Esta novedosa solución es en realidad bastante fácil de ejecutar y permite dar a los antiguos pisos una apariencia nueva y muy apropiada a la cocina.
En este caso se emplearon ollas de acero inoxidable, de 40 cm de diámetro y con difusor, pero es posible usar modelos más sencillos, de un diámetro igual al del asiento original, de modo que al embutirlas, las ollas queden perfectamente ajustadas y no se muevan, porque eso sí podría resultar peligroso.
Una idea que además de atractiva resulta práctica pues estas superficies, por su materialidad, resultan muy fáciles de limpiar.
Dato: las ollas de la foto son de Porcelanosa (Presidente Riesco 3393. Teléfono 717 3542).