guión. Lo principal era que esta historia, que era de una nana y una serie de nanas que van a ayudarla, se convirtiera en una historia dramática y no en una de clases sociales, ni irónica de este mundo de empleados y empleadores. “Obviamente esos temas están presentes, pero no es lo más importante de la película, nunca fue la intención que lo fueran”.
-¿Qué crees que va a pasar con “La Nana” cuando se estrene en Chile?
“Yo creo que debería irle súper bien, porque es una película muy emocionante y creo que a los chilenos les va a tocar mucho. Primero por una cosa de la primera capa que tiene eso de las nanas, gente que existe en nuestra sociedad y que es tan extraño en otras partes, y van a sentir que ese personaje necesita una liberación, se van a sentir identificados, eso creo yo que va a pasar y es lo que ha sucedido con la gente con la que la hemos visto. Yo la he visto como mil veces y para mí sigue siendo muy emocionante.
-“La Nana” arrasó en Sundance y ganó el premio a la mejor película extranjera ¿Lo tomas como un símbolo? ¿A qué crees que se debe?
“Es sorprendente, es fantástico y de todas maneras cuando la película quedó en Sundance teníamos hartas esperanzas de que le fuera bien, en que la gente fuera a reaccionar bien con la película, sobre todo porque sentíamos, desde los primeros cortes, que era una película súper universal. Cuando el guión estuvo listo, sabíamos que teníamos una buena película entre manos y Sebastián la dirigió espectacular. Otra cosa es que siempre pensamos en la Cata Saavedra como la protagonista, mucho más fácil escribir un guión si es que ya sabes cómo es y cómo actúa una persona que va a hacer el papel principal”.
-¿Tú participaste en la elección de los actores?
“En algunos, pero mejor dicho Sebastián me tentó en participar en esta película porque iba a actuar Catalina Saavedra, pero de todas maneras la Cata nos sorprendió a todos con su papel. Ella le sacó toda esa interioridad que nosotros insinuábamos en el guión, como que tratábamos de acotar lo más posible para que ella pudiera entender de qué se trataba esta nana, muy distinta a todas las nanas que había hecho en su carrera, como en las teleseries, ella en verdad asumió al tiro el rol, fue mucho más enriquecedor para la película.
“También la Claudia Celedón, que había trabajado con nosotros en “La vida me mata”. Fue difícil, porque tenía que hacer el rol de una mamá muy tierna y muy sensible, bastante distinta a lo que es ella y a lo que le había tocado hacer. Además ella actuó con su hija, que hizo de su hija, ya habían ciertos elementos que conocíamos al momento de escribir la película”.
-“La Vida me Mata” o “La Nana” ¿Cuál eliges?
“La Nana”, de todas formas”.
-¿Tienes algún vicio privado?
“Tengo muchos vicios privados, son todos nerds. Veo muchas películas, casi todos los días veo una película o leo muchos cómics y muchos libros, pero creo que mi vicio más privado aún es leer libros sobre asesinos, me gusta el tema policial. Siempre me compro libros de viejos asesinos, como del siglo XIX, que son muy raros. Generalmente los leo en los aviones.
“No siento que me esté preparando para ser un asesino en serie, todavía me alegro cuando pillan al asesino, así que estoy bien, estoy sano todavía”.
-¿Da para una película?
“Si, da, pero todavía no. En esta película que quiero escribir quiero usar cierto gusto por Agatha Cristi que he tenido desde chico”.