Así como hay gente que “no quiere sexo por la reacción emotiva que les provoca”, también existe otra “que simplemente no tiene interés ni atracción por el sexo”, explica Anthony Bogaert, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Brock, en Otawa.
Este colectivo, que surge como una cuarta orientación sexual, según los expertos supone entre un 1 y un 3 por ciento de la población y muchos apuntan a sus filas a figuras como Salvador Dalí o Frédéric Chopin.
En cualquier caso, es una minoría que empieza a hacerse oír, a reivindicar su carácter no patológico y a explicar su manera de desenvolverse en un mundo sumamente sexuado.
"No tiene nada que ver con la promiscuidad. Simplemente, cada vez hay más gente que acepta que es muy difícil encontrar todos los estímulos en una sola persona”, explica Bogaert, quien puntualiza que “son personas todavía sexuales pero han perdido el apego sexual a su pareja pero no el romántico”.
Por su parte, Miguel Oscar Menassa, director del Grupo Cero de Poesía y Psicoanálisis, comenta que, aunque lo ideal es que la persona amada sea al mismo tiempo el objeto de deseo, esto “ocurre muy pocas veces”.
"Las consultas están llenas de parejas de enamorados que no pueden tener relaciones. Ellos se convierten en impotentes y ellas en frígidas”, explica.
Por un motivo de fuerza mayor o por opción personal, ha surgido este grupo de personas asexuales que firman claramente la declaración de independencia del amor, ya que ellos “sí pueden sentir una atracción romántica por la otra persona y aun así no entrar en materia sexual”, como explica Bogaert.
La pareja no siempre es asexual, por lo que el planteamiento de las relaciones íntimas es complicado y muchas veces el miembro asexual de la pareja accede a practicar el sexo puntualmente, ya que físicamente es capaz.
Pero más fácil es una relación entre asexuales, como recogía en septiembre de 2008 el diario británico “The Guardian”, a través del testimonio de Paul Cox, un joven de 24 años asexual que desgranaba las felicidades de su recién inaugurado matrimonio.
"Es muy difícil para el asexual encontrar pareja y es una indudable fuente de estrés”, reconoce Bogaert, por lo que ha surgido
Platonic Partners, una página de contactos para encuentros amorosos liberados del yugo del sexo.
También, para entender el fenómeno más ampliamente o “adscribirse” a él, nace la
Asexual Visibility and Education Network.
Y es que, en esta minoría, también existe una gran variedad: "Desde el que no entiende el sexo con otras personas pero sí lleva un hábito de masturbación como cualquiera, hasta el que se declara 'A-romantic', es decir, que tampoco siente atracción por ningún tipo de vínculo amoroso”, explica Bogaert, quien sigue investigando en busca de la base biológica detrás de ello.
Comienzan aspi a usarse términos como el “A-Pride” (orgullo asexual) y se venden con el eslogan “Amoeba Lifestyle” (estilo de vida ameba).
También muchos testimonios vertidos en la red aseguran que fue muy liberador encontrarse con gente de su misma condición tras una adolescencia en la que se sintieron excluidos entre tanta revolución hormonal.